jueves, 4 de marzo de 2010

HISTORIAS DE LA ALJAFERÍA

En la época de Abú Yafar Ahmad ibn Sulayman, segundo monarca de la dinastía de los Banu Hud, se construyó este hermoso palacio entre los años 1046 y 1081.
Vergüenza de los zaragozanos durante muchos años, debido al abandono al que estuvo sometido, es hoy nuestro orgullo y nuestra alegría. Es un enorme placer verlo lucir con semejante esplendor aunque los coches en él aparcados deslucen su belleza.
Conocerlo es conocer Zaragoza, ya que las intervenciones realizadas en su estructura son fruto de los avatares de nuestra ciudad.
Palacio taifal de la época musulmana,
palacio mudéjar en la época de la Reconquista cristiana y
palacio de los Reyes Católicos.

Ha sido prácticamente de todo: palacio de recreo, palacio real, sede del Tribunal de la Inquisición, cárcel, cuartel y, actualmente, centro turístico y sede de Las Cortes de Aragón.


Sobre este hermoso monumento trata la historia que el alumnado del Aula de Desarrollo de Capacidades debe realizar; pero no se trata de una historia cualquiera, ellos y ellas deben de ser los protagonistas directos o indirectos de estos relatos que iremos colgando en el blog.


Los relatos de Julia Molina y Paula de Miguel han sido premiados en el VII Concurso de Redacción "El Corte Inglés". Nuestra más efusiva ¡Enhorabuena!

"Quit, un gato callejero en el palacio"
Julia Molina Bazán de 3º
Este relato ha sido premiado con el GRAN PREMIO DE SU CATEGORÍA en el VII Concurso de Redacción "El Corte Inglés".
Erase una vez un gato que vivía en un palacio, no se sabe el año exacto pero sería en el siglo XI.
Para todo el que quiera escucharme me llamo Quit, aunque los que vienen de fuera de las murallas suelen llamarme gato, por aquí pasa gente muy rara. Soy un gato de raza común, pero a mí me da igual, y aparte de los ratones y el queso lo que más me  gusta es explorar , …..bueno también me gusta mucho tumbarme al sol y observar a los humanos ir y venir.
Vivo dentro de un palacio enorme, su dueño se llama Abu Yafar Ahmad ibn Sulayman al-Muqtadir y dicen que es un gran monarca hudí, y debe de serlo porque tiene un salón del trono en el que recibe a gente de su especie.
Cuando entro en el salón, veo que las paredes, son de color rojo, azul, verde y sobre todo dorado por eso se le llama  el Salón Dorado. Allí van a hablar con Abu  Yafar, se inclinan ante él y después hablan, aunque algunos se van contentos y otros tristes. El rey va a rezar a la mezquita, dentro estaba el mihrab que les orientaba hacía la meca .A mí me gusta esa sala será porque es de oro…allí el rey pasa mucho tiempo rezando ,a mí me parece muy aburrido, yo prefiero estar tumbado al sol pero la verdad es que mi lugar favorito es el patio y si alguna vez tengo suerte ¡¡¡ patam!!! me zampo algún pajarillo. Los naranjos son preciosos y si  hace mucho calor me subo a alguno para estar a la sombra. En el  patio hay dos albercas una al lado norte y otra al lado sur, algunas veces en verano las mujeres van a mojarse los pies en las albercas. Las mujeres duermen separadas de los hombres y como siempre van tapadas de arriba abajo no puedo ver si son feas o guapas; por cierto hay unas gatitas en el palacio muy guapas, parece que una empieza a hacerme un poco de caso pero otras ni me miran. Supongo que esto no os interesa ¿ verdad ? .Bueno tendremos que seguir porque el palacio es muuuuuuuuuy grande.
Hay una torre enorme con un montón de escaleras, ese es un lugar estupendo para esconderse y buscar algo de comer, en la planta baja de la torre hay un pozo enorme…..maramiauuuuu……da miedo asomarse, ya sabeis que a los gatos no nos gusta mucho  el agua, pero sin embargo se pasean por allí un montón de riquísimos ratones y ratas, que están fresquitos y deliciosos.
Mi vida aquí es casi un lujo porque me tratan bien ya que les libro de esos bichejos tan ricos, solo hay que ser un poquito listo y saber en que sitio se puede estar y en cual no, ¡nunca se me ocurriría pasar por delante de la mesa cuando mi señor está comiendo!, pero paseo a mis anchas por casi todas las estancias del palacio. Abu  Yafar no suele estar mucho tiempo seguido aquí, así que tampoco tengo mucho por lo que preocuparme.
Seguramente este palacio será conocido y famoso en el futuro porque continuamente están reformándolo y añadiendo decoraciones, y supongo que aunque yo no esté por aquí explorando seguirán viviendo en él reyes, hijos de reyes…..y gente importante, así como todos mis descendientes si tengo suerte con esa gatita que os he comentado antes….. hasta puede que se recuerde mi nombre… Qitt el gato que vivía en la  Aljafería.
"Bakhita, la pintora de la Aljafería"
Paula de Miguel, de 6º
Este relato ha sido premiado con un PREMIO GENERAL DE SU CATEGORÍA en el VII Concurso de Redacción "El Corte Inglés".
Los días en el siglo XI no eran muy fáciles. Yo quería ganarme la vida, me encantaba pintar, pero con el poco dinero que tenía, casi era un lujo poder pagar todo lo necesario para poder hacerlo. Iba por las calles y mercados de Saraqusta intentando vender mis cuadros a buen precio, para poder dar de comer a mi familia, cosa que no muchas veces conseguía. Mi nombre es Bakhita, y cuando el rey Al-Muqtadir me dijo que le gustaban mis cuadros,  no me pude sentir de otra forma, sino afortunada, el significado de mi nombre en árabe. Aún recuerdo sus palabras exactas: “Me encantan estos cuadros. ¿Quién los ha pintado?” Yo pensaba que iba a desfallecer. El rey me estaba hablando. ¿A mí? Intenté despertarme pero no funcionó. No era un sueño. Sí, la verdad es que me sentía afortunada en ese momento, desde que conocía el significado de mi nombre pensaba que jamás le haría justicia. “L-l-los he pintado y-yo” le contesté yo, tartamudeando por la emoción. O quizás por la vergüenza.  Y así empezó mi nuevo trabajo. El de pintora. Exactamente igual que antes, pero con la gran diferencia de que ahora trabajaba para el rey. De que ahora podría comer. Y de que ahora podría también dar de comer a mi familia.
Mi primer encargo fue fácil. Tenía que pintarle una parte del interior de su casa, el Torreón de la Zuda. Me encantó pintar sus habitaciones y pasillos, y sus estrechas escaleras.
Mi segundo encargo también lo fue gracias a que le gustó el primero. La mezquita de Aljama fue mi segundo proyecto, que según el rey, fue mejor que el primero, por los colores, bien elegidos para la sala de oración, con sus altas columnas.
Al Muqtadir me pagaba bien, y yo creía, por su expresión, que estaba contento conmigo. Pero decidió ponerme a prueba. Mi tercer encargo, El bellísimo palacio de La Aljafería, o también llamado Qasr al-Surur, en árabe, el Palacio de la Alegría. Desde que lo vi por primera vez me quedé maravillada por sus jardines, sus muros, sus torres… Pero nunca, jamás podía entrar nadie que no fuera el rey y sus invitados. En mi tercer encargo tendría que pintar la parte que, a mi gusto, era la mejor de todas. Me apasionaba y me maravillaba la idea de que en uno de los días siguientes pudiera entrar en ese precioso palacio que tanto me gustaba.
Y llegó el día. Lo primero que vi fueron sus puertas, con dibujos, ornamentos y arcos, pero era una cosa que ya había visto, y decidí seguir adelante, ya en el patio de la entrada, llevando en mis manos mis pinturas y un lienzo.
Al entrar, lo primero con lo que se maravillaron mis ojos fue con una preciosa zona ajardinada con naranjos y flores abiertas a la luz del Sol. Este precioso jardín unificaba todo el palacio, y junto a él estaban las habitaciones situadas a este y a oeste de este maravilloso jardín. Las arquerías eran preciosas, y en ese momento creía que ya sabía lo que iba a pintar. Pero me equivocaba. Al mirar a mi derecha contemplé lo que, según mi información, sería el Salón Dorado. Estaba todo perfectamente decorado en tonos rojos, azules, y por supuesto, dorados. En mi vida había visto una cosa así, por lo que supuse que no sería muy normal, y que debería fijarme en todos las detalles, porque una cosa así no se veía todos los días. Estaba segura de ello. Por eso me puse a observar bien todo lo que me rodeaba. Las formas geométricas de las estrellas, todas perfectamente iguales, hechas tanto en el techo como en los muros, y también los hexágonos, perfectos al igual que las estrellas. Me fijé también en las líneas doradas entrelazadas alrededor de estrellas y hexágonos. Era algo increíble, definitivamente no, esto no se veía todos los días. A la derecha del Salón Dorado se encontraba el oratorio, donde Al-Muqtadir y sus familiares, yo suponía, oraban mirando hacia la Meca, cinco veces al día. Era una sala pequeña, de planta octogonal, con el suelo blanco y el techo en forma de cúpula. Me encantó ese lugar, pues me parecía más acogedor que la gran mezquita de Aljama, que había tenido que pintar anteriormente. Me parecía todo tan grande y bonito… Cogí mis pinturas, y decidí seguir explorando aquel maravilloso castillo. Y pensé que si yo tuviera la suerte de vivir aquí, sí que sería realmente afortunada. 
Estuve caminando un buen rato, sabiendo exactamente adonde iba, pero perdiéndome a la vez. Hasta que llegué a la Torre del Trovador. Estaba hecha con alabastro, y denotaba que era una torre de vigilancia. Tenía unos arcos de herradura y una planta cuadrada. Me encantó esa torre. Seguí andando, y maravillándome con cada paso que daba cuando, de repente, me encontré que estaba otra vez en la puerta por la que había entrado. El tiempo que había estado allí adentro se me había pasado rápidamente. Me habían parecido dos minutos, pero creo que en realidad estuve horas ahí dentro. De repente recordé mi encargo, que tenía que pintar el mejor lugar de toda la Aljafería. Pero había tantos lugares preciosos y dignos de ser pintados… Tuve que pensármelo mucho, y pasé muchas noches en vela, intentando averiguar cuál sería la mejor  parte, pero no me decidía. 
Al final, y después meditarlo mucho decidí pintar el Salón Dorado. Porque allí, el rey recibía a sus visitas, por lo tanto era un lugar de encuentro. Porque tenía los colores y la inmensidad del universo. Porque era acogedor como el oratorio. Porque se podía ver casi todo el palacio desde ese lugar. Y porque, seguramente, también fuera el favorito del rey Abu-Yafar Ah-mad ibn Hud al-Muqtadir.

"Seis siglos de golpe"




Raquel Collado Caballero de 5º
Me había tragado un remolino cuando entraba  al palacio de la Aljafería.
Cuándo salí de allí, estaba un poco aturdida y confundida, en el mismo lugar de antes ¡pero los paseantes iban disfrazados!, no lo entendía  no era carnaval  pero tampoco  había ninguna celebración por la que tenerse que disfrazar  con otro  tipo de ropa más antiguo.
Por allí pasaba una pareja, el señor iba vestido con una túnica verde pistacho  y una capa que en la parte de los hombros  llevaba como piel de leopardo  y lo demás azul celeste, unas sandalias de color  blanco y un gorro azul achatado de la ancha encima de una media melena  y la señora iba vestida con una túnica de color azul  con las mangas muy anchas  y con dibujos de color rojo y blanco, no se le veían los zapatos porque la túnica era tan larga que le arrastraba y un tocado azul y amarillo en forma de flor le recogía el pelo.




Me acerqué a ellos y les pregunté:
-¿Por qué vais vestidos de esa forma tan rara?
-¿Rara? ¿A qué llamas rara? La que vas vestida muy extraña eres tu. Esos pantalones por encima de la rodilla y esa camiseta con mangas cortas no son normales – me dijo el señor.
-¿Y por qué vais vestidos tan elegantes?-les pregunté.
-Porque es la coronación del rey Fernando I  de Aragón, de Valencia, de Mallorca, de Córcega, de Sicilia y de Cerdaña; Infante de Castilla; duque de Neopatria y de Atenas; conde de Barcelona, del Rosellón y de Cerdaña; y regente de Castilla.-me dijo ella.
-¡¿Qué?!¡La coronación de Fernando I el honesto! ¿pero, que día es hoy? –les pregunté
-Hoy es 5 de agosto de 1412. - me dijo él.
-Pero es imposible. ¿Cómo es eso? - pensé.
-Eres un poco rara, pero si lo deseas puedes acompañarnos – dijo la señora.
-Vale. Os acompaño.-les dije.
Cuando llegamos al palacio de la Aljafería estaba Fernando sentado en el trono esperando el momento de su coronación, allí había gente de todas partes, escuderos castellanos, caballeros e incluso embajadores del rey moro de Granada.
Cuando la coronación terminó hubo un gran banquete, luego salí de allí había mucho barullo y se estaba acabando el día, me preguntaba cuando volvería a mi siglo cuando pasando un caballero, su caballo se asustó dándome un fuerte empujón que me lanzó al suelo…
Cuando desperté había mucha gente a mi alrededor, a mi lado un policia y un médico me miraban,
-¡Ah! Ya te has despertado, la gente me ha dicho que te has tropezado con una piedra y al caer has perdido el conocimiento. -me dijo el médico
¡Al final todo ha sido un sueño, ¡qué alivio!, aunque me hubiera gustado quedarme un poco más, mañana le contaré a mis amigos mi viaje de seis siglos “de golpe”.

"El caballo de Abú"
Elena Meseguer López de 2º
Hola soy el caballo de Abú Yafar de Migtadir, constructor del parque de La Aljafería que significa alegría. Hoy en día es la sede de las cortes de Aragón pero mucho antes entro Alfonso I el Conquistador en 1118, aquí tuvo capilla San Jorge patrón de Aragón y estuvo el Santo Grial. Los resyes católicos estuvieron y trabajaron aquí. Fue sede de la inquisición y aquí vivieron varios reyes. El general Palafox sacó las armas para luchar con los franceses, en 1931 la república lo hizo Monumento Nacional, ha sido cuartel del ejército y os recomiendo una visita por el patio de Santa Isabel o el salón del trono. No dejéis de visitarlo porque es un trozo viviente de esta nuestra tierra Aragón.

Erthoz, el soldado del rey Abu Jafar
Víctor Rodríguez  García de 6º
Hola chicos soy Erthoz uno de los 4 mejores soldados del rey y os voy a contar la historia de la Aljafería, os la puedo contar muy bien porque yo viví desde cuándo se empezó a construir hasta que se acabó. Y me la sé porque yo defendí la Aljafería mientras construyeron la Aljafería. Yo conocí al constructor del castillo de la Aljafería se llamaba Abu Jafar Ahmed Almoctadir Bilá y Aljafería viene de Jafar primero se llamó al-jafaria y después se llamó Aljafería por el nombre del gobernador la taifa zaragozana entre 1047 y 1081.   

Luego también estaba la fábrica primitiva o quinta de recreo, que se construyó a extramuros junto a la margen derecha del Ebro que era de planta rectangular con una sólida muralla exterior y con torreones sufrió modificaciones e irreversibles destrucciones con el paso del tiempo. Las dos épocas de modificaciones de la fábrica primitiva fueron en los reinados de Pedro IV y los Reyes Católicos, siendo, desde la reconquista de Zaragoza por Alfonso el Batallador en 1118, alcázar de los reyes cristianos.




Fue la cárcel dela inquisición en los tiempos de los Austrias mientras que los borbones hacían la gala de un absoluto desprecio por la obra, especialmente Isabel II, bajo cuyo reinado se practicó la más bárbara destrucción de la obra al destinarse el palacio a cuartel que mantuvo hasta sólo algunas décadas.
Las demás dependencias de visita obligada se hayan en la primera planta del palacio, en el ala Oeste. Con una majestuosa escalinata se accede al llamado Palacio de los Reyes Católicos, donde existen dos piezas fundamentales: el Salón del Trono y las salas anexas que se conocen como los de los pasos perdidos.
El Salón del Trono:
En el día de hoy, el palacio ha experimentado una restauración en profundidad con motivo de destino a sede del parlamento autónomo regional de las cortes de Aragón.
Al palacio se accede por su ala oriental por una puerta de arco con herradura que da al patio de la iglesia. A mano derecha se encuentra la iglesia de san Martin, obra de estilo mudéjar del siglo XIV. Desde allí se accede a la parte central de época primitiva del palacio, un patio llamado patio de Santa Isabel. Es de planta rectangular y con los pórticos en los lados más cortos restaurados con copias de la decoración original que se custodia en el Museo Arqueológico Nacional.
En el norte del recinto se encuentran las dependencias más antiguas y mejor conservadas de la fábrica, sobre todo la pequeña y hermosa mezquita, que es de planta cuadrada en la base y octogonal en altura, con un esbeltísimo arco de herradura en el hueco, del mihrab.
Este pequeño oratorio es una auténtica joya en su género y si bien la cúpula no es la primitiva de la obra, los arcos mixtilíneos, los bellísimos capiteles de alabastro y la complicada decoración de ataurique dan cuenta de la riquísima cultura y sensibilidad artística de los hispanomusulmanes del Valle del Ebro en el lejano tiempo de la undécima centuria.
Los vanos que están en las puertas y ventanas presentan bellísimas yeserías, pero quizá la pieza más majestuosa sean las hermosísimas techumbres mudéjares realizadas en madera dorada y policromada. La obra concluyó en 1492 y es junto, a la Lonja, un magnífico exponente del llamado estilo Reyes Católicos en Aragón.
El salón del trono es una de mis partes favoritas y de las que más me gustan. COUGH, COUGH. Aunque no tenga mucha información era de mis favoritas. COUGH, COUGH. Ahora vuelvo chicos me voy a beber un vaso de agua. Es que ya estoy un poco cansado de tantas batallas que he vivido y me canso mucho al leer o contar una historia… Bueno sigo con las historia.
El palacio islámico:
Conserva una parte de su primitivo recinto fortificado, de planta cuadrangular y reforzado por grandes torreones ultra semicirculares en los que se suma el volumen prismático de la torre del Trovador, la zona inferior del siglo IX es el resto más antiguo del conjunto arquitectónico. El recinto alberga en su parte central unas construcciones residenciales que responden al modelo de tipología palacial islámica de influencia omeya, tal y como se había desarrollado en los palacios musulmanes del desierto (cuya cronología se remonta al siglo VIII).
Por la tanto, frente al espíritu defensivo y la reciedumbre de las murallas, el palacio taifal, que es de una belleza ornamental, presenta un esquema compositivo a base de un gran patio rectangular, a cielo abierto y con una alberca en su lado sur; al lado había dos pórticos laterales, con arquerías mixtilíneas y poli lobuladas que actuaban como pantallas visuales; y, al fondo había, unas estancias tripartitas que en mis tiempos estaban destinadas para uso ceremonial y privado. Asimismo, en el pórtico norte se encuentra un pequeño oratorio, de planta octogonal y de reducidas dimensiones, en cuyo interior se observa una fina y profusa decoración de yeso (con los típicos motivos de ataurique), más unos fragmentos pictóricos, de tonos vivos y contrastados, de gran interés.
¡Que! ¿Os va gustando la historia verdad os parece interesante eh? Ahora os contare todo sobre:
El palacio cristiano medieval:
Tras la reconquista de Zaragoza por Alfonso I el Batallador en el 1118, se inició la andadura cristiana de la Aljafería. De tal manera que se convirtió en el palacio de los monarcas Aragoneses, quienes además hicieron en su interior unas obras de ampliación y reacondicionamiento. Así, de todo este período medieval  en los siglos XII-XIV, cabe citar la iglesia de San Martin, la denominada alcoba de Santa Isabel, la desaparecida capilla de San Jorge, la arquería oeste del patio de Santa Isabel y, sobre todo, las salas del palacio mudéjar del rey Pedro IV, coronadas por unos espléndidos alfarjes recuperados. Además, estas edificaciones son de vital importancia por haber sido el principal foco de irradiación e influencia para la formación del arte mudéjar aragonés.
El palacio de los Reyes Católicos:
Fue erigido sobre la fábrica musulmana sobre el año 1492, con el fin de simbolizar el poder y prestigio de los monarcas cristianos. No obstante, la dirección de las obras cayó con el maestro mudéjar Faragi de Gali, y en ellas se funde la herencia artística medieval con los nuevos aportes del Renacimiento; de ahí que dieran lugar a uno de los ejemplos más significativos del llamado estilo de los Reyes Católicos Pues bien, el palacio consta de una escalinata, una galería o corredor y un conjunto de salas, denominadas de los Pasos Perdidos, que tienen su culminación en el gran Salón del Trono. De todas estas dependencias, lo más interesante son, por un lado, las solerías, a base de losetillas y azulejos de Muel; y por otro, las techumbres de madera dorada y policromada, entre las que destaca el soberbió artesanado del Salón del Trono.
Reformas y ampliaciones en la época moderna y contemporánea:
A partir de 1593, por mandato del rey Felipe II, el ingeniero sienés Tiburcio Spanchi diseño los planos para transformar la Aljafería en un fuerte o ciudadela moderna. Para lo cual se dotó al conjunto de un recinto murado exterior, con baluartes pentagonales en las esquinas y con un imponente foso de circunvalación (de paredes en ligero talud y con sus correspondientes puentes levadizos). Sin embargo, lo que en realidad se pretendió con la construcción de este fuerte, no fue otra cosa que poner de manifiesto la autoridad real frente a las reivindicaciones forales de los aragoneses, así como el deseo del monarca por frenar posibles revueltas de la población zaragozana. Después de este primer acondicionamiento militar, durante los siglos XVIII y XIX se produjeron en el edificio profundas intervenciones paras su adaptación como acuartelamiento; y de ellas todavía se conservan los bloques construidos en época de Carlos III y dos de los torreones neogóticos añadidos en tiempos de Isabel II. Como ideal final, hay que resaltar que muy pocos monumentos aragoneses cuentan con muestras arquitectónicas tan sobresalientes como las existentes en la Aljafería de Zaragoza, pues en ella se resumen diez siglos de la vida cotidiana y de los acontecimientos histórico-artísticos de Aragón.
La Aljafería:
La Aljafería de Zaragoza fue declarada Monumento Nacional de Interés Histórico el 4 de junio de 1931. A pesar de lo cual, todavía en 1947 permanecía como un espantajo lamentable cubierto de harapos, según frase del arquitecto Francisco Íñiguez Almech, quien durante más de treinta años acometió una lenta y minuciosa labor de rescate que, tras su muerte en 1982, ha sido continuada por los arquitectos Ángel Peropadre Muniesa, Luis Franco Lahoz y Mariano Pemán Gavín. El resultado de todas estas excavaciones arqueológicas, ha dado lugar al aspecto que el edificio presenta en la actualidad, y en que se pueden diferenciar los restos originales de los reconstruidos.
La Aljafería es un palacio fortificado construido en Zaragoza  en la segunda mitad del siglo XI por iniciativa de Al-Muqtadir  como residencia de los reyes hudíes de Saraqusta. Este palacio de recreo (llamado entonces «Qasr al-Surur» o Palacio de la Alegría) refleja el esplendor alcanzado por el reino taifa en el periodo de su máximo apogeo político y cultural.
Su importancia radica en que es el único testimonio conservado de un gran edificio de la arquitectura islámica hispana de la época de las Taifas. De modo que, si se conserva un magnífico ejemplo del Califato de Córdoba, su Mezquita (s. X), y otro del canto de cisne de la cultura islámica en Al-Ándalus, del s. XIV, La Alhambra de Granada, se debe incluir en la tríada de la arquitectura hispano-musulmana La Aljafería de Zaragoza (s. XI) como muestra de las realizaciones del arte taifa, época intermedia de reinos independientes anterior a la llegada de los almorávides.

"Yo soy Abu-Yafar"
Marta López Izquierdo de 6º
Esto era un reino lejano; en el siglo XI me encargaron los reyes de Taifas (los Banu Hud) que construyera un palacio como quinta de recreo (llamado Qasi alSurur o Palacio de la Alegría) bajo el mandato del rey Abu-Yafar Ah-mad ibn Hud al-Muqtadir.
Yo soy Abu-Yafar Ahmed Almoctadiz Bilá, gobernador de la Taifa entre 1047 y 1081.
Aquí comienza mi historia:
Voy a hacer un palacio donde haya un bonito jardín, donde haya un  camino que cruce por medio, a cada lado dos arbolitos con un seto alrededor y un montón de flores de los colores del arco iris.
Al final del camino, una gran fuente, donde fluya el agua, donde te puedas relajar, donde puedas observar el paisaje, pero sobre todo ...,  donde puedas soñar.
El jardín en medio del Palacio debe de estar, para que desde todos los puntos puedas acceder a él.
Un nombre he de ponerle que vaya a juego con su dulzura...
- Señor, señor...
- ¡Qué!
- ¡Qué se ha dormido!
- ¡Estaba pensado!. Anda vete. A lo que vamos, un nombre... ¡Ya está!. El patio de La  Alberca.
También voy a hacer en la zona norte del recinto, una preciosa mezquita donde los Banu Hud y yo podamos rezar a nuestro dios, Alá.
Tendrá el suelo tapizado de mármol blanco,  cuadrado en la base y octogonal en altura, con un bellísimo arco en forma de herradura, capiteles de alabastro y decoración de ataurique ...
Voy a llamar a una pintora para que dibuje un texto en árabe de color rojo, azul y dorado, que ponga ..., bueno lo que quieran los reyes. También voy a poner ventanas decoradas para que entre la luz del sol.
Voy a construir un pórtico norte lleno de preciosas salas y un montón de arquerías labradas como nosotros, los musulmanes, sabemos hacer.
 El palacio, cuadrangular, y que esté reforzado por torreones exteriores y semicirculares.
Existe ya una construcción, un torreón cuadrado, llamado La Torre del Trovador, incluiré esta torre en la construcción , el palacio será todavía más impresionante. Alrededor habrá un montón de jardines, por donde poder dar largos paseos.
Haré también un gran salón, al que llamaré Dorado, donde se puedan celebrar grandes acontecimientos. Va a estar decorado con mis colores preferidos: azul, rojo y dorado.
Al fondo  construiré unas estancias tripartidas, destinadas al uso ceremonial y al privado.
En un gran palacio, tampoco puede faltar una gran cocina; donde los sirvientes puedan cocinar  y un gran comedor donde los reyes y sus invitados  puedan disfrutar de exquisitos manjares...
Pasaron los años... Poco a poco fui construyendo el palacio.
Después de mi muerte se siguió edificando y reformando el palacio.
Tras  la reconquista de la ciudad, Alfonso I  el Batallador inició la andadura cristiana del palacio de la Aljafería.
Aquí vivieron durante muchos años los monarcas aragoneses.
En torno a 1492, y sobre mi palacio, construyeron su palacio los Reyes Católicos, hicieron una gran escalinata y un conjunto de salas, denominadas “de los Pasos Perdidos” que llevan al gran Salón del Trono.
En 1593  el rey Felipe II mandó hacer en el palacio un fuerte, para lo  cual hizo un recinto amurallado exterior, con torres pentagonales en las esquinas y con un gran foso alrededor. También construyó puentes levadizos.
La Torre del Trovador fue usada como cárcel, con capacidad para más de 100 presos.
Durante los siglos XVIII y XIX fue usado como cuartel.
Desde el año 1987, en el palacio de la Aljafería tienen su sede las Cortes de Aragón.
Actualmente la Aljafería está considerado monumento histórico de Aragón. Se pueden realizar visitas.
Yo ya os he contado mi historia. Es hora de decir adiós.

"La paloma espía de La Aljafería"
Carlos Rubio Jiménez de 5º
¡Hola! Hoy  sopla un ligero cierzo, hace una mañana increíble y espectacular  para volar.  Perdón, no me he presentado, me llamo Pocasplumas Pico de Oro y tengo el peor carácter de todo el mundo.
Soy el único de mi familia que conserva el apellido Pico de Oro, no sé porqué. Solo recuerdo que una noche con mi familia estábamos jugando a las cartas (ya sabréis que los palos de la baraja son : alas, picos, patas y plumas) y me había clasificado para la final contra mi primo, el ricachón Picodorado Pico de Oro que siempre ganaba, dejándonos sin dinero y llevándose a todas las palomas guapas. Estuvimos jugando durante horas, hasta que él sacó el As de plumas que venció a mi Rey de picos; me enfadé tanto que empecé a despotricar contra todo y todos y cuando me día la vuelta se habían ido tods dejando una nota que ponía: “Adiós Pocasplumas, no te echaremos de menos, cámbiate el apellido por Malaspulgas”.
Después de dos semanas me llegó una carta diciéndome: “No te cambies el apellido, nos lo cambiamos nosotros. Tú  consérvalo para que te recuerde todo el mundo”.
¡Y bueno! Aquí estoy ahora en la Aljafería, volando y trabajando para el General  Palafox.
Pero ¿Qué son esos gritos?
¡¡¡ALERTA ROJA TODOS A SUS PUESTOS!!!
Los franceses nos estaban rodeando y había que coger todo el equipo: una lata  de sardinas, una aguja, un fusil enano y una cacerola.
La primera batalla fue dura, muy dura, me tocó pelear con muchos soldados y con un general bajito cuyo nombre no recuerdo, empezaba por N eso seguro “ Napo… no se qué” y acabó en el foso del Castillo, cómo no acordarme.
Todo estaba lleno de cadáveres y gente luchando. Ganamos la batalla sufriendo mucho y se retiraron sin General. Volví con Palafox, que me dijo que tenía que llevar un mensaje a los franceses para que se retiraran de los campos que rodeaban a la ciudad y volvieran a su país. Iba volando hacia su campamento cuando me dispararon en el ala, caí en picado hacia los franceses, que me capturaron y quemaron el mensaje.
Estaban cansados y hambrientos, sin tener ni idea de plantas y con mucha suerte les dí unas hojas para que preparasen una cocción de verduras que les provocaron fuertes vómitos y diarreas. Todo se convirtió en un caos de gente vomitando y subiéndose y bajándose los pantalones, lo que aproveché  para huir.
Volví al Castillo de la Aljafería y le conté al General Palafox lo ocurrido. Él se rió a carcajadas cuando vio que los franceses habían tenido que retirarse por la diarrea, oyéndose sus tripas desde Zaragoza.
Después de un tiempo, no sé cuanto, tengo muy mala memoria, lo siento, los franceses volvieron a atacar la aljafería. Fue una batalla cruel y sacrificada, luchabas o morías, así que ¡a luchar!.
Todos sabéis como acabó, así que voy a cambiar el final.
Yo estaba solo, rodeado de muertos y personas enfermas, contra un ejército de miles y miles de soldados franceses. De repente, apareció un gallo francés gigante en medio de Zaragoza y ví cómo destrozaba la ciudad. También ví que venía una nube de polvo amarillo que me envolvía y me convertía en un león gigante, el doble de grande que el gallo francés y entonces grité: “¡¡¡ A COMER!!!.
No sé si esto fue realidad o fruto de una pesadilla por la fiebre, pero querido lector, así acaba mi historia. Sigo vivo y estoy en Zaragoza, puedo ser cualquier paloma de la calle, pero si veis un león gigante defendiendo un puente, también soy yo.

"La ardilla Lulú"
Claudia Murillo Moraz de 1º
Un día de verano, la ardilla Lulú vio una cola de niños un poco larga que estaban esperando para entrar a visitar el castillo de La Aljafería y fue de árbol en árbol desde la rama más baja para saltar poca altura y vio más de cerca la cola de niños, entones, como era muy pequeña se coló y nadie se dio cuenta de que había entrado, fue andando tranquilamente viendo los restos del Patio de San Martín, los tronos de los Reyes, el foso, el Patio de Santa Isabel...
Llegó la noche y en cuenta de salir como todos los niños, prefirió quedarse porque le había gustado mucho y al día siguiente fue corriendo a llamar a sus amigas las ardillas para que también fueran a visitar el castillo tan bonito que había descubierto, al rato llegó otro grupo de niños que iban disfrazados de medievales y las ardillas decidieron disfrazarse también con unas cáscaras de bellotas que habían encontrado y se imaginaron que ellas eran la reina.

"Un murciélago en la Aljafería"
Andrés Mánguez Tomás de 5º
¡Hola, soy Tat Bat! Ahora, ya sabéis quien soy, pero creo que os sorprenderá qué es lo que soy. Soy un murciélago parlante. Pertenezco a una especie que, además de poderse expresar adecuadamente, puede ver. Sé que es un poco extraño para los humanos pero creo que en algún momento tenía que contar mi historia o, mejor dicho, la de mi antepasado.
Actualmente, soy el acompañante del guía de la Aljafería Edelmiro, pero sé más cosas que él respecto a este palacio. Esto es así porque mi tatata...tatarabuelo, Pon Bat, -que extrañamente vivió unos 300 años o más- tuvo su hogar en los alrededores de la Aljafería y participó en una parte importante de la historia de este palacio. Esta historia fue transmitida de generación en generación hasta mí. No se la he contado a nadie, pero vosotros me habéis caído bien, así que allá va... ¡Ups! Se me olvidaba que sólo puedo contaros la parte de la historia en la que Pon Bat estaba despierto, es decir casi siempre por la noche. Y es que a los murciélagos no nos gusta mucho la luz del día.
Como soy guía, a veces me enrollo un poco con los detalles pero seguro que así aprenderéis más.
A principios del siglo XII, unos preciosos jardines rodeaban la Aljafería y en un hueco de un frondoso árbol vivía un murciélago llamado Pon Bat. Nada más hacerse de noche Pon Bat se despertó e inició una incursión nocturna en el palacio. Mi antepasado era un murciélago muy curioso. Se echó a volar. Primero sobrepasó los jardines, luego sobrevoló las murallas hasta que se posó en los naranjos del patio de Santa Isabel (el patio de Santa Isabel se llama así porque se dice que allí nació la infanta Isabel de Aragón, que en 1.282 fue coronada reina de Portugal). Allí se quedó quieto hasta que el guardia se marchó. Entonces descendió a tierra. Fue volando bajo, casi a ras del suelo, hasta las cocinas (su lugar favorito para comer algo). El cocinero estaba durmiendo en un rincón. Entonces Pon Bat se elevó hasta la despensa, abrió la puerta y empezó a comer, pero se le cayó un trozo de carne que despertó al cocinero. Éste, sobresaltado, se levantó y vio el trozo de carne en el suelo y la puerta de la despensa abierta, entonces se acercó, cogió un taburete y empezó a inspeccionar la despensa. Pon Bat se escondió detrás de unas especias, pero el cocinero las apartó y vio a Pon Bat. El cocinero empezó a gritar del susto. No se lo esperaba. En ese momento Pon Bat echó a volar muy rápido sin que el cocinero le pudiera atrapar. Iba a salir cuando, alertados por el ruido, entraron dos guardias. Pon Bat pasó por encima de sus cabezas y los guardias le empezaron a perseguir por los pasillos hasta que, al llegar al salón dorado, se escondió en las alcobas. El salón dorado tenía en los techos alfarjes hechos de madera que reproducían el firmamento. Todo el salón era una imagen del cosmos, cuajada de símbolos que representaban el poder que sobre el universo celeste quería ejercer el monarca de Zaragoza, que aparecía así como heredero de los califas.
Los guardias al perderle de vista se marcharon. Como había sido una carrera agotadora, Pon Bat decidió marcharse a su tranquilo y cálido árbol.
Al día siguiente, oyó unos ruidos molestos que le despertaron varias veces pero al estar el sol en lo alto decidió no salir de su árbol. Al atardecer, cuando se despertó y echó a volar, por poco le rebanan el pescuezo con una espada. El roce le hizo caer, pero volvió a volar y desde las alturas vio mejor lo que pasaba. Las tropas cristianas estaban luchando contra las tropas musulmanas. Intentó entrar dentro de la Aljafería, pero le resultó imposible porque estaban lloviendo flechas. Estuvo esquivándolas un rato, pero se cansó y al pararse un momento para descansar, una flecha le rozó el ala derecha. De repente, se encontró cayendo en picado. El golpe con el suelo fue muy fuerte y se desmayó.
Pasaron varias horas y al despertar lo único que recordaba era el golpetazo. Intentó volar, pero entonces descubrió que su ala derecha estaba herida y decidió volver dando pequeños saltos. Avanzar de esa forma era agotador. El frío y la luz del día no le ayudaban mucho. En su camino se iba encontrando cuerpos sin vida de cristianos y, sobre todo, de musulmanes que habían perecido en la batalla. Cuando se estaba acercando a su hogar vio horrorizado que los campos estaban quemados y destruidos. Fue corriendo a su árbol y se echó a llorar. De su árbol solo quedaban las cenizas y alguna que otra rama cortada por el suelo. Pon Bat estaba tan triste, que se alejó de allí volando pese al dolor que le producía su ala rota. Agotado y sin fuerzas, finalmente cayó de nuevo al suelo. Está vez en un lugar sombrío con restos de nieve helada. El golpe fue tan doloroso que Pon Bat se volvió a desmayar. El invierno continuó y la nieve enterró por completo a Pon Bat.
Lo sorprendente de esta historia es que cuando mi antepasado despertó, había pasado mucho tiempo. Como más tarde averiguaría, despertó en el reinado de los Reyes Católicos.
Al despertar era de noche y se encontraba en un trozo de tela. Miró a su alrededor y vio que estaba dentro de una especie de mochila. Lo primero que se le ocurrió a Pon Bat fue huir, pero al pensar que no podía volar porque su ala estaba magullada, se giró para verla y se la encontró con unas vendas; entonces pensó que el hombre que le llevaba era médico y le había curado. Decidió descansar tranquilamente.
Al día siguiente le despertaron unas gotas de agua fría, y delante de sus ojos se encontró al mismo tipo que le llevaba en la mochila.
Aquel hombre se presentó:
- ¡Hola pequeño murciélago¡ Soy Juan Ramiro, médico del reino. No tengas miedo, te recogí de una nevera natural. Tuve curiosidad por saber si podría reanimarse un animal medio congelado. Veo que sí. No sé cuánto tiempo llevabas en ese sitio tan sombrío pero parece increíble tu recuperación. Las vendas te las he puesto yo porque aprecié que tenías una herida en el ala.
- ¿Dónde estamos?
- Estamos cerca de la Aljafería. Si quieres puedes venir conmigo. Tengo audiencia con los Reyes Católicos.
Pon Bat no había oído hablar de esos Reyes. De la conversación con el médico averiguó dónde se encontraba y que había pasado mucho tiempo desde que perdió el conocimiento. También el médico comprendió que el animal que le hablaba quizás fuera el último de su especie y que había vivido tiempos remotos pero muy interesantes. Había visto en antiguos escritos referencias a este tipo de murciélagos pero pensaba que se trataba de leyendas poco creíbles.
Llegaron al palacio y una vez dentro esperaron en la Sala de los Pasos Perdidos. Hay varias salas que anteceden al gran Salón del Trono y que son denominadas «salas de los pasos perdidos». Se trata de tres pequeñas habitaciones de planta cuadrada comunicadas entre sí por grandes ventanales calados con celosías que dan al patio de San Martín, y que servían de antesalas de espera para quienes iban a ser recibidos en audiencia por los reyes. Uno de los elementos más estimables de estas salas son sus solerías, que en origen eran azulejos cuadrados y alfardones hexagonales de cerámica vidriada en colores, formando caprichosas cenefas. Fueron elaborados en los históricos alfares de la localidad de Muel, a fines del siglo XV. De los fragmentos conservados se ha podido restaurar el suelo en su totalidad con cerámica que imita la forma y disposición de la antigua solería, aunque no su calidad de reflejos vidriados.
Pon Bat pensó que sería muy emocionante y a la vez interesante conocer a los Reyes Católicos, así que Pon Bat pegó un salto y se posó sobre el hombro se su amigo. Por dentro se llenó de alegría al comprobar que podía volver a volar.
En la sala de los Pasos Perdidos, se encontraron a una mujer llamada Marta que venía desde Muel para pedir dinero a los reyes y así poder pagar a los mineros.
Entrada la noche les llamó el consejero real para hablar con los Reyes Católicos que, como sabréis eran Isabel, hija de Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal, y Fernando, hijo de Juan II de Aragón y de Juana Enríquez. Contrajeron matrimonio en Valladolid el 19 de Octubre de 1469, aunque muchos no aprobaban aquel enlace.
Los Reyes les preguntaron por el motivo de su visita a lo que Juan Ramiro respondió:
- Yo y mi murciélago desearíamos quedarnos un tiempo en palacio.
- ¿Por que nosotros querríamos que usted se quedara en palacio?-respondió la reina Isabel .
- Porque, majestad, este animal pertenece a una variedad de murciélagos que, por asombroso que parezca, pueden ver y tienen el don de la palabra. Desconozco el porqué, pero en el poco tiempo que llevo con él, he averiguado que ha vivido otras guerras entre musulmanes y cristianos, así que puede ser de gran ayuda en la conquista de Granada. Además, su pequeño tamaño hace que se convierta en el espía ideal. He conseguido que este murciélago me dijera quién construyó la Aljafería, las costumbres de los musulmanes, sus defensas y otros detalles interesantes.
- Prosigue- dijo el rey Fernando.
- Bien, pues como decía, mientras caminaba hacia palacio oí una voz que decía: “mi árbol, mi pobre árbol fue quemado y cortado por...”, entonces me paré y al darme la vuelta y no ver a nadie, pensé que era un fantasma ; pero al proseguir caminando volví a oír esa voz: “... Alfonso I el Batallador, lo odio, lo odio, lo odio ZZZ...ZZZ...ZZZ”, entonces al girarme y no volver a ver a nadie, pensé que provenía de mi mochila y al mirar dentro, vi al pequeño murciélago hablando en sueños, ahí fue donde dijo su nombre Pon Bat.-respondió mi acompañante.
- Fascinante-dijo la reina Isabel- bien, pues si esto es cierto le dejaré que se quede en palacio, es más, se quedará para ayudarnos a conquistar el reino de Granada.
Juan Ramiro estaba muy emocionado.
- Por favor, Pon Bat, tú podrías ser muy útil en la guerra ya que prácticamente viviste con los musulmanes. Por favor, no creas que me estoy aprovechando pero piensa que si hablas, a lo mejor te dan un nuevo hogar.
Entonces al oír la palabra “hogar” Pon Bat empezó a parlotear como una cotorra.
- ¡Hola! Me llamo Pon Bat y soy un murciélago, yo vivía el los alrededores de palacio hace más de 300 años.
Al decir esto los reyes, la corte real y los soldados presentes se quedaron boquiabiertos.
Entonces el rey Fernando se levantó y dijo:
- ¡Espléndido! Podéis ocupar la habitación mas lujosa de palacio.
Al salir del Salón del Trono Pon Bat pudo apreciar la magnificencia y suntuosidad del techo. Sus dimensiones eran muy considerables casi 20 metros de longitud por 8 de anchura. Pudo ver las mejoras en el artesonado sustentado por gruesas vigas y traviesas decoradas con lacerías que en las intersecciones formaban estrellas de ocho puntas, al tiempo que generaban treinta grandes y profundos casetones cuadrados. Fueron al aposento que les habían preparado para descansar. Aunque ya conocía el palacio y nada se le hacía extraño, si qué pudo apreciar estancias en las que nunca había estado y mejoras cuantiosas en el recinto.
El tiempo pasó y capitanes del ejercito se acercaron varias veces a hablar con el médico y su extraño acompañante para tener información de primera mano de la vida de los musulmanes. De cómo hacían sus cambios de guardia y otros detalles que Pon Bat conocía y nunca había dado importancia.
En los meses siguientes iniciaron un viaje hacia Granada. Allí se llevó a cabo la segunda parte del Plan. Pon Bat entraba cada noche en la Alhambra y conseguía información muy valiosa.
En 1.492, los Reyes Católicos conquistaron Granada gracias a la ayuda de Pon Bat.
No puedo contaros cómo fue al batalla porque mi tatata...tatarabuelo estuvo dormido y no pudo participar en ella pero espero que os haya gustado todo lo demás.
Con el tiempo, mi antepasado encontró una bella murciélago, tuvo descendencia y, por tanto, dejo de ser el último de su especie. Así que si alguna noche oís una voz en el campo que viene de una pequeña sombra no os sorprendáis...
- ¡ Tat Bat! Ven ahora mismo. Tenemos que irnos.

"La princesa Sena"
Claudia Nuez Yuste de 5º
Esta es la historia de una hormiga llamada Sena la princesa.  Es de color azul grisáceo, con un cuerpo pequeño y delgado, unas antenitas curvas y lleva en la cabeza una corona hecha con hojas y flores y  tiene pintados unos dibujos de hormigas.
Vive en un hormiguero, pero no es un hormiguero cualquiera, es muy grande, ocupa toda la Aljafería y está situado entre sus piedras. Es como una gran ciudad. Desde su habitación se ve el Patio de Santa Isabel. Antes no vivían en las piedras sino en el suelo, se mudaron allí cuando la  empezaron a construir.
Sena, a veces se va dar una vuelta por el hormiguero y otras por los jardines del palacio, aunque sabe que no deben salir cuando pasa una visita por allí porque sino las ven pueden pisarlas.
La princesa es amble y ayuda a las demás hormigas a recolectar la comida  para  el invierno. Un día cuando iba a por comida para su familia y se encuentra con una niña que iba por allí. La niña casi iba a pisar a Sena pero grita y la niña, llamada Andrea, la escucha porque tiene algunos dones. La hormiga Sena piensa que esta muerta, pero la niña la dice:
Andrea: Hola soy Andrea ¿Y tú?
Sena: ¿Puedes entenderme?
Andrea: Si.
Sena: ¿Qué haces aquí? ¿Has venido de visita?
Andrea: Me he escapado. Han matado a mis padres porque puedo hablar con los animales, hacerme mas pequeña o mas grande y también convertirme en el animal con el que hablo.
Sena: Me llamo Sena.
Andrea: ¿Puedo quedarme contigo?
Sena: Claro que puedes, ven.
Andrea se encoje, se convierte en una hormiga y entra con ella al hormiguero.
Andrea: Dime. Ya que vives aquí ¿Sabes historias sobre la Aljafería que puedas contarme?
Sena: Sí. Esto empezó así:
Ezequiel Ruiz, un rey muy rico,  gran viajero,  tenía un palacio en cada ciudad que había visitado menos en Zaragoza porque no la conocía. Un día Ezequiel se vino a Zaragoza, como no tenía lugar donde alojarse mando construir un palacio,  quería que se hiciese esa misma semana, tenía mucho dinero y contrato a muchos albañiles. Mientras tanto el rey se hospedaba en un hotel muy lujoso que había comprado nada más llegar. Estaba nervioso, tenía muchas ganas de trasladarse a su nuevo hogar. Cuando acabo de construirse el palacio quiso que lo llamaran Aljafería. Al día siguiente se alojó en él y descubrió que en el terreno donde se había construido había un cementerio; por las noches aparecían los fantasmas de todos los muertos enterrados allí. Los fantasmas maldijeron al rey con que  sufriría cambios inesperados en su vida.
El rey se casó con una reina, llamada Yolanda, de un país muy lejano. Tuvieron dos hijos y dos hijas.
Cuando el  rey Ezequiel cumplió cincuenta años sucedió una gran desgracia, murió casi toda su familia. Solo sobrevivió la reina y está se casó con Marcos Melango. Tuvieron un hijo llamado Lliseldo.
Andrea: ¿Por qué mataron a todos menos a la reina?
Sena: Porque Marcos, el marqués quería acceder al trono y se le ocurrió matar al rey y a sus descendientes para así él poder casarse con la reina y  así reinar.
El rey tuvo que marcharse a la guerra, desapareció y nunca más se supo de él. Así que su hijo Lliseldo acabo siendo el rey. Este se enamoro de una aldeana, las leyes no dejaban casarse a un rey con alguien que no tuviera sangre real. Todos los días pares, como los días de sus nacimientos, quedaban en un callejón oscuro donde nadie los pudiera ver. Al final los pillaron, a la aldeana la encerraron en las mazmorras de la Aljafería,  el rey seguía acudiendo a su cita esta vez en las mazmorras y  la contemplaba desde el  otro lado de la verja.
Lliseldo dicto otra nueva ley: los reyes podrán, casarse con aldeanas solamente si los dos se amaban, en caso contrario si se hace por dinero a la aldeana se le cortará la cabeza.
Lliseldo tenía un amigo musulmán que iba a la Aljafería a reza.
Andrea: ¿Cómo se llama a su amigo? ¿Por qué iba a rezar a la Aljafería?
Sena: Se llama Amulafat Onaje  A él le gustaban la tranquilidad de los jardines de palacio.
Después de unos años los musulmanes declararon la guerra contra los zaragozanos. Amulafat  tuvo que esconder en la Aljafería porque al ser amigo de un zaragozano lo querían matar a él también. Al final mataron a los dos en esa guerra.
Zaragoza se quedo sin rey durante muchos años hasta que ese tema se debatió y resultó que un tal Wiliam apareció pidiendo la corona porque decía que era el hermanastro de Lliseldo.
Andrea: ¿Por qué es el hermanastro si Marcos sólo tuvo un hijo?
Sena: Porque Marcos se había casado antes de estar con la reina Yolanda y con la otra mujer había tenido un hijo.
Así que Wiliam reino en Zaragoza. Durante ese tiempo se enamoro de una muchacha que tenia varios dones, tuvieron una hija llamada Fátima que a su vez se caso y tuvo una hija. La muchacha Fátima y su hija llamada Maria tenían los mismos dones.
Cuando descubrieron que, Fatima y María tenían dones las querían investigar. Su madre la escondió, a Wiliam y a su mujer no se les volvió a ver. A Maria la
adoptarón cundo tenia tres años, por que unos señores la vieron por allí.
Andrea: ¿Ya no sabes mas cosas sobre La Aljafería?
Sena: No. Ya te he contado todo lo que sabía sobre la Aljafería.
Andrea: Me lo he pasado genial contigo Sena.
Sena: ¡Ya se quien nos puede ayudar con la historia! Diana
Andrea: ¿Quién es Diana?
Sena: Es la reina, mi madre.
Andrea: Es verdad que tu eres la princesa.
Sena: Vamos a buscarla. Es la única que puede ayudarnos, porque ha salido fuera de la Aljafería.
Andrea: Hola mi reina.
Sena: Hola mamá. Queríamos preguntarte si  sabes algo más sobre la Aljafería cuando saliste fuera de ella.
Diana: Solo se que unos señores se llevaron a una niña parecida a ti, Andrea.
Andrea y Sena: Que raro.
Sena: Podemos salir fuera.
Andrea: ¿Para que  vamos a salir fuera?
Sena: Para preguntar.
Andrea: No sabes que hay siete mil ciudadanos en Zaragoza.
Sena: ¿Tantos?
Andrea: Si, igual mas.
Sena: Ah, yo no lo sabía.
Andrea: (Repasa toda la historia de la Aljafería)
Padres adoptivos, una niña que se parece a mí . . .
Andrea: Ya lo recuerdo todo, a mi me adoptaron unos señores que me encontraron perdida en la calle y me llevaron a su casa.
Claro esos son los mismos padres a los que mataron. Yo soy esa niña a la que quieren investigar. Yo formo parte de la historia de la Aljafería, soy de sangre real. ¡Tengo padres, no soy huérfana! Yo no conocía a mis verdaderos padres.
Andrea se transforma en humana y junto con Sena van  en busca de sus auténticos padres.
Al cabo de unos días preguntaron y preguntaron y al final los padres de Andrea estaban trabajando en una agencia de viajes. Toda la familia vuelve al palacio a dejar a la hormiga en el hormiguero y ellos se van a su casa.

"Una turista en La Aljafería"
Paola García Guerrero de 6º
Hola, me llamo Paola, y soy una turista de Italia y he venido a Zaragoza porque me gustaría conocer el palacio de la Aljafería. Lo que más me ha sorprendido es que yo había visto fotos antiguas y era de un solar abandonado de viejos cuarteles en lastimoso estado, y ha pasado a ofrecer hoy en día un magnifico semblante con maravillosos espacios ajardinados. Voy a visitar el palacio empezando por la capilla o iglesia castrense llamada de San Martín, que se compone de tres naves con algunas pilastras dóricas y varios lienzos de escaso mérito, y a la parte norte posee un calabozo, muy elevado conocido vulgarmente por la Torreta , y según otros por la prisión del Trovador. Recorro la mezquita donde el rey oraba 5 veces al día y también recorro el patio de Santa Isabel, que se le conoce desde el siglo XVII, debido al supuesto nacimiento en la Aljafería, de la infanta Isabel de Aragón, que fue reina de Portugal. El patio es de forma rectangular, y tiene una vegetación de naranjos y setas, y permanece salvaguardado por la solidez y el hermetismo de las murallas circundantes. En la Torre del Trovador hay un pozo con agua de mas de 12 metros que se accede a él desde unas escaleras. La Torre del trovador tiene 5 plantas. Y ahora voy a bajar unas escaleras anchas que servían para cuando había alguien de la realeza, tenían que agacharse y entonces ya hacían la reverencia. Hay muchos aposentos y en algunos solo se podían visitar unas determinadas partes, algunas solo podían estar los reyes y sus 4 mujeres. El rey normalmente tenía 4 mujeres y muchos hijos con cada una de ellas, pero también tenía muchas amantes. Otros de los aposentos llamado “El de la chimenea” sirvió para que la reina comiese los días que duró la fiesta de la coronación del rey. Otra de ellas era la sala de “Los mármoles” que en ella estaba la cama del rey, que tenía las cortinas de terciopelo carmesí con bordadura de oro, y con las armas reales. Los colores del rey eran dorado, rojo y azul. Hay una sala en el palacio de los reyes Católicos, que tienen unas piñas en el techo que encajan con el suelo y que tienen escudos en las esquinas. Y otra sala tenia el nudo que atado y que el rey Fernando cortó. El rey Fernando recibía todo sentado en su trono porque era muy bajito y cuando se levantaba por cualquier cosa se reían de él, y para parecer  mas alto se puso una corona con un dragón. Gracias ha esto en una sala pequeñita hay piñas por todo el techo y en el  centro hay un escudo con la corona del dragón.
Desde 1987 el palacio de la Aljafería acoge entre sus muros a la institución que representa a todos los aragoneses, Las Cortes de Aragón. El número de diputados que forman el Parlamento es de 67, cuentan con una serie de órganos de dirección y representación (Presidente, mesa de las cortes y junta de portavoces) y unos órganos de funcionamiento, (Pleno, comisiones y diputación permanente). El pleno reúne a todos los diputados y es donde toman las decisiones mas importantes.
Y a todo esto me colé, conseguí pasar haciéndome pasar por cocinera  y tengo que reconocer que hay mucho protocolo en la cocina.

"Yo era un faisán"
Andrea Olivera Nogués de 5º
Yo era un faisán del año1.060 que cantaba en los jardines del palacio de la Aljafería. Abdula un criado del rey Abú yafar venía cuando tenía tiempo a escucharme y darme algo de comida. Me contaba muchas historias sobre el rey y de cómo era la Aljafería por dentro. Me hablaba de la belleza del salón de oro porque yo no podía entrar. También me hablaba de la torre del Trovador, de las vistas tan bonitas que tenía.
Un día cuando se acercaba hacia mi parecía enfadado. Me contó que el rey se había levantado de mal humor y había empezado a mandar órdenes sin conocimiento. Para calmarse un poco decidió ir a dar una vuelta, y yo fui con él. Abú yafar vió a Abdula sin hacer lo que le había mandado y entonces Abú Yafar ya no dejó salir a Abdula a los jardines en todo el día. Yo me sentí sola porque no estaba conmigo. El día se me hizo eterno.
Abdula estaba que echaba humo. Según lo que me contó no había dormido en toda la noche y encima por la tarde Abú Yafar había organizado una fiesta, y tenía que servir comida a todo el mundo que asistiera. Ya era por la tarde y empezaba a llegar gente. Antes de que empezara la fiesta Abdula me había traído unas cuantas bayas que habían sobrado de la cocina. Para mí era todo un manjar. De repente apareció otro criado diciendo que Abú Yafar  estaba buscando a Abdula. Cuando Abdula se fue me fui a comer las bayas .¡ Que buenas estaban!. Echaba de menos a Abdula y además la fiesta iba a durar toda la tarde. Entonces me di cuenta de que alguien había dejado abierta la puerta. Se me estaba ocurriendo una idea... ¡Y entré! Vaya ,si que era bonito el palacio. Ahí estaba Abdula, pobrecillo estaba haciendo todo el trabajo solo. Entonces se me ocurrió ayudarle. Me preparé y…  alcé el vuelo. Cinco minutos después la mesa estaba rota, la comida por el suelo y Abú Yafar que se subía por las paredes. Sin pensárselo dos veces ordenó a Abdula que me atrapase y el sin hacerme daño me atrapó en una red. Entonces me encerraron en una jaula. Les oí decir por detrás de la puerta que me iban a sacrificar por la mañana para comerme. Ya era de noche cuando Abdula entró y me abrió la puerta de la jaula. Pero entonces entró el carcelero y metió a Abdula en el calabozo por haberme liberado. Pero yo me escapé por la ventana. Después me asomé a la ventana del calabozo y Abdula me empezó a gritar diciendo que le había dejado solo y entonces me fui volando a llamar a mi familia que vivía al otro lado de Zaragoza. Cuando volvía venía con mi madre mi padre mis tres hermanos, tíos, abuelos, primos, amigos…. Entre todos pensamos en derribar la pared del calabozo. Al intentarlo la mitad se quedo majareta. Pero yo no me rendí. Entonces me metí dentro de la Aljafería con los que no les dolía la cabeza. Íbamos avanzando columna por columna. Cuando llegamos a los calabozos a seis los habían cogido cuando empezaron a perseguirnos. Quedamos que la mitad se enfrentaría a los guardias (siete faisanes, en total antes éramos unos treinta) los demás nos quedamos escondidos a la señal de mi hermano mayor que era uno de los siete. Entonces salieron disparados hacia el guardián del calabozo. Pero a mi hermano le dio con la mano y no se podía mover, pero debía hacer algo así que les hice una señal para que me siguieran antes de que vinieran más guardianes y los que consiguieron pasar (tres, yo era uno de ellos) empezamos a buscar en todos los calabozos pero por delante de nosotros se acercaban guardianes entonces cogí velocidad y pase entre dos muy rápido y en ese momento me pareció ver la silueta de Abdula, pero al ir tan deprisa no me fije por delante mío y rebote con la panza del guardián jefe y sin pensárselo me llevo a cortarme la cabeza y también a mis familiares y amigos. Yo era el primero, cuando ya estaban cogiendo el hacha un hombre misterioso que iba todo tapado colgado de una cuerda atada a un balcón del castillo saltó y le dio con los pies al que me iba a cortar la cabeza y salió disparado dos metros. Entonces nos metió en una bolsa a todos y subiendo por la cuerda se escapó. Nos llevó a los jardines y nos sacó de la bolsa. Entonces se quitó las ropas que cubrían su cara y…. ¡era Abdula! Yo no entendía nada y nos empezó a explicar cómo había salido. Nos contó que cuando rebote en la tripa del guardián jefe sus llaves cayeron al suelo y el con ayuda de unas ramas las había conseguido y luego había venido a ayudarnos. Luego nos dimos cuenta de que salían guardias a buscarnos. Abdula nos metió en la bolsa y salió corriendo de los jardines. Se le ocurrió ir a casa de sus padres, aunque ellos ya no estaban aquí. Pero no teníamos nada y Abdula no tenía siquiera ropa. Y aparte yo me entere de que Abdula se había enamorado de una cocinera joven, y quería decirle adiós. Cuando volvió se encontró con Fátima       (era la chica de la que se había enamorado) que le contó lo que había pasado. Le dijo que se tenía que ir antes de que le pillaran. Le costó mucho despedirse y parecía que Fátima tampoco quería despedirse. Al salir a los jardines los guardias le vieron y empezaron a perseguirle durante treinta y cinco minutos así que se desvió y se perdió de la ruta que tenía que seguir para llegar a la casa de sus padres. Después de cuatro horas caminando por las calles llegó a su casa. Cuando entró olió un olor que le resultaba familiar. Fue a la cocina y…. ¡ahí estaba Fátima! Abdula no sabía que pasaba así que Fátima se lo explicó. Le contó que yo fui a llamarle para si quería ir a vivir con vosotros y he aceptado. Desde ese día Abdula, Fátima y yo (mi familia se fue a vivir a donde vivían antes), vivimos juntos en esa casita y fuimos muy felices.

"Si yo fuera un guía"
David Tortajada Latorre de 1º
Si yo fuera un guía  os contaría   cosas de la  Aljafería.  En la entrada hay tres banderas  situadas en  la Torre del trovador y hay  unas torres con arcos. Si entramosa la derecha  veremos la puerta de la iglesia de San Martín  El oratorio  servía   para  que los árabes rezaran a su dios. En la Sala de los mármoles hay unos  adornos  que se ponían en  el techo. En el  patio de Santa Isabel hay unos naranjos  y  una fuente y cerca hay  unos  arcos  mixtilíneos.  Después  iremos a la planta  intermedia  y veréis  un pequeño museo y después   a ver un pozo con agua. A continuación   vamos a  a la torre del trovador y luego al salón de los Reyes  y a la izquierda
el salón de los pasos perdidos que servía  para  que los invitados de los Reyes se cansaran
Mientras  esperaban. Al final iremos  también a las cortes y a la sala de los Diputados.

"La aventura de Layla"
Alba García Varona de 2º
Mi nombre  es  LAYLA y soy una ardilla, iba como siempre  saltando de árbol en árbol  y  entonces vi a una clase  entrar en  la  Aljafería, me  colé y como soy muy pequeña nadie me vio.
Nada  más entrar ví unos jardines de pequeños arbustos por los que no podía trepar, seguí adelante y llegué a una torre de cinco pisos en la que todo eran arcos, al salir fuí a un salón dorado, era lo más bonito que había visto.
Decidí salir al patio e irme por otra puerta, llegué a una habitación llena de arcos y de columnas.
Un poco nerviosa regresé a los jardines para  salir.
Al volver a mi casa pensé en lo que me había pasado. La  aventura  me  pareció genial, todo lo que había visto era muy bonito pero nada es tan bonito como volver a mi árbol.

"La Aljafería"
Ana  Arcega Joven de 1º
En el interior del palacio vimos un jardín, a cielo abierto, con árboles de naranjas y un estanque en el que iba cayendo agua.
Luego  vimos  el  oráculo, un lugar pequeño con forma de arco en el que el rey rezaba.
Las salas eran muy espaciosos y altas con dibujos de colores rojo, azul y oro.
En el techo de otra sala había piñas de oro y en el suelo estaban dibujadas.
En otra salita había una corona de un dragón en el techo, que se la ponía un rey que era muy bajito.
Había una maqueta con escritura en braille para las personas invidentes.
Más tarde visitamos el lugar donde se reúnen los políticos con los nombres en sus mesas.
En la pared una escultura de Pablo Serrano que representa el diálogo.

"El palacio de la Alegría"
David Amicizia Torcal de 1º
La Aljefería es un palacio fortificado  construido  en  la  segunda  mitad del siglo XI por Al Muqtadir. También   llamado  Palacio  de  la  Alegría.
El 31 de mayo, 1110 los almorávides se apoderan de  Zaragoza durante 8  años.
En 1118 Alfonso I  el Batallador reconquista  Zaragoza, a partir de está fecha el Castillo inicia su andadura como alcázar cristiano de propiedad real.
En 1469  llega el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.
Hay  mucha  historia que contar… pero en 1986 D. Felipe de Borbón coloca la primera piedra de la nueva sede de las Cortes de Aragón.
Fernando II de Aragón se casó con Isabel I de Castilla consiguiendo con su enlace, la unión de las coronas de Aragón y Castilla.
El título de Reyes Católicos se lo dio el Papa valenciano Alejandro  VI . No existe un personaje  histórico tan célebre ni  tan controvertido. Consquistaron los reinos de :Granada, Navarra, Canarias y Melilla.
Murió en 1516.

"Fantasmas en La Aljafería"
Fernando Martín Escobar de 2º
Un día en el palacio de la Aljafería, iba en mi bicicleta tan rápido que cogí un bache y salí volando por los cielos. La bicicleta atravesó el Palacio, sobrevolándolo y yo, de la presión rompí el cristal con la cabeza y acabé en la sala más alta de la Aljafería. Me levanté y esperé un rato hasta que me di cuenta de que estaba vivo y dije: - ¡Esto es un milagro!
Después, fui  bajando hasta que  llegue hasta la segunda planta, oía unos gritos que parecían venir de la primera planta, - ¡Había fantasmas! Me encantaba jugar al Monopoly, pero esto era - ¡Muchísimo mejor! Era… como diez veces mejor. Aún que a la gente le aterrorizan los fantasmas, a mi encantan.
Grité y los fantasmas vinieron a por mí, yo me asusté un poco y me fui escaleras abajo. Me sorprendió un poco que abajo hacia mucho más calor; paré un rato a ver qué es lo que pasaba. Me di cuenta que había lava y donde  hay lava hay dragones, y donde hace calor hay demonios. Todo encajaba y al echar una ojeada pude comprobar que era verdad.
Fui lentamente por el pasillo pero… -¡Oh, no!-¡El diablo me ha visto! Eche a correr pasillo a la izquierda, escaleras para arriba, pasillo a la derecha, escaleras para abajo…yo intentaba escapar del diablo para no ir al infierno.
Cuando menos me lo esperaba el dragón se soltó de la cadena en la que estaba sujeto… ¡Pon, pon! se acercaba el dragón dando grandes saltos…
De  pronto abrí los ojos y aún estaba en el suelo, la bicicleta a mi lado, y el que venía corriendo  era mi padre.
¡¡Todo había sido un sueño!!

"Viaje al pasado"
Eduard Iulian Peterca de 4º
Un día, en el siglo XXXV, un señor llamado Eduard iulian, inventó una máquina para viajar al pasado. Quería ir a la coronación del rey Arturo, pero por equivocación, pulsó el botón para ir al año 1194, un poco después de que el rey Alfonso conquistara la Aljaferia. Allí vio un arquitecto y le preguntó que hacia. Me dijo que estaba inventando planes para defenderse de los moros. Le dije que le ayudaría a idear planes. Le ayudé a inventar el siguiente plan: Me dijo que cuando pasen por el puente, se hundirán y se caeran al foso. Lo malo es que me dijo que no tiene nada que se caiga cuando lo pises, yo le dije que en mi siglo hay algo llamado papel que se rompe fácilmente y también que traería pintura para que parezca de verdad. Fui a buscar el papel y la pintura a mi siglo, pero antes tenía que encontrar la Pasadiyux, es decir, la máquina para viajar al pasado. Me acordé de que la había escondido detrás de un arbusto. Me metí dentro y programé la clave para viajar a mi siglo. Media hora después, ya tenía la cuerda y todo. Hicimos el puente lo más rápido que pedimos, lo pintamos y lo colocamos.
Al día siguiente vimos a los moros con una pequeña parte de sus tropas, pero sabía que algún día, vendrían con todas sus tropas a menos que los detengamos. Sabíamos que teníamos que inventar más planes para protegernos de los moros. Así, que hicimos una reunión llamada P.D.C.M. es decir, planes defensivos contra moros. Hicimos muchos planes, plan A, plan B…
El plan A se llamaba  "Cuerdas ". Poníamos unas cuerdas tensas para que si nos dispararan cañonazos, pudiéramos devolvérselos. El plan B se llamaba "Defensa Creída" Saldría un soldado diciendo que nos rendimos, los soldados se esconderán detrás de los arbustos y cuando los moros se acerquen lo suficiente, saldrán de detrás de los arbustos y los atacaran a la espalda. Y por último y más importante, el plan C  "Fin de la partida", nos disfrazaríamos de un moro y atacaríamos a su rey.
Así pues, empezamos por el plan A. Salimos al exterior del castillo y pusimos las cuerdas y entramos dentro por si se acercaban los moros.
Al día siguiente, vimos a los moros y nos preparamos para el plan A.
Entramos el castillo para estar seguros, lanzaron los cañones y se los devolvimos, en realidad se los devolvieron las cuerdas. Y funcionó a la perfección. Luego salieron corriendo y decidimos empezar con el plan B. Volvió la noche y con ella los moros, salió un caballero y le dijo que se rendía pero los moros atraparon a una chica que no sabía lo del plan así que los moros la atraparon, se llamaba Sitonia Tortelini. Así que me puse la armadura para que no hicieran con ella una barbacoa e ideamos un plan para rescatarla. No podíamos hacerlo con el plan C porque teníamos que devolverla al castillo para que no la atrapen otra vez los moros. Teníamos que ir a rescatarla pronto. Me dieron la mejor armadura y entonces descubrimos que la violencia no importa sino la inteligencia. Dije que uno podía distraer a su rey y yo podía salvarle. Así que Juan Dellarobia le distrajo y yo la salvé, por suerte había unos cristianos fuera y como no estaba alto, puse una cuerda desde la ventana hacia el suelo y la lance por la cuerda y se sujeto. Entonces fui a por el rey y le puse la espada delante de él y le dije que si nos volvía a atacar le encerraríamos para siempre. El dijo que no nos volvería atacar. Entones volvimos al castillo y me dieron las gracias por haberles salvado. Me preguntaron si podía quedarme y les dije que unas horas más para investigar el castillo de la Aljafería.

"El pirata y la Aljafería"
Alba Ortiz Gómez de 4º
Érase una vez un valiente pirata llamado Jaime que navegaba por las riberas del Ebro. Y es que sabía,  que en la capital aragonesa había escondido un tesoro.
El pirata era de cabello corto y castaño, con un pañuelo atado en la cabeza. Iba en un velero de color rojo intenso, rápido como el viento.
Al llegar a Zaragoza en el meandro de Ranillas el pirata bajó del velero, y se encontró una rana:
RANA: ¿Qué te trae a esta ciudad?
PIRATA: Voy en busca de un tesoro escondido, pero no sé donde puede estar. ¿Me puedes ayudar a encontrarlo?  Te recompensaré si lo encontramos.
RANA: Sí, quiero ayudarte pero necesitaremos un plano.
El pirata sacó de su zurrón un antiguo y arrugado plano, en él, se dejaba ver el perfil de lo que podía ser una antigua fortaleza,  cuatro bastiones, foso, puente levadizo…
RANA: Este sitio me recuerda a algo…
PIRATA: ¿A qué?
RANA: Ya lo sé, ¡es el palacio de la Aljafería! Es el lugar donde yo vivía antes de sufrir un hechizo del malvado brujo Ohcnas.
PIRATA: ¿Cómo sucedió?
RANA: Soy la única descendiente, y el malvado brujo se quiere quedar  con el palacio quitándome del medio.
En el plano había  señales  borrosas, que no se entendían bien: Patio de S…tín, Pa…Isabel, Torre…dor. Junto a esta última una marca en forma de cruz. Los dos estuvieron estudiando el plano.
PIRATA: ¿Te suena de algo?
RANA: Sí, este el Patio se San Martín y este el Patio de Santa Isabel. Yo creo que esta cruz señala a la Torre del Trovador.
Después de estudiar el mapa se dirigieron hacia el palacio de la Aljafería en busca del tesoro.
PIRATA: Las puertas están cerradas y no se por donde puedo entrar. ¿Me puedes ayudar?
RANA: Yo te llevaré por un pasadizo por donde salimos a por agua y pescado al río cuando nos asedian. Llegaremos al aljibe por el cual me pude escapar.
Esperaron a la noche y así lo hicieron.
Al entrar vieron un patio, el Patio de San Martín donde había una puerta que dirigía al Patio de Santa Isabel.
En el Patio de Santa Isabel lucían unos naranjos. Como tenían hambre comieron algunas naranjas.
RANA: ¡Que buenas están! Vamos a seguir. ¿Por dónde vamos?
PIRATA: Hay que atravesar esas puertas poli lobuladas  y dirigirnos hacia la Torre del Trovador.
Al caminar por el patio había una gran charca donde la rana se dio un pequeño baño, después subieron hasta la Torre del Trovador, donde encontraron una pared con un extraño símbolo que al pirata le era familiar.
Decidieron hacer un pequeño agujero por el que la rana se colaría para explorar. Detrás de aquella pared falsa había una gran habitación, dentro se podía ver varios cofres, ricas telas y alguna que otra espada con las empuñadoras cubiertas de piedras preciosas.
RANA: ¡Entra, creo que he encontrado el tesoro!
Al intentar abrir el cofre para coger el tesoro, se escuchó la voz del malvado Ochnas que les dijo: Para poder abrir el cofre del tesoro debéis resolver tres enigmas.
1: ¿Qué es lo que tiene cuello pero no cabeza, brazos pero no manos? La rana contestó: ¡La camisa! ¡Correcto! dijo la voz.
2: ¿Qué es lo que tiene un solo ojo y una cola larguísima que cada vez se vuelve más corta? El pirata pensó y dijo: ¡La aguja de costura! ¡Correcto!
3: ¿Qué es lo que se desnuda cuando empieza a hacer frío? La rana contestó: Esa es fácil. ¡Los árboles!
Al adivinar los tres acertijos el cofre se abrió y pudieron coger el tesoro. Al salir les estaba esperando el guardián del tesoro. El pirata sacó su larga espada y luchó contra el guerrero hasta que lo derrotó.
El pirata muy emocionado y contento le dio un beso a la rana. Poco a poco le empezaron a salir unos cabellos rubios y dorados como el oro. A la rana se le había ido el hechizo y volvió a ser una princesa.
La Princesa retomó el control del Palacio y desterró al brujo Ochnas fuera del país.
El pirata se quedó sorprendido de la belleza de la princesa y se enamoraron.
Celebraron su boda en la capilla de San Martín. Hicieron una gran fiesta con todos sus amigos en el gran Salón del Trono, y allí vivieron felices para siempre en el palacio de la Aljafería.

"El viejo Torreón"
Pablo Quílez Azuara de 5º
Hola a todos:
Ya es hora de que me presente: Soy el Torreón Del Trovador.
Si venís a visitar el palacio de la Aljafería, enseguida me veréis. Soy el torreón más grande, más alto y el único rectangular. Mi zona inferior data del siglo IX y es el resto más antiguo de todo el conjunto arquitectónico.
En fin, que soy el jefe de los torreones y el vigilante de este precioso castillo- palacio que fue construido en el siglo XI.
Como podéis imaginar en casi diez siglos he visto de todo porque aunque no os lo creáis, tengo ojos.
Mis primeros dueños fueron los reyes hindúes de Sarakusta,
Abu ya far mandó mi construcción como quinta de recreo para toda la familia.
Después vinieron los reyes cristianos de Aragón que invitaban a todos los amigos a merendar y a disfrutar del sol en el gran patio rectangular (lástima que en aquellos años no existieran las hamburguesas a la barbacoa).
Luego los reyes católicos hicieron algunas reformas y pusieron una gran escalera y varias salas que se llaman de los Pasos Perdidos, se notaba que a la reina Isabel le gustaba la decoración.
Fueron buenos tiempos que hacían honor a nuestro nombre “Palacio de la alegría”
Pero lo bueno no es eterno y años más tarde, bajo el mandato de Felipe II, nos convirtieron en una base militar. De ser un palacio de recreo pasamos a ser una fortaleza de guerra.
Primero la inquisición, después la guerra de sucesión española… a los humanos no hay quien los entienda.
Mis hermanos torreones y yo fuimos testigos de crueles y sangrientas batallas. El palacio entero lloraba ante tanta muerte y desgracia. Nos atacaron  bombardearon y sufrimos grandes destrozos en nuestra estructura.
Así estuvimos hasta medianos del siglo XIX, cuando un hombre llamado Mariano Nogués Secall se dio cuenta de nuestro grave estado y se puso manos a la obra. No podía dejar abandonado un palacio tan bonito y con tanta historia.
El arquitecto Francisco Iñiguez y otros compañeros realizaron una restauración integral y la verdad, que lo hicieron muy bien. Hoy somos la sede del gobierno de Aragón.
Como veis, podría contaros miles de historias y anécdotas de musulmanes y cristianos de españoles y franceses, de reyes y súbditos de guerra y paz y ahora hasta de políticos. Pero para eso, tendréis que venir a verme .Yo os estaré esperando porque soy el jefe de los torreones y el vigilante de este precioso castillo-palacio.
Ah… y os estaré observando porque tengo ojos.

"Un pollito en La Aljafería"
Noelia Muñoz Marco de 6º
Año 1117…
Hola, soy un pollito de muy pocos días, soy el protagonista de esta historia, la cual, os voy a contar.
Esta historia comienza en un gallinero de un pueblo, en el que vive muy poca gente. Yo vivo con mi dueño y varios gallos y gallinas más, dos de ellos son mis padres y hay también tres pollitos que son mis hermanos.
Ayer por la tarde oí decir a las vecinas del pueblo que van a hacer un mercadillo a la orilla del río Ebro en Saragusta, yo me puse triste, porque si se entera mi dueño nos llevará allí a todos los animales del corral, para tener más dinero.
A la mañana siguiente….
Quiquiriquí, quiquiriquí.
Como siempre, nos despierta mi padre con su quiquiriquí, a mi me gustaría poder hacerlo, pero todavía no puedo.
Se oyen ruidos, debe ser nuestro dueño.
Venga, hoy hay que hacer un largo viaje a Saragusta, os voy a vender en un mercadillo, y si no es a todos, a algunos.
Yo no quiero que me separen de mi familia y menos tener que vivir con gente que solo me quiera para comerme.
Cuando ya estábamos en Saragusta…
Mi dueño y todos los demás  solo hacían que colocar carteles,  sólo falta que nos coloque encima de las mesas y comience a vender; Se está acercando una carroza real, según los rumores de la gente es de la Aljafería y vienen hacia aquí.
Están empezando a ver los puestos del mercado y cada vez están más cerca de aquí, es una joven doncella y su padre, que pertenecen a la familia Banu Hud.
Ya están aquí y la joven no para de mirarme;
- Papá, papá, cómprame ese pollito.
- No hija, ¿Para qué?
- Papá, me gusta mucho y tan pequeño no estorba tanto.
- Y, cuando se haga grande ¿Qué?
- Pues, nos despertará por las mañanas y… (Diciéndoselo al oído) nos lo comemos.
- Está bien hija. ¿Cuánto cuesta?
- Unas pocas monedas señor.
- Comprado.
- ¡Nooooooooooooo! Yo no quiero separarme de mis padres, no puede ser.
Ya en el palacio de la Aljafería…
- Mi lugar para vivir, no va a ser el corral si no un sitio al aire libre pero rodeado de naranjos y solamente se ve el cielo y muchas puertas.
Los días pasaban y pasaban y yo me iba haciendo cada vez más mayor.
Ahora sí que todas las mañanas hacía quiquiriquí y cada día se oían más rumores en palacio de que si venían los cristianos, que si no se qué, que si no se cuantas; La gente del palacio se está todo el día preparando para que cuando vengan los cristianos no ocurra nada nuevo, se preparan para combatir, luchar entre ellos, hacen desfiles etc.
Yo me pregunto ¿por qué algunos cristianos se atreven a ir al palacio? Y ya me he dado cuenta, es porque quieren que los curen y porque tienen la suficiente valentía para venir, seguro que saben que en el palacio hay muy buenos médicos y según a quienes le curan o no, a demás a la gente del palacio le gusta mucho la cultura, la poesía, el arte y las ciencias y en la familia hay mucha gente a la que se les da muy bien la medicina, las matemáticas y muchas más cosas.
Cuando llegó el día de la conquista…
- Estoy muy triste, porque no sé lo que me va a pasar hoy, que me va a ocurrir, si voy a salir vivo o no, como tengo esperanza voy a pensar que voy a salir bien de aquí y ya está.
Aquí, en el Patio de Santa Isabel hay muchas personas preparadas para salir cuando sea necesario, en el tejado, también, y por las paredes, igualmente.
Ya se oyen caballos, la gente se está alborotando, pe… pe… pero, ¿qué está ocurriendo? están hablando y no se pelean ni nada, que raro, ¿todo para nada? eso parece, Banu Hud está hablando con Alfonso l El Batallador, y creo, si no me equivoco, están llegando a un acuerdo, debe ser que no quieren muertos o algo así a un que quieren conquistar la Aljafería, han quedado en lo siguiente: ellos pagarán 2.000 doblones de oro y harán apuestas y combates para bajar o subir la cantidad, así nosotros podremos comprar otro lugar para vivir aun que seguro que es peor, porque en la Aljafería vivimos más que bien, dejaremos rastro porque tenemos muchas cosas a favor nuestro, el oratorio donde rezamos todos los días cinco veces, solo pueden entrar Banu Hud y su familia; y también El Patio de Santa Isabel para nosotros, es una cosa gloriosa, porque venimos de países que no tienen mucha vegetación ni agua y aquí esto nos demuestra lo contrario, es nuestro paraíso, con árboles frutales y agua.
Yo sobre la conquista me esperaba algo peor, pero me gusta más así aun que no lo vea muy bien, porque si quieres conseguir algo hay que luchar por ello y si quieres seguir teniendo una pertenencia tuya la tienes que proteger y no dejarla así por las buenas.
Nos tendremos que ir porque no nos dejan estar más pero yo me voy a ir con la hija de Banu Hud a dar una vuelta por el palacio antes de irnos, me da mucha pena irme de aquí, no me ha dado tiempo de visitar todo el palacio así que me lo va a explicar ella un poco cada cosa.
Empezamos por la Torre del Trovador, -es una torre defensiva, tiene una planta cuadrangular y  cinco pisos, pero las escaleras no están muy bien, en el techo de una planta hay figuras geométricas con motivos mudéjares y también hay nombres escritos y por las ventanas se ve el foso.
Después el Salón Dorado,  -los techos son alfarjes en madera, reproducen  el firmamento, y todo el salón es una imagen del cosmos, son símbolos del poder que sobre el universo.
Más tarde, la iglesia de San Martín, -es una iglesia con estilo mudéjar, uno de sus torreones se utiliza como sacristía.
- Venga cariño que nos tenemos que ir, mañana volveremos a competir, a ver si nos llevamos algo más, ¡ah! Y coge a tu gallo, ya veremos qué hacemos con él.
Fuera de la Aljafería
Nos hemos parado en un refugio entre unos árboles, por ahora tendremos que vivir aquí, pero no tenemos nada para comer y me temo lo peor, el mercadillo está cerrado y yo… yo… no quiero que…, bueno eso.
- Cariño, trae a tu gallo para aquí, que tengo hambre.
- Para que papá, ¿para eso? Noooooooooo, yo no quiero que hagas eso con él, no te lo permitiré.
- Si no lo traes tú voy yo a por él y punto.
- Joo papá…, bueno vale, si no hay más remedio.
Noooo, adiós, esto no  puede ser, si estuviera con mi antiguo dueño, ¿qué habría pasado? Pero bueno yo estoy contento de lo que he vivido y me gustaría haber muerto en la Aljafería en vez de aquí, y espero estar rico, por lo menos que me disfruten… ha sido una vida honrada y feliz y además no me ha faltado comida.

"La princesa que amaba a los caballos"
Alicia Cisneros Gimeno de 2º
Un día la princesa Laura Isabel se instaló en el castillo en la época cristiana. Era una princesa inquieta y su mayor ilusión  era  aprender a montar a caballo, debido a su posición  y  que  era  mujer, lo tenía prohibido por sus padres. Siempre que podía subir a La Torre del Trovador desde donde donde veía a todos los caballos sueltos por el foso, desde la Torre también había visto un niño que más o menos seria de su edad que se encargaba de cuidarlos, darles de comer y linpiarlos además a veces había visto que era un buen jinete.
En el castillo se celebraban grandes fiestas en las que acudían todos los Reyes de los Reinos cercanos.. Laura Isabel aprovechaba estas ocasiones para escaparse y aquel niño que se llamaba Samuel le dejara montar a caballo.
Durante una de las fiestas el rey se dio cuenta de que no estaba su hija y como sabía su amor por los caballo fue a buscarla a las caballerizas.
Muy enfadado el rey ordenó el traslado de su hija a Córdoba donde vivían sus primas Teresa y Leonor.
Fue mucho lo que lloró pero no le sirvió para convencer a sus padres después de muchos años Samuel el niño que cuidaba a los caballos que nunca logró olvidar a Laura Isabel se convirtió en el primer caballero del reino y se fue a buscarla.Tras días y dias cabalgando llegó a Cordoba y preguntó por Laura Isabel.
Allí las gentes del lugar le contaron a Samuel que la llamaban la princesa trite por que nunca sonreía, no pudo soportar estar lejos de sus caballos y de aquel niño que los cuidaba hacia un año que había fallecido.
Samuel, destrozado casi sin fuerzas volvió al castillo en Zaragoza, Samuel se lo contó a sus caballos. Cuenta la historia que desde ese dia desde la Torre del Trovador todas las noches se susurraba su nombre para que los caballos del Reino puedan descansar.

"La hija de La Aljafería"
Raquel de Miguel Gracia de 2º
Hace  mucho  tiempo,  en  la  taifa  de  Saraqusta,  la  hija  del  rey  vivía  muy  feliz.
A ella le gustaba  mucho la naturaleza, y un día pensó:  ¿Por qué no construir un castillo y  plantar cerca de allí hierba, plantas, flores y árboles?
Se lo dijo a su padre y como a él también le gustaba la naturaleza, dijo que sí.
Estaba muy contento con su hija, además le había creado una nueva ilusión a su padre.
Al día siguiente era la fiesta del cordero, así que mando empezar a construirlo una vez finalizadas las fiestas, y dijo: ”lo llamaremos el palacio de la Aljafería".
Pocos días antes de la muerte de su padre, ella recibió un mensaje que le decía: ”Busca a alguien que te ayude a gobernar”.
Acudieron personas de lugres lejanos y cercanos, unos altos, otros bajos, unos ricos y otros pobres y menos algunos que querían quedarse con el palacio, la mayoría sólo querían ayudar.
Después de varios meses de recibir y hablar con muchos de los pretendientes, consiguió decidirse por uno.
Cuando los demás se había elegido, comenzaron a marcharse del lugar.
Me eligió a mí, Salma, una chica del pueblo, pero la princesa pensó que había valido la pena.
Cuando mis amigas se enteraron de lo ocurrido vinieron a felicitarme, y me sentí muy orgullosa.
No me lo podía creer, ¡Era tan feliz!
Hasta que un día atacaron la región y la princesa no sabía que hacer, estábamos perdidos.
Me preguntó a mí pero no se me ocurría nada.
Mandamos caballeros y gente del pueblo a luchar, pero como era su primera batalla y nos pillaron por sorpresa, nois vencieron y la princesa estaba muy preocupada.
La hija de la Aljafería vio una luz, ¡Era la voz de su padre! Le dijo: ¡Busca en tu interior y hallarás la manera de ganar la batalla!
La princesa se encerró en el Salón Dorado y al amanecer nos dijo a todos lo que teníamos que hacer: ¡Reuniros todos los hombres y mujeres y plantad árboles, ¡Haremos una muralla natural!
Conseguimos ganar por la valentía del pueblo y la ayuda de la naturaleza .

"La historia del soldado Ali- Badaluc, defensor de la Aljafería"
Pablo Díez Macho de 4º
Hoy es un día especial, un día muy especial en el que se decidirá  quién merece ser el gobernador del castillo de la Aljafería.
La mañana del 18 de diciembre de 1118 se empiezan a ver y oír oleadas de flechas cristianas dirigidas a los soldados moros que defendían su corte usando las armas y no la diplomacia, aunque de nada les iba a servir contra un enemigo tan poderoso. Los soldados que defendían la torre de Muhammed Alanqar, torre defensiva de la Aljafería, hacían lo que podían, aunque no era mucho porque las armaduras de la infantería enemiga eran muy gruesas y apenas mataban a 2 o 3 soldados de cada 10 tiros. Así pues, se daban cuenta de que por mucho que se esforzasen no podrían evitar lo inevitable: en pocos días los cristianos habían cercado el castillo y amenazado con destruirlo, y la situación de la defensa era crítica.
Y  entre esos guerreros estaba yo, Ali-Badaluc, apostado en la torre del Muhammed Alanqar, que luchaba por aquella magnífica construcción situada en Medina al-Baida Saraqusta, la hermosa ciudad blanca.
Bueno, a lo que íbamos, nuestro inteligente gobernador mandó salir a la infantería con sus escudos y espadas porque creía que los enemigos no tenían nada que hacer contra nuestra genial infantería, y entre ellos… estaba yo. Pero Alfonso ordenó salir a su infantería de élite que nos destrozaría.
Salimos de la torre dispuestos a perder nuestras vidas por defender nuestro palacio y nuestra medina. Siguiendo un pasadizo secreto que llevaba al lugar donde estaba asentado el campamento cristiano, yo salí con un grupo de soldados preparados para luchar codo con codo hasta el último suspiro contra las tropas cristianas. Yo propuse capturar algunos rehenes, para intentar acabar con el sitio. Nos abalanzamos sobre nuestros enemigos:
- ¡Allahu akbar! ¡Argg! ¡Asquerosos cristianos ¡no conseguiréis invadir el palacio!
Pero algunos cristianos que descansaban en las tiendas nos sorprendieron por la espalda y mataron a todos mis compañeros. Cuando me di cuenta de que era el único superviviente por el pasadizo para seguir defendiendo la torre y el castill.
En las puertas de la torre la batalla continuaba. Cada vez quedábamos menos defensores, y muchos estábamos malheridos, pero a la vez metidos en el combate. Veía caer a mis valientes compañeros, y recuerdo ver caer a mi amigo Mohammed diciéndome:
- ¡Ali, defiende el palacio, no lo dejes nunca!  ¡Allahu akbar!
- Si amigo, te prometo que no abandonaré jamás el palacio.
Como estaba distraído, un sagaz soldado cristiano me hundió su espada en el estómago y se fue. Yo quedé tendido en el suelo, desangrándome y muriendo lentamente.
Entonces me di cuenta de que a pesar de ya estaba muerto, yo aún seguía allí, o al menos mi espectro, atento a la batalla, contemplando aquella desolación, y tuve que presenciar la más triste derrota.
Pero mi tristeza, no acababa allí, porque día tras día podía oir los llantos de mis compañeros heridos, a los que iban a cortar la cabeza y que esperaban de la clemencia del rey Alfonso poder ir a rezar por última vez a la mezquita. Algunos de ellos intentaban sobornar a los carceleros para recuperar su libertad:
- ¡Te ofrezco 100 óbolos de vellón  si me sueltas!
- Ni loco a mí me pagan por esto
Ese mismo día llegó el rey Alfonso para inspeccionar su nueva conquista y se asombró viendo las dependencias del castillo. Los naranjos del hermosos patio árabe, la fuente que tenía a su lado y regaba aquel lugar que estaba lleno de naranjas que colgaban de los naranjos y al lado de cada uno un poco de hierba.
Cuando Alfonso lo vio comprendió que aquello no debería ser destruido, ni mucho menos. Merecía salir en todos los relatos de la historia de Hispania y más todavía en los de Aragón. Luego divisó la hermosa mezquita y a continuación el salón del trono decorado con pan de oro (papel de oro)y los colores verde rojo amarillo y azul, también en los laterales dos habitaciones una sin duda la del califa, y finalmente vio la torre del Muhammed Alanqar que seria usada como calabozo y biblioteca.
Y ahí sigo yo, el soldado Ali-Badaluc en la torre de Muhammed Alanqar bueno aunque actualmente se llama torre del Trovador. Me alegra mucho que se haya conservado el palacio, que los cristianos no destrozaran las obras de arte de su interior y que además construyeran más elementos que lo embellecieron.
Desde aquí he visto todos los cambios que los cristianos añadieron al complejo como el hermoso salón del trono, la pequeña sala de los pasos perdidos y también la gran escalinata. Pero sobre todo me gusta el salón del trono mudéjar, porque es una obra de artistas de mi cultura, aunque ya está hecha en tiempo cristiano.
Sin embargo, de entre todas las cosas que hay en palacio, me asombra mucho que a unos pobres prisioneros se les ocurriese hacer un ajedrez en el suelo de las mazmorras, para poder entretenerse en su cautiverio.
También me parece muy emocionante que los guías del siglo XXI, todavía le cuenten a los visitantes la historia de la gran batalla en la que yo participé, porque, aunque fui derrotado, todavía quedan pruebas de mi existencia.

"El pozo mágico (una visita extraña a La Aljafería)"
Miriam Mateo Algaba de 5º
Era primavera, Miriam con sus amigas Marta, Laura, y Andrea fueron a visitar el palacio de la Aljafería, ¿A qué no sabéis lo que les pasó?, ahora mismo os lo cuento.
Miriam estaba en su habitación, y estaba aburrida del parque, de ir al cine con sus amigas…
Se le ocurrió llamarlas para quedar en la Aljafería. Primero cogió el teléfono, llamo a Marta y le dijo:
- Hola, Marta ¿te apetece ir al palacio de la Aljafería?
- Vale, ¿a qué hora?
- A las 5 y media, ¿te parece?
- Perfecto
- Vale, llama también ha Andrea y a Laura ¿Ok?
- Vale, ahora las llamo y les digo que les parece.
- Vale pesada adiós
- Chao.
Después de haber hablado con Marta, Miriam se puso a mirar la historia de la Aljafería y pensó:
- Me hubiese gustado conocer a toda la gente vivió allí.
Más tarde Marta llamo a Miriam confirmando la asistencia de Laura y Andrea
Cuando llego las cinco y media entraron al palacio, les gusto mucho la entrada y al llegar al patio de Santa Isabel a Andrea le entro unas ganas terribles de ir al baño y les pregunto:
- Chicas ¿me podéis acompañar al baño?
- Está bien, pero no tardes mucho, la visita guiada va a comenzar.
- No, no tardare nada.
Lo que no sabían estas chicas era que el agua del grifo de los baños era de un pozo que hay en la Aljafería y, el agua  de este pozo como llevaba mucho tiempo allí se había hecho mágica haciendo que quien tocase esa agua se encontraría con los personajes de la Aljafería.
Al salir se encontraron con un hombre con turbante y ropa un poco rara y Andrea dijo:
- ¡Mirad es el tío de Yasmin!
- ¡Que va a ser el tío de Yasmin, Andrea!
- Pues ahora se lo pregunto.
- Se acerca le toca el hombro y le pregunta_
- Oiga perdone ¿usted es el tío de Yasmin verdad?
- No yo soy Abú Ya'far Ahmad ibn Sulaymán al-Muqtadir Billah, aunque también me puedes Abú Ya'far.
- Oh lo siento señor…
- Abú Ya'far.
- Si eso  Abú Ya'far  ¡Adiós!
Andrea se acerca a sus amigas y les cuenta todo, Miriam recordando la historia de la Aljafería y les dice.
- Andrea ¿has nombrado el nombre de Abú Ya'far?
- Si ¿por?
En la historia de la Aljafería el que construyó este palacio también se llamaba Abú  Ya'far.
- Pero puede haber muchos Abú  Ya'far por el mundo.
- Si tal vez tengas razón.
De pronto se acerca Abú Ya'far y les pregunta:
- Vosotras  ¿hace poco que habéis salido del baño?
- Si ¿por?
- Os  doy las mil gracias.
- ¿Por qué?
contestaron las cuatro chicas cada vez mas extrañadas_
- No sabéis porque ahora os lo cuento, veréis el agua que sale de los grifos lleva mucho tiempo allí, así que se ha hecho mágica haciendo que todos los personas que toquen esa agua se le irán apareciendo y desapareciendo esos personajes.
Entonces Miriam dice:
- Usted ha dicho que se llama Abú Ya'far ¿verdad?
- Si por que lo dices.
- Tú fuiste el que construyó este palacio ¿no?
- Si, precioso verdad.
- Veis chicas, os dije que Abú  Ya'far fue quien construyo este castillo.
- Bueno niñas ahora que me habéis liberado os concedo un deseo, lo que queráis.
- Hemos perdido la guía nos gustaría que nos enseñase este castillo, si no es mucha molestia.
- No para nada os voy a mostrar la parte del castillo más importante para mí.
- ¡Gracias!
- De nada.
- Bien chicas seguidme. Bien aquí no encontramos en el oratorio  es donde solía rezar con mi familia, está orientado hacia la Meca  y aquí  también estaba la ocina.
- Abú Ya'far ¿Por qué  el oratorio es tan pequeño?
- Porque  solo rezábamos la familia.
- Y esta sala tan sosa qué es - dijo Laura-
- Soso qué va esto antes era mucho mejor se llamaba El salón Dorado.
- ¿Por qué? _ preguntó  Marta_
- Se llamaba así porque los colores que destacaban eran el rojo, azul y dorado.
- Vaya que bonito.
Las chicas estaban mirando las paredes imaginándose lo bonitas que eran cuando de repente Abú  Ya'far despareció.
- ¿Chicas y  Abú  Ya'far?
- No te acuerdas Abú Ya'far nos dijo que se nos irían apareciendo y despareciendo los personajes ¿me pregunto quién será ahora?
Y entonces a estas chicas se les apareció la Infanta Isabel.
- Oye chicas es muy tarde y yo empiezo a tener hambre.
Entonces detrás de ellas se  oyeron unas carcajadas de una niña pequeña.
Se dieron la vuelta y preguntaron:
- Oye niña, ¿Cómo te llamas?
- Soy la infanta Isabel.
- Y ¿te has perdido o que te pasa?
- No, yo vivo aquí. A vuestra amiga  ¿qué le pasa?
- Nada solo tiene un poco de hambre.
Entonces la infanta Isabel se dirigió a Marta y le dijo:
- Como este es mi patio que se llama `` El patio de Santa Isabel´´   Si Quieres te puedo dar unas naranjas.
- Vale, muchas gracias, las compartiré con mis amigas. Te las voy a presentar son Miriam, Laura, y Andrea.
- Encantada de conoceros, y de que estéis aquí. Os voy a dar un consejo, antes de comeros las naranjas, tendréis que soplar porque si no os podrán saber amargas.
- Jopetas  cuantos misterios tiene este palacio. Dijo Laura
- Isabel dijo, ¿Queréis conocerlos?
- Si, aunque nos da un poco de miedo, dijo Miriam.
- Tranquilas vais conmigo.
Mientras se tomaban las naranjas, Isabel les contó, que ella nació en este palacio, en su época cristiana y que su madre fue Constanza de Sicilia y su padre fue Pedro III. Andrea le preguntó.
- ¿Cómo sabes que naciste aquí?
-  En las dependencias de arriba del palacio, en concreto en la Sala de los pasos  perdidos, hay una inscripción que pone que nací allí.
- ¿Podemos ir a ver esa sala? Dijo Laura.
- Claro tendremos que subir  por la escalinata del Palacio.
Isabel las condujo hasta la escalinata, y  empezaron a subir las escaleras que subían a la parte de arriba del palacio, y de repente  Laura dijo.
- Vamos a jugar a que somos princesas y reinas.
Hubo un si unánime y todas se metieron en el papel. Miriam al subir  por esas escaleras y mirar a través de esas vidrieras tan bonitas, resultaba fácil sentirte como una princesa, fue un momento mágico,  y divertido ,  Isabel  nos dijo , que esas escaleras pasaron muchos  personajes  ilustres , que formaban parte de la historia de  nuestra ciudad Zaragoza.
Al final llegaron a una sala pequeña, donde Isabel  nació. En la  sala había una figura de una  Santa , entonces Isabel les explicó , que su vida fue muy intensa, fue muy generosa y ayudaba mucho a los pobres , cosa que no le gustaba a su marido el Rey de Portugal. Cuando murió, fue proclamada Santa Isabel de Portugal, y por haber obrado el milagro de las rosas.
- Marta le preguntó, ¿qué  como había sido?
Isabel le contesto, que no sabe como lo había hecho, pero un día se lleno el delantal de limosnas para los pobres, su marido al verla le pregunto que llevaba en el delantal, y ella le contesto que solo eran unas rosas, y, se obro el milagro y unas rosas es lo que vio el rey, a pesar de que no eran tiempo de esas flores. Isabel también les contó, que también, se guardo entre sus muros el símbolo más preciado del cristianismo, el cáliz que se utilizo en la última cena, gracias al rey Martin el Humano.
De repente se empezó  a escuchar una música  muy bonita, salieron rápidamente de la sala   y Miriam se dio cuenta de que  Isabel no estaba.
- Chicas  Isabel  ha desaparecido.
Todas empezaron a llamarla, y Laura se dio cuenta de que en el suelo había una rosa envuelta en un papel. Andrea la cogió del suelo, desdoblo el papel  que ponía que esa música venía de la torre del trovador.
Entonces subieron las escaleras que conducían hasta ahí.
Miriam como estaba cansada se sentó en el banco y se oyó a alguien protestar:
- ¡Ay!
Miriam se levantó y vio que había un hombre que estaba sentado.
- ¿Usted quién es?
- Mi nombre es Manrique de Lara, y fui trovador y participé en un torneo y allí conocí a una dama de la reina.
- ¿Y porque está aquí?
- Porque me enamore de esa dama que su nombre era doña Leonor y por esa época el reino estaba dividido en dos bandos el rey Juan segundo y el otro a su hijo don Carlos príncipe de Viana, yo apoyaba al príncipe de Viana y el conde luna apoyaba al rey Juan.
- ¿Y qué paso? preguntaron aquellas chicas cada vez más interesadas por la historia.
- Pues que el conde Luna y yo éramos hermanos sin saberlo, y mi hermano también se había enamorado de doña Leonor.
- ¿Y Leonor de quien estaba enamorada?
- Leonor estaba enamorada de mí, su hermano se opuso siempre a este amor y le hizo que ingresara en un comento donde la rescate, su hermano nos persiguió y me encerró en este torreón y me condeno a muerte entonces Leonor se quito la vida con un mortal bebedizo al saber que nunca volvería a ver a verme. Esta historia sirvió de argumento en la famosa ópera de Verdi Il Trovattore.
- ¡Que historia más romántica! _dijo Marta_
- Miriam le pregunto, ¿por eso está usted viviendo en esta torre?
- Claro por eso se  llama la torre del trovador, y alrededor de esta torre siempre ha estado  rodeada  de acontecimientos tristes y desgraciados que nunca tenían que haber pasado, pues el rey musulmán que construyo este palacio lo llamaba el Palacio de la  alegría .
- ¿Y qué más cosas pasaron? Preguntaron todas a la vez.
- Está  torre también sirvió de encierro a los presos que iban a ser ajusticiados por el tribunal de la inquisición, y eran sometidos a crueles  torturas para que confesaran  sus delitos. Aquí en el suelo los presos intentaban pasar el tiempo lo mejor posible, y grabaron un tablero de ajedrez  en el suelo, con lo cual les hacía  más llevadero su encierro.
De repente  unos rugidos  interrumpieron la historia que les estaba  contando el trovador, Miriam, Laura, Marta, y Andrea dieron un fuerte chillido, el trovador intento las, pero las chicas pensaban que eran  fantasmas, y Andrea dijo.
- ¡Venga chicas salgamos rápidamente de aquí!
El corazón les iba  a mil por hora y  empezaron a bajar por las escaleras, pero los rugidos cada vez se oían más cerca, y Miriam pensaba esto se está poniendo muy interesante, Marta  tropezó y empezó a rodar por las escaleras, y paro en  una gran puerta de madera, y una voz muy ronca le  dijo.
- ¿Te has hecho daño?
- ¿Quién ha dicho eso?
- Niña que estoy aquí  arriba.
Marta miró hacia arriba y vio dos leones que sujetaban un escudo, y los leones hablaban, se levanto y comprobó que no se había hecho daño. Andrea llego la primera, y le pregunto a Marta.
- ¿Qué te ha pasado Marta?
- Que me han hablado unos leones
Entre tanto las demás chicas llegaron y Andrea les dijo a las demás, que Marta se había dado  un golpe en la cabeza, porque decía  cosas muy raras, y Marta  afirmaba que era verdad, y empezó a hablar a los leones.
- Eh vosotros decir algo
Y de repente los leones nos dijeron,
- ¡Holaaa chicas¡  nosotros somos los leones  que sujetan el escudo de los Reyes Católicos y esta puerta pertenece a la sala del trono, que es  muy bonita, ¿ os apetece  entrar?
Las chicas dijeron que si, y los leones les explicaron que para entrar en la sala del trono tenían que deshacer un hechizo. Las chicas se miraron sorprendidas y Laura se decidió a preguntar
- ¿En qué consiste el hechizo?
Los leones les explicaron que pasos tenían que hacer para liberar a los Reyes  Católicos de su encantamiento, primero tenían que entrar a le sala del trono y gritar con todas sus fuerzas “Tanto monta  monta tanto Isabel como Fernando”
Las chicas  empujaron la puerta y al entrar en la sala del trono gritaron con todas sus fuerzas la frase que les habían dicho los leones, y de repente cayeron dos piñas del techo y aparecieron los Reyes Católicos, y los Reyes no sabían cómo agradecer a las chicas de haberlos liberado de su encantamiento.
Miriam les  pregunto que si ellos  habían vivido en el castillo y que como fue su vida en el.
Los reyes muy amables  empezaron  a  relatar  cómo  fueron unos personajes muy importantes en la historia de España. Los Reyes  les explicaron que cuando se casaron lograron que España  fuera un gran imperio, y cuando reinaron tuvo  lugar el descubrimiento de  América, el cual trajo mucha riqueza a España, y con ese dinero pudieron hacer un salón del trono tan bonito, cuyo techo está cubierto de pan de oro, en forma de casetones y en el centro cuelgan las piñas que simbolizan, la fertilidad y la inmortalidad, y el suelo es tan brillante que se refleja en él.
Entonces  Laura les pregunta:
- ¿Por qué tenéis el salón tan bonito?
- Verás niña  aquí teníamos las audiencias de nuestros súbditos que antes previamente tenían que pasar  por las salas de los pasos perdidos y hacíamos fiestas con la corte y nos lo pasábamos muy bien.
- ¿Y qué cosas os gustaban hacer?
La reina Isabel contestó:
- A mí me encantaba comprar telas llegadas de Holanda y cosméticos que compraba en los mercadillos de la época
Y el rey Fernando le contestó:
- Me  gusta el canto y la música, los caballos y la cacería.
Isabel y Fernando eran unos reyes bien parecidos Isabel era alta de pelo rubio y ondulado y los ojos eran de un verde azulado y Fernando era muy serio tenis una voz fuerte y clara y tenía la boca pequeña.
Miriam les preguntó.
- ¿Siempre  estuvisteis aquí viviendo?
- No pasábamos de vez en cuando alguna temporada aquí porque estábamos muy a gusto en Zaragoza.
Los reyes también les dijeron que estaban muy orgullosos que las cortes de Aragón estuviesen aquí  y que el castillo siguiera formando parte  importante del gobierno de Aragón.
De repente  los leones se pusieron a rugir y Fernando e Isabel dijeron.
- Los Leones nos avisan de que viene  el guardia de  guardia de  seguridad, nos tenemos que volver a nuestras piñas. ¡Adiós chicas! Volved otro día.
- Vale. Adiós _Dijeron  todas las chicas a la vez.
Y envueltos en una niebla los Reyes desaparecieron en las piñas.
Andrea  se asomo por la puerta y dijo.
- Chicas se acerca alguien es el guardia de seguridad vamos a disimular y salgamos de la sala.
Las chicas salieron de la sala,  y el guarda les dijo.
- ¡Por favor señoritas deben abandonar el Palacio las horas de visitas han terminado!
- Vale ya nos íbamos dijo Marta.
- Por cierto, ¿vosotras no  habréis cogido naranjas del Patio de Santa Isabel?
Las chicas lo negaron y Laura dijo.
- ¿Y para que iban a coger unas naranjas amargas?
- Claro es verdad que tontería. Dijo el guarda.
Las chicas empezaron a bajar las escaleras y Miriam  recordaba todo lo que había pasado y la suerte  de haber vivido esos momentos en el Palacio, y conocer  a eso personajes tan importantes que aun siguen vivos de alguna manera en las habitaciones del castillo.
Sus amigas estaban muy contentas y pensaban volver otra vez y vivir esos momentos tan misteriosos, que aunque a veces sintieron un poco de miedo, les habían hecho ser protagonistas de un cuento con  Castillos, Reyes y princesas.
Y colorín colorado esta historia ha terminado.

"Isabel y el romano"
Eva Zapater Moreno de 3º
Érase una vez una princesa llamada Doña Isabel  II  que estaba enamorada de un romano.
La madre de Doña Isabel estaba muy enfadada con su hija porque se había enamorado de un romano y, ella estaba  intentando  luchar contra ellos.
Doña Isabel no lo sabía entonces le preguntó a su madre:
- ¿Porqué estas enfadada conmigo si yo no te hecho nada? pregunta Isabel.
- ¡Pues que estoy intentando luchar contra los romanos y tu vas y te enamoras de uno! exclama la madre.
- Pues si quieres le digo que no le quiero y le intento pegar, le dice Isabel casi llorando.
- ¡Haz lo que te de la gana pero no me metas a mi en el asunto! le dice su madre muy enfadada.
Y entonces se va muy triste Isabel a decirle que no le quiere.
Cuando llega se lo empieza a decir:
- Que te tengo que decir una cosa.
- El que me quieres decir.
- Que mi madre me ha dicho que corte contigo porque no le gustan los romanos.
- No hace falta que cortes conmigo.
- ¿Por?
- Perfectamente le puedes decir que has cortado conmigo pero lo podemos ocultar.
- Has tenido un plan estupendo.
Cuándo se lo dice da saltos de alegría y se dan un abrazo y un beso.
Llega Isabel a casa y le dice a su madre:
- Ya he cortado con él.
- ¡Muy bien hija, has aprendido algo!
De repente le da un infarto a su madre de la alegría y se muere.
Isabel se queda sorprendida de lo que le ha pasado a su madre, y llama rápidamente a alguien para que le ayude:
- ¡Auxilio, auxilio!
De pronto vienen los vecinos.
Al  día siguiente fueron al funeral.
La enterraron e Isabel se fue llorando.
Después de un mes se murieron todos los romanos menos al que quería.
Fueron preparando la boda porque decidieron casarse.
Se casaron, fueron felices y comieron perdices y a nosotros nos dieron con la puerta en las narices.

"El herbolario"
Álvaro González Sarría de 3º
Mi abuelo me había  enseñado a conocer las plantas y a tratarlas para curar enfermedades de todo tipo .Desde niño siempre me había gustado recoger las plantas por campos y montes, y meterlas en botes de cristal con indicación de su nombre .
A los 19 años ya hacía brebajes y mezclas de todo tipo con las plantas, que vendía a las personas , para curar sus malestares y con el dinero que obtenía  ayudaba a mi familia .
En abril de 1609 , otra persona que también se dedicaba a curar con plantas , me denunció ante la autoridad , diciendo  que era brujo y que hacía hechizos para sanar a las personas; aunque en realidad sabía que era mentira y lo hacía sólo para vender más y quitarme de en medio.
La noticia llegó al Tribunal de la Santa Inquisición que se encontraba en la Aljafería , quién rápidamente me detuvo, me juzgó y me condenó por brujería y superstición a dos años de cárcel  en las mazmorras de la Torre del Trovador.
El primer día que me llevó el alguacil a la torre pensé que no lo podría resistir. Nada más entrar escribí mi nombre y el mes que me encarcelaron en la pared.
Los días en la cárcel eran muy duros, pasábamos mucho frío, había humedad y la comida era muy mala.
Allí conocí a dos presos con los que hice muy buena relación. Uno se llamaba Paul Harand, que era un soldado inglés al que le gustaba jugar mucho al ajedrez. Entre los dos dibujamos un tablero en el suelo y pasábamos largos ratos jugando.
También me contaba cosas de su país y dibujaba en la pared objetos típicos de su tierra, por ejemplo unas jarras:
El otro preso se llamaba Victorino Gomes, navegante portugués que me contó mil y una historias sobre el mar, tierras desconocidas de América y Asia, sobre los muchos barcos en los que viajó. Como era tan aficionado a los barcos, dibujó uno en la pared de la Torre del Trovador.
Entre todos los presos hicimos que la vida en la cárcel no fuera aburrida.
Un día el cocinero del rey Felipe III, denominado “el Piadoso”, que visitaba La Aljafería, se puso muy enfermo con fuertes dolores de estómago y vómitos. Esta situación preocupó mucho al rey porque era su cocinero preferido y el que mejor le preparaba su plato especial: las perdices con cebolla.
Al enterarse de las dolencias del cocinero, le dije al carcelero de la Torre, que yo sabía el remedio para curarlo con plantas medicinales.
Me hicieron caso y me trajeron albahaca, mejorana, orégano, tomillo, menta e hinojo. Con todas ella hice una infusión, como me había enseñado mi abuelo y se la llevaron al cocinero del rey, quien nada más tomársela, se curó de sus dolencias.
Al enterarse el rey preguntó quién había sido el que había curado a su cocinero preferido. El carcelero le dio mi nombre y me perdonó liberándome de la cárcel.
A partir de ese día, el rey Felipe III me nombró su médico naturista y me llevó a su corte en Madrid.

"La sombra de Al-Muqtadir"
Diego Valero Escalona de 3º
En el siglo XI yo era el fiel guardaespaldas del rey Al-Muqtadir y andábamos muy liados luchando con los hermanos de mi rey, para  conseguir más territorios  .
Mi rey no  paró hasta lograr que la taifa de Saraqusta ocupara  desde la provincia de Logroño hasta la de Alicante. La batalla más mortal fue cuando le  arrebatamos Barbastro al rey Ramiro I.
Cuando regresamos  a Saraqusta  el rey me confesó  que tenía ganas de construir un palacio
a  las  afueras, en un lugar llamado La Almozara, cerca del río Ebro.
Mandamos llamar  a los mejores albañiles especialistas en arcos polilobulados.Los versos del Corán escritos en las yeserías  los realizó un artesano amigo del rey. Mi rey pensó que el palacio se llamaría La Aljafería. Yo, que ya estaba cansado de las obras, porque mi rey no paraba de pensar en los planos, sobre todo cuando llegó el momento de construir el oratorio.
¡Menos mal que podíamos pasear por los mercados de pieles y seda que había en Saraqusta!
Cuando terminaron   las obras, yo no descansé.
Mi rey se reunía en el palacio con los matemáticos, astrónomos y filósofos  más importantes .
Cierto día al salir del palacio vimos acercarse a un perro, intente que  se marchase, pero ocurrió una gran desgracia, el perro mordió  a mi rey  y a causa de esto murió.

"Una aventura en la Aljafería"
María Esaín Serrano de 4º
Hace unos años en Zaragoza, una niña llamada María iba a una excursión a la Aljafería.
Estaba muy emocionada pues a ella le todo relacionado con castillos le parecía muy misterioso y eso le gustaba. Leía muchas novelas de fantasma, brujas y de más misterios.
Tenía mucha imaginación.
Llegó el día de la excursión y María se levantó muy temprano para prepararse bien y no llegar tarde al autobús. De camino pensaba lo que se iba a encontrar.
Les resumieron a todos en la puerta para comenzar la visita. Entraron en un patio llamado Patio de San Martín. El guía les empezó a contar la arquitectura de los arcos, etc., pero a María eso no le interesaba tanto como los misterios que podían encerrar aquellas piedras .Así  que, sin querer, su imaginación empezó a volar.
Cuando quiso buscar a su grupo estos se habían ido y estaba sola ante aquella maravilla.
Pasó al patio de Santa  Isabel o patio de los naranjos, era una auténtica maravilla.
Levantó la vista y se fijó en unos ventanales acristalados en los cuales vio reflejada la figura de una joven algún año mayor  que ella  pero iba vestida con ropas de época y tenía una mirada
Triste, le pareció como si pidiera ayuda, pero… ¿Cómo llegar a ella? Salió del patio y encontró una  sala grande con arcos y pasó por la primera puerta que vio, subió las escaleras y oyó unas voces, supuso que sería un grupo de visita y se escondió porque si la descubrían no podría llegar arriba, así que espero pacientemente a que se fueran.
Cuando miró a lo alto vio una mano que asomaba por una esquina indicándole con el dedo para que subiera. Supuso que era esa joven que quería que la siguiese, pues la manga del vestido era del mismo color, así que subió las escaleras corriendo. Entró en una sala preciosa, el techo parecía de oro, era maravillosa pero ahí no debía ser, pues no notó nada extraño, así que salió de allí y se dirigió por un corredor precioso de paredes blancas, suelo azul y con un montón de puertas y ventanas ¿Cuál sería de todas?, de repente vio una puerta medio abierta y con cuidado de que nadie supiese que estaba allí, entró y a lo lejos vio como un papel que parecía una carta, era una carta de amor de una doncella a su amado, de él no había ningún dato, supuso que cuándo la recibiera él lo sabría, pero en la parte trasera si que ponía “Depositar en la entrada de la Iglesia de San Martín”.
María fue como un rayo y en silencio a dejar la carta dónde la joven quería. Cuando estuvo frente a la puerta, no sabía dónde colocarla pues quien la viese se la podía llevar, de repente vio como una piedra que sobresalía de la parte derecha de la puerta y moviéndola un poco vio un hueco y ahí la dejó.
Se fue pensando si hacía bien y si ese era el lugar, pero no podía saberlo, así que se fue pensativa y un poco triste. De repente alguien la llamó ¡María que estamos aquí! Y al girarse vio a un grupo y se fue con ellos.
Se encaminaron hacia el Patio de Santa Isabel para terminar la visita y cuál fue la sorpresa de María cuando al mirar hacia la ventana vio a la muchacha que con ojos alegres se alejó. Pudo entregar la carta a su amado y así descansar en paz.
María se fue muy contenta pues además de ver un castillo maravilloso, pudo vivir una una de sus aventuras que con su imaginación le gusta vivir.

"La princesa mora y su amor"
Violeta Campillos Lázaro de 3º
Hola me llamo  Fátima, vivo en el año 1.118. Soy la doncella o criada de mi señora la princesa Rania.
Os cuento una pequeña historia que  pasó en el  Palacio de la Alegría cuando  fuimos a pasar un breve período de descanso el verano pasado.
Durante algún tiempo veía a mi señora conversando con un campesino llamado Rodrigo de Narvaéz a escondidas. Este hombre se dedicaba a cultivar un trozo de tierra , un huerto  en realidad cerca  del Palacio y por sus jardínes exteriores llenos de fuentes y frutales ellos  charlaban animadamente, como si fueran más que amigos. Algún día mi señora espero que me cuente sus conversaciones.
Un día Rania, la princesa , me llamó para hablar  conmigo y me dijo que el tal  Rodrigo se olvidó junto a su herramienta de labranza una prenda de su vestimenta , la que ahora está en su poder así que como puede comprometerla en Palacio hay que devolvérsela. Era un jubón o camisa , como hace tanto calor en este lugar del Norte, Zaragoza, por ello el campesino Rodrigo se despojó del jubón.
Además te encargarás de llevarle esta carta junto a la  ropa.
En ella decía:
“Querido  Rodrigo , te envío esta  carta para hacerte saber de  mi amor por ti, quisiera que me enviaras  una pronta respuesta.
Rania"
Al leer la carta el joven campesino Rodrigo no podía creer lo que estaba leyendo. Rania y  él participaban en innumerables conversaciones de todo tipo, cultura ( bueno cultura poca , él era un campesino que le venía justo para leer y escribir), deportes de la época, lidiar o lancear toros, aprendizaje del árabe, idioma muy complejo para los cristianos.
Bueno a lo que íbamos, Rodrigo, el cristiano, se extrañó mucho, no, muchísimo ante tal contenido del mensaje, tan directo, nunca antes se había insinuado ni le había manifestado ningún tipo de sentimientos afectivos que no fuesen la amistad, por eso estaba muy mosqueado.
En su respuesta decía:
“Amiga Rania por el momento sólo podemos ser amigos.
Un saludo.
 Rodrigo”.
Al llevarle la misiva a mi señora se puso la mar de contenta, pero al leerla se enfureció y descubrí cuáles eran las sospechas, ahora ciertas, del pobre Rodrigo.
Rania, mi señora, no era ella y estaba poseída por una malvada bruja, Comodora, que dice que ha de conquistar cualquier reino que ella pise ya sea cristiano, árabe o incluso bárbaro.
Me escondí y escapé como pude por los pasadizos que conducen a la Torre del Trovador dónde está siempre entre muchos cacharros y artilugios, que si bien no sabemos para que sirven y esa será otra historia, el mago Máximus. Él tenía que saber qué hacer para deshacer el maleficio, conjuro o lo que sea para salvar a la princesa Rania. Allí Máximus me explicó que hay un joven labrador por los alrededores del palacio que cultiva un huerto, en él cultiva unas extrañas semillas que son mágicas y que con ellas quizás se pueda salvar a la princesa.
Yo pensé que si era Rodrigo o sería mucha suerte. Fui a buscarlo y mira tú por dónde, era Rodrigo el de las semillas. Me contó que eran unas semillas maravillosas que moldeándolas con buenos sentimientos de amistad sale amor, aquella persona a la que se quiera salvar, se salva, pero que en realidad él sólo las cultivaba y que nunca las había probado.
Esa misma noche nos pusimos en marcha, vimos que Rania, la bruja Comodora, ahora no paraba de echar maldiciones por todos lados y a todo el mundo en el palacio, así que esperamos pacientemente a que se durmiera. Fue cuándo nos acercamos y con mucho cuidado Rodrigo empezó a poner en su dedo anular las semillas que poco a poco se iban convirtiendo en un precioso anillo.
La bruja empezó a moverse, empezó a ponerse primero roja, luego pasó al azul, luego al verde, al amarillo y ¡¡Poof! Algo explotó. Entre humo se dibujó la figura de la princesa, era ella porque me abrazó con todas sus fuerzas, se paró y también abrazó a Rodrigo, su salvador.
Aquella magnífica amistad entre el campesino cristiano y la princesa mora se transformó en una mor para siempre entre los dos pueblos.
Fueron felices y comieron perdices, así acaban los cuentos.

"Accidente en la Aljafería"
Víctor Góez Vicente de 3º
Una mañana de domingo fuí a pasear por los alrededores de la Aljafería con mi familia y unos amigos.
Como nos aburríamos nos sentamos en el suelo a contar historias de miedo, de castillos encantados, de luchas, etc.
Luego decidimos jugar al escondite y cuando empecé a correr para esconderme resbalé con una cáscara de plátano que había en el suelo (se le habría caído a algún despistado) y me caí  con tan mala suerte que me golpeé la cabeza y perdí el conocimiento. De repente… ¡me encontré en el siglo XV!
Yo no entendía nada pues iba vestido con una ropa muy extraña, llevaba puesto un paletoque y unas mallas, también tenía una espada y un escudo. Me había crecido el cuerpo y también la barba.
De pronto apareció un hombre que me dijo que yo tenía una misión que cumplir que era entrar en el palacio de la Aljafería a pedirle al rey Fernando ayuda para su pueblo pues lo estaban invadiendo los musulmanes.
Monté en mi caballo y me dirigí al castillo.
Llamé a la puerta y me abrió un sirviente que me preguntó:
- ¿Qué queréis?
- Hablar con el rey Fernando. Contesté.
El sirviente me condujo por una gran escalera hasta la sala de los Pasos Perdidos, me dijo que esperara allí que iba a avisar al rey.
Como la espera era larga empecé a pasear por la sala un montón de rato, tanto que al final me tumbé en el suelo y me quedé dormido.
Cuando desperté estaba en la torre del Trovador donde me habían metido preso, yo no entendía por qué el rey no me quería recibir. Allí había un guardia que me vigilaba continuamente pero con el que al cabo de unos días empecé a jugar al ajedrez con un tablero  que habían fabricado otros presos.
Nos hicimos amigos y le convencí para que me llevara ante el rey porque le tenía que pedir una cosa muy importante.
Atravesamos grandes pasillos hasta que llegamos al salón del Trono y allí el rey me preguntó:
- ¿Quién sois vos?
- Soy Víctor. Contesté.
- ¿Qué es lo que me tienes que decir tan importante?
- Necesito ayuda para salvar a un pueblo de la invasión de los musulmanes.
El rey Fernando  confió en mí, preparó un gran ejército y lo puso a mi disposición siendo yo el jefe.
Salimos de la Aljafería para cumplir nuestra misión. Al anochecer paramos para descansar y dormir un rato.
Al despertar estaba rodeado de gente, yo pensaba que eran los enemigos pero no podía ser porque iban vestidos con batas blancas y todos me sonreían, también mi familia que estaba un poco más apartada.
Ellos no sabían que había vivido una aventura increíble.

"El melocotón robado"
Sandra Collado Caballero de 5º
Yo corría, los guardias me perseguían y, seguía corriendo hasta que tropecé con una piedra, caí y me desmayé.
Al recobrar el conocimiento vi que la gente que me rodeaba estaba triste, desanimada y con muy mal humor. Yo pregunté - ¿Qué ha pasado? Y ¿Dónde estoy? El más joven y simpático me contestó –Estás en la cárcel, en la torre del Trovador del castillo de la Aljafería, y, lo que nos pasa es que nos quedan muchos años de estar aquí, tortura e incluso a algunos la muerte. Yo me  llamo Manuel, tengo 20 años y he robado 2 caballos a los soldados de Napoleón por venganza de que mi padre casi muere por su culpa. Llevo aquí ocho meses , desde el día que las tropas de Napoleón conquistaron Zaragoza. – Me dijo el chico.
Yo  soy Alexandra, tengo 18 años y he robado un melocotón  porque tenía mucha hambre, soy pobre y no tengo nada. –Le respondí yo.
Manuel me dijo – No te preocupes al ser tan joven te soltarán pronto o eso creo yo.
Al cabo de dos semanas había aprendido a grabar en la piedra. Había hecho muchos dibujos, pero la que me quedó precioso fue un tablero de ajedrez grabado en el suelo.
Todos los días Manuel y yo jugábamos varias partidas de ajedrez.
Tras dos meses de encierro ya no sabía que hacer, ni que grabar ni nada. Pero una noche oí ruidos  y una  piedra de la pared  se estaba desprendiendo, me dí cuenta de que ¡ alguien estaba haciendo un túnel para escapar! Ví que eran mis amigos Patricia, Alex, Lucía, Marta y mi hermana Raquel, al verlos me puse mi contenta.
Después de abrazarnos todos mi hermana dijo:
- Venga rápido vamos a ver si nos van a pillar.
Todos los presos muy alegres salieron corriendo por el túnel hasta llegar al pozo.
Al salir fuera le s dije a mis amigos:
- ¡Chicos! Me tengo que ir porque si no estaré en peligro, otra vez, de entrar en la cárcel y que me pasen cosas muy malas, así que me voy a Teruel.
Para irnos Manuel y yo a Teruel cogimos dos caballos muy bonitos.
Al cabo de cuatro años las tropas sorianas del mariscal de campo Durán rindieron el castillo de La Aljafería el día 10 de Julio de 1813, día en el que volví a Zaragoza. Al verme, mi familia y mis amigos se pusieron muy contentos, pero lo mejor fue que al haber aprendido en la cárcel a grabar en la piedra me hice una escultora muy famosa y volví con fama y dinero.
Desde entonces trabajo en mi taller de escultura en piedra, y así nunca tuve que volver a robar ni volvimos a ser pobres.
El taller de escultura también era una escuea dfe grabado donde aprendían a grabar personas de todas las edades.

"El faisán"
Marina Fernández Marcuello de 5º
Hola soy Layla, tengo once años y vivo en en el barrio mozárabe de Saraqusta.     
Hace un año, cogiendo plantas por la orilla del río, me encontré a una chica árabe, me dijo que se llamaba Nadima, y vivía con su padre, que era médico y astrónomo, en una pequeña estancia de la Aljafería.
Nos hicimos muy amigas y, desde entonces, voy todos los días desde mi casa hasta la Aljafería para aprender cosas sobre plantas medicinales y astronomía con ella.
Saraqusta,,5-MAYO-MLIII                                                                                                             
Hoy he ido antes que de costumbre porque íbamos a recoger unas plantas que necesitábamos, he recorrido el camino de siempre, primero cruzo la puerta de Toledo tras contemplar la torre de la Zuda y después atravieso la puerta de Sancho para llegar por fin a la Aljafería.
Al mediodía habíamos quedado con Sayyid, el padre de Nadima, para que nos enseñara a preparar un antídoto para curar el veneno con mansanilla y habaq. No ha sido difícil
Saraqusta, 6-MAYO-MLIII
Al llegar a la Aljafería he oído un alboroto muy grande en el salón dorado. ¡Se había desmayado Abu Jafar Ahmed Almoctadir Bilá! Nadie sabía que hacer y todos estaban sorprendidos. Fui a buscar a Nadima. Ella me ha dicho que Abu Jafar estaba hablando con su padre cuando se desplomo y que ahora todos pensaban que como Sayyid era el médico de la Aljafería y sabía mucho de plantas, había sido él el que lo había envenenado y el secretario de Abu Jafar lo ha mandado al calabozo.
Yo le dije que esperáramos a mañana para ver como reaccionaba Abu Jafar e intentar hablar con Sayyid.
Saraqusta, 7-MAYO-MLIII                                                   
Nos hemos reunido en el patio de Santa Isabel; Abu Jafar se ha despertado pero está muy enfermo y casi no puede hablar. Como nosotras solas no podíamos preparar el antídoto pedimos permiso a los vigilantes del calabozo para poder bajar a hablar con Sayyid, nos costó un poco convencerles pero lo conseguimos.
Cuando por fin hemos hablado con Sayyid nos ha dicho que no nos bastaba con el antídoto que nos había enseñado a hacer el otro día, sino que necesitábamos dos ingredientes más: un “baina de serbo” y tres plumas de faisán, nos ha explicado que el cuerno nos lo daría una chica llamada Mehira en la judería y las plumas de faisán las podremos conseguir en los jardines de las afueras de la Aljafería y que teníamos exactamente un día, si nos cuesta más de un día conseguir la “baina de serbo” y las plumas de faisán y hacer el antídoto ¡Abu Jafar morirá! comenzaremos la búsqueda mañana por la mañana.
Saraqusta, 8-MAYO-MLIII
Hemos comenzado muy temprano la búsqueda a las siete esperaba a mi amiga en la puerta del Portillo hemos atravesado la medina y el zoco y tras cruzar la puerta Cinegia llegamos a la judería. En la judería había muchas calles en las que te podías perder si no las conocías, en una plaza muy escondida estaba Mehira con muchos frasquitos y especias, haciendo un ungüento. Nadima le pidió la “baina de serbo”, Mehira nos preguntó para qué lo queríamos, yo le expliqué que Abu Jafar se había desmayado envenenado y todos creían que había sido Sayyid el padre de Nadima.
Nadima le contó que su padre estaba en el calabozo y nos había enviado para que ella nos diera una baina de serbo. Nos dio el cuerno que necesitábamos para el antídoto y nos dijo que nos podía ayudar por que además conoce a Sayyid, y le dijimos que viniera con nosotras.
En el camino de vuelta salimos por la puerta Cinegia volvimos a cruzar por la medina y el zoco y cuando pasamos la puerta de Baltax vimos muchos faisanes de todos los tipos y colores: faisanes comunes, dorados, mongol, jumbo y minicaballos volando sobre nosotras, y con un silbato que nos había dado Sayyid conseguimos que bajara uno de los faisanes dorados entonces hablamos con él y le convencimos para que nos diera tres de sus bonitas plumas azul celeste, rojo fuego y dorado tal y como nos lo había dicho Sayyid.
Mientras volvíamos al palacio de la Aljafería, Nadima le preguntó a Mehira que por qué conocía a su padre, Mehira dijo: “hace dos años vino un hombre a la plaza en la que me habéis encontrado y me dijo: “Dentro de dos años vendrán dos niñas, te pedirán una baina de serbo, te dirán que estoy en un calabozo y que Abu Jafar está envenenado, tu les darás el cuerno y te irás con ellas” en ese momento no entendí nada y ahora no lo termino de entender porque ese hombre era tu padre”.
Nos quedamos muy sorprendidas y nos preguntamos que si sabía que eso iba a pasar por que no lo evitó.
Justo entonces llegamos a la Aljafería, fuimos rápidamente a hacer el antídoto con mansanilla, habaq, tres plumas de faisán y una baina de serbo y se lo dimos rápidamente a Abu Jafar; mientras se recuperaba llegó el secretario de Abu Jafar y dijo que acababan de capturar a un espía y que había confesado que fue él el que envenenó a Abu Jafar , que seguía las órdenes de, Yussuf, su hermano.
Abu Jafar estaba muy orgulloso de nosotras y nos preguntó cómo nos lo podía agradecer, nosotras le dijimos que liberara a Sayyid ahora que se había demostrado que no era culpable y que tallaran en un arco del salón dorado un faisán.
Saraqusta, 9-MAYO-MLIII
Hoy cuando he llegado a la Aljafería para seguir nuestras clases con Nadima, me estaba esperando en la puerta principal, con una sonrisa me ha cogido de la mano y me ha guiñado un ojo, y me ha dicho: ¡Ven a ver una cosa!
Nos hemos acercado a la entrada del salón dorado y con un dedo me ha señalado para arriba ¡Que contenta me he puesto cuando he distinguido un maravilloso faisán en lo alto del arco!

"Los alarifes y Jusuf Bellito"
Anai Fernández Marcuello de 4º
Yo era un niño de 9 años cuando me ocurrió esta historia que os voy a contar. Sucedió en MCCVC en Saragoça, faltaba poco para comenzar un nuevos siglo , el XIII.  Por cierto me llamo Ammar.
Era un día tranquilo y soleado en el barrio de San Pablo allí vivía en una casita. Me desperté con el sonido de las campanas del convento de las Predicadoras de Santa Inés, bajé corriendo porque llevabamos tiempo planeando que mi padre me llevara a visitar la Aljafería. Desde hacía cinco años trabajaba allí con una cuadrilla de alarifes, eran mudéjares que habían admitido en su grupo a mi padre.
Por el camino me decía que estaba aprendiendo muchas cosas con ellos, que tenían mucha imaginación y todo lo sabían construir.
Cuando llegamos, nos dijeron que el Rey Jaime II había mandado hacer reparaciones en algunas partes de la Aljafería porque de forma muy extraña se estaban destruyendo techos, arcos y hasta la torre del Trovador. Entonces mandaron a mi padre a trabajar y yo me tuve que ir a casa. Mi madre estaba preocupada porque no volvía.
Al día siguiente mi madre me mandó a comprar en un mercadillo y yo fui a la Aljafería para ver si estaba bien mi padre. Cuando llegué fui por detrás de una puerta y vi que mi padre estaba ahí trabajando muy cansado con unas ojeras enormes. Yo me acerqué y le saludé, el me vió y me dió un abrazo muy grande. Los maestros albañiles me vieron y dijeron que no me podía quedar, mi padre les pidió que me dejaran y el jefe de obra dijo que solo me podría quedar si yo también trabajaba y yo dije que si, que quería aprender.
Mi padre llamó a un aprendiz, me enseñó los instrumentos y como los utilizaban: los azadones utilizados para amasar el mortero, cubos de madera con asa de cuerda y unida por aros de metal para transportar, espuertas, el pico de cantero, las paletas y la calabaza del vino
El me dijo que se utilizaba arcilla, madera, cal, piedras pequeñas y barro.
Después,  mi padre me estaba enseñando a hacer un ajedrez en los ladrillos, en la planta baja cerca del salón dorado cuando vi una especie de pájaro en un arco, sabía que nunca se tallaban animales y me extrañó, le pregunté qué era eso, él me contó una historia muy antigüa sobre una antepasada nuestra llamada Layla que salvó la vida al rey y como premio hicieron ese precioso faisán. Esa historia me encantó. Me encantaba trabajar con mi padre. Aunque cansaba mucho. Le iba a preguntar a mi padre por que no le dejaron ir a casa antes cuando oímos unos ruidos. Todos los albañiles y yo nos quedamos sorprendidos, y el maestro mayor de obras Jucef Bellito me dijo que subiera por unas escaleras muy estrechas que había.
Era un pasadizo secreto que llegaba hasta la torre del Trovador. Cuando llegué vi que alguien había dejado un zapato y un pico. También había una cuerda que se enganchaba con el tronco de un árbol. Durante un segundo me pareció ver una sombra de alguien por la cuerda. Iba a cortar la cuerda para que se cayera pero, ¡demasiado tarde! cuando la corté ya no estaba. Se había escapado. Entonces grité. ¡Nos están haciendo un sabotaje! ¡Una persona se ha escapado! Entonces Jucef Bellito mandó a unos guardianes a por él. Cuando bajé solo quedaba mi padre. El me cogió de la mano y echamos a correr. Cuando salimos se le oía a Jucef Bellito mandando órdenes, diciendo. ¡Que no escape! 
Rodeamos la zona y detrás de un arbusto vi un pié , como yo llevaba una pequeña pala para hacer el ajedrez colgada a la cintura la lancé en esa dirección y se oyó un grito, los demás se acercaron y le capturaron.
A partir de entonces ya no hubo tantos daños en la Aljafería y pudimos construir partes nuevas. Cuando acabamos de construir Jucef Bellito nos felicitó y nos dejó volver a casa.
Hoy vamos todos vestidos con nuestra mejor ropa  porque va a nombrar Jaime II a Mahomet Bellito nuestro nuevo maestro de obras.

"La paloma sin nombre"
Cristina Jiménez Gargallo de 6º
Hola soy una paloma sin nombre que vivo en Zaragoza. Todos los días me doy unas cuantas vueltas alrededor de la Aljafería, es preciosa, es más vivo allí apoyada en la ventanas.
Algunos investigadores opinan que fue construido bajo la dinastía de banu hud en el siglo XI. Otros creen que lo erigió el rey moro aben-aljafe, quien también construyó la mezquita mayor, hoy iglesia de la seo. Ha sufrido diferentes reconstrucciones siglos después; las últimas, en 1593 por el arquitecto Íniguez Almech.
Tiene cuatro murallas y dos entradas una para los turistas y la otra yo creo que es para la autoridad. Esta rodeado por un foso lleno de hierba y a los laterales un camino de piedras con bancos y papeleras con focos arriba para alumbrar de noche.
Cuando vuelo por encima de la Aljafería se ven seis torres y varias zonas al descubierto, uno de ellos es el patio de santa Isabel, que es muy bonito, con sus arcos de estilo musulmán y sus arbustos todos puestos en orden.
Un día pensé que seria bonito ver lo que hay en el interior pero savia que visitas para palomas no había, y de repente se me ocurrió que podía colarme por el patio de Santa Isabel y así ver como era la Aljafería por dentro, aunque la gente me intentará echar, ¡pero yo lo voy a intentar!
Cuando entre me fui directamente a la Torre del Trovador Se trata de una torre defensiva, de planta cuadrangular y cinco pisos que data de finales del siglo IX independiente de. La torre mantiene vestigios del arranque de los gruesos muros de aparejo de sillería de alabastro en su parte inferior, y continuaba con otros de encofrado de hormigón simple de yeso y cal, algo más delgados al ganar en altura. El exterior no refleja la división en cinco pisos interna y aparece como un enorme prisma macizo apenas roto por vanos en aspillera. El ingreso al interior se efectuaba a través de una pequeña puerta en altura a la que solo se podría acceder mediante una escala portátil. Su función inicial, era, por todos estos indicios, eminentemente militar.
Luego me fui a el Palacio Taifal: La construcción del palacio —en su mayor parte realizada entre 1065 y 1081—fue ordenada por Abú Ya'far Ahmad ibn Sulaymán al-Muqtadir Billah, conocido por su título honorífico de Al-Muqtadir, (El poderoso), segundo monarca de la dinastía de los Banu Hud, como símbolo del poder alcanzado por la Taifa de Zaragoza en la segunda mitad del siglo XI.
Cuando estaba volando por el palacio de Taifal de repente vi a un guardia de seguridad pero no me llegó a ver y continué con mi camino.
Paré en el Salón Dorado El Salón Dorado tenía en sus extremos este y oeste dos aposentos que fueron alcobas privadas posiblemente de uso regio. Hoy se ha perdido la alcoba del flanco occidental, que se usó como dormitorio real y utilizaron también los reyes aragoneses hasta el siglo XIV.
La mayoría de las yeserías de atauriques, que tapizaban con paneles decorativos labrados en yeso las paredes de estas estancias, así como un zócalo de alabastro de dos metros y medio de altura y los suelos de mármol blanco del palacio original, se han perdido. Los restos que se han conservado, tanto en museos como los escasos que se hallan en este salón regio, permiten, sin embargo, reconstruir el aspecto de esta decoración polícroma, que, en su día, debió ser espléndida.
Iba volando tan tranquila y sin darme cuenta me encontré a un viejo amigo mío, el palomo Celestino, que era igual de aventurero que yo y que ha venido también a ver la Aljafería. Le pregunté que tal le iba y  si había encontrado novia, entre otras cosas, pero me dijo que no. Después de un rato me comentó que fuera a ver los techos de alfarjes que allí se podían hacer nidos fácilmente y muy estables. Yo le hice caso, y con dos picoteos en las mejillas y nuestro saludo secreto se fue hacia el patio de Santa Isabel y yo a ver los techos.
Los techos, alfarjes en madera, reproducían el firmamento, y todo el salón era una imagen del cosmos, cuajada de símbolos del poder que sobre el universo celeste ejercía el monarca de Zaragoza, que aparecía así como heredero de los califas.
El acceso al Salón Dorado se efectúa a través de un lienzo con tres vanos. Uno central muy amplio, que conforman cinco columnas dobles de mármol con capiteles de alabastro islámicos muy estilizados que soportan cuatro arcos entrecruzados mixtilíneos, entre los cuales, en altura, se sitúan otros de herradura más simples.
También me encontré en lo que se dice el testero norte, que se edifica el conjunto más importante de dependencias del palacio de época hudí, pues incluye el Salón del Trono o Salón Dorado y la pequeña mezquita privada, situada en el costado oriental del pórtico de acceso que sirve de antesala al oratorio. En su interior aloja un mihrab en el ángulo suroriental, cuyo nicho, por tanto, se orienta en dirección a la Meca, como ocurre en todas las mezquitas excepto en la de Córdoba.
Después me deje caer por la Mezquita u orario que en el extremo oriental del pórtico de entrada al Salón Dorado, era para uso del monarca y sus cortesanos. A ella se accede a través de una portada que acaba en un arco de herradura inspirado en la Mezquita de Córdoba pero con salmeres en forma de S, una novedad que imitará el arte almorávide y nazarí. Este arco se apoya en dos columnas con capiteles de hojas muy geometrizantes, en la línea de las realizaciones arte granadino de soluciones en mocárabe. Su alfiz está profusamente ornamentado con decoración vegetal y sobre él se dispone un friso de arcos de medio punto entrecruzados. Ya en el interior del oratorio hay un espacio reducido de planta cuadrada pero con esquinas achaflanadas, que lo convierte en una falsa planta octogonal. En el sector sureste, orientado hacia la Meca, se sitúa el nicho del mihrab. El frontal del mihrab se conforma mediante un arco de herradura muy tradicional, de formas cordobesas y rosca de dovelas alternadas, unas decoradas con relieves vegetales y otras lisas (aunque en origen estuvieron adornadas con decoración pictórica), que recuerdan la rosca del mihrab de la Mezquita de Córdoba, solo que lo que allí fueron materiales ricos (mosaicos y alarifes bizantinos) en Zaragoza, con mayor pobreza material que la Córdoba califal, son estucos en yeso y policromía, habiéndose perdido esta última en casi todo el Palacio.
Iba yo volando, embobada por las paredes de la mezquita y sus estructuras, y de repente ¡POM! me estampé contra una columna, ¡que torta me he pegado! la ha oído hasta Celestino está viajando camino de China. Bueno sigamos con el viaje que ya queda poco.
Completando el recorrido por el palacio del siglo XI, se llega al pórtico sur, que consta de una arquería en su flanco meridional que da acceso a un pórtico con dos estancias laterales. Este pórtico era la antesala de un gran salón sur que tendría la misma disposición tripartita del existente en el lado norte, y del cual solo queda la arquería de acceso de arcos mixtilíneos de decoración geométrica. Quizá en este sector meridional se den los mayores atrevimientos en cuanto a las arquerías, mediante el entrecruzamiento de formas lobuladas, mixtilíneas, e inclusión de pequeños relieves de fustes y capiteles con función exclusivamente ornamental.
Bueno ya está, no puedo más por hoy, me voy a mi ventana a dormir un rato y si queréis saber más cosas de la Aljafería podéis visitarla tantas veces como queráis. Por cierto los domingos es gratis la entrada, para las palomas es gratis todo el año.

"Una turista en La Aljafería"
Victoria Sanz Bravo de 5º
Cuando llegué al castillo de La Aljafería, me pareció muy bonito, porque en mi país Canadá no hay catedrales tan bonitas. Parecía abandonado, pero luego vi un dragón en una de sus torres, era azul y blanco, por supuesto el color del Zaragoza.Estaba en un terreno muy llano, tanto que parecía hecho de papel, aunque realmente era de hierba.Yo iba muy preparada,llevaba una bufanda, no sé para qué, y por último una parte de alabastro que me habían regalado por  mi cumpleaños. Después fui andando por las otras partes de la Aljafería, hay una parte (el lateral), que está llena de flores muy bonitas y brillantes;lo que pasa es que allí murieron muchos soldados, tanto españoles como franceses por su guerra,y claro, me daban algunos escalofríos.El dragón llamado Portain me ofreció algunas chuches que llevaban los soldados, había: regalices, donuts, palomitas, etc.Yo cogí dos donuts de chocolate  y un batido y nos fuimos adentro.Mientras nos acercábamos me contó algunas cosas,por ejemplo,  que en  Zaragoza se encontraron los restos arquitectónicos más antiguos de la Aljafería (siglo IX ), y otras cosas.
Cuando llegamos a una esquina ví un pasadizo tapado por piedras, Portain me explicó que el pasadizo lo hiciron cuando había guerras y lo hacían los asaltantes para entrar al castillo, después lo descubrieron y lo taparon. ¡Al fin entramos! Portain me dijo que había un misterio llamado "La piedra encajada". Me explicó por qué  se llamaba así, y ahora os lo voy a explicar yo.Había grandes sillares de alabastro,en perfecto estado y todos con la misma longitud, excepto uno al que le faltaba un trozo desde el siglo XII  y antiguamente se ofrecía por ese trozo el premio de un torreón y entrar en el oratorio cuantas veces se quisiera.Todas las personas lo intentaban pero no encajaba.
Sólo , por casualidad, saqué mi alabastro, lo intenté poner y ...
¡¡¡¡¡ Era el de verdad!!!!! Portain no habló durante  cuatro minutos y cuarenta y ocho segundos porque se quedó boquiabierto.Me dijo que tenía una máquina para volver al pasado y que me dieran la recompensa.La máquina era alta ( de un metro ),tenía una barra de metal en la parte inferior, dos cierres y dos cristales agarrados en los cierres.
Los dos entramos y dentro tenía un mando en el que se marcaba el año o siglo al que se quería ir.Nosotros pulsamos al siglo XII y  la máquina nos transportó.En ese siglo todo cambia,pero él me dio rápidamente una pastilla y me obligó a tragármela,era para que yo no desapareciera, porque en esa época yo no existía.
La máquina nos llevó a la entrada del castillo, muchas personas decían que la Aljafería era un espantajo lamentable, cubierto de harapos, que era horroroso y que no le gustaba a nadie.A mi me extrañó porque en mi siglo, es decir, en el siglo XXI, a la gente le gusta mucho.Portain me explicó que fue en el año 2001 cuando a la gente le empezó a gustar la Aljafería porque la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad el mudéjar  aragonés, destacando que el palacio de la Aljafería es uno de los monumentos más emblemáticos del arte mudéjar en Aragón. Despues entramos, vimos el palacio islámico, allí había dos puertas, entramos por una y allí había un hombre al lado de los sillares yo le di mi alabastro, él lo midió y como y ya sabía ¡era el verdadero!. Pregunté cuando me daban la recompensa que estaba en la Sala de los pasos perdidos,fui allí con él y me dieron un papel en el que ponía: Torreón número 3.
Me acompañaron al oratorio, entré y por fin me situé en el centro, allí me quedé horas y escribí sobre el oratorio,también me encontré una paloma llamada Dranita, pero eso es otra historia.
Me sentí como una reina,después salí, pues yo ya podía entrar las veces que quisiera y fuimos a ver el torreón de mi pertenencia,era alto y muy bonito.Portain me felicitó y me llevo más tarde volando hasta el Palacio de los Reyes Católicos.Portain tenía una máquina que ponía vestidos a las personas según sus cualidades;la máquna tenía cuatro cuadrados,:uno con los colores, otro con tipos de tela, otro con formas y por último el de las cualidades.
Me quedó un vestido precioso, era morado ,con tres capas, flores en las mangas muy anchas, ondas al final del vestido y zapatos brillantes.Ël me observó y me dijo que .como me quedaba tan bien, me lo podía llevar.Salimos al foso, volvimos a coger la máquina del tiempo y volvimos al siglo XXI, yo ya me tenía que ir, asi que le pedí que me llevase a Canadá, mi país.Él aceptó y cuando ya estábamos allí le dí mi bufanda e la suerte porque,  además, era invierno y también le dí todo lo que me habían dado de recompensa.Desde aquello, Portain y yo siempre nos llevamos bien.

"El ratón de la Aljafería"
Víctor Lorenzo Costa de 4º
Hola mi nombre es Ratopin. Soy un ratón, vivo en Zaragoza en uno de los edificios más importantes de esta ciudad. Por supuesto os hablo del palacio de la Aljafería.
Os voy a contar la historia de este edificio: este palacio fue construido en el siglo XI, durante el periodo de taifas, como residencia de recreo de los reyes Saraqustís. Está situado a las afueras de la ciudad, rodeado de jardines, huertas y acequias, evoca el paraíso musulmán; lo conocen como "Qasr-al-surur" o Palacio de la alegría. Le pega mucho ese nombre, porque debe ser lo más parecido al paraíso.
Estamos en el siglo XV, en el año 1488. He salido a dar un paseo y he visto por fin a los Reyes Católicos. Por lo visto están mandando a los obreros que construyan en el palacio nuevas salas en la planta primera. Claro, para llegar a ellas necesitan una escalera.
Los trabajos están vigilados por Faraig de Gali. He oído que el rey Fernando de Aragón le ha nombrado” Maestro Mayor”. La reina Isabel de Castilla quiere que sea una escalera noble, grandiosa, iluminada por grandes ventanales y cubierta por un techo muy decorado.
Creo que al maestro le interesa mucho que sus reyes estén satisfechos, por la cuenta que le trae, por lo tanto obedece sus órdenes. Isabel y Fernando quieren que se pinten en las vigas del techo los emblemas de los Reyes Católicos, o sea, el yugo y las flechas.
Al fin han terminado los trabajos, y ahora que no me ve nadie voy a estrenarla. ¡Caramba, las obras continúan! Los albañiles están haciendo un pasillo abierto, desde el que se ve el patio de Santa Isabel, y comunica la escalera con otras habitaciones del palacio real.
¡Caray, esto si que es lujo! En mitad de la galería hay una puerta preciosa comparada con las demás. Encima de la puerta hay tallado en el yeso el escudo de los Reyes sostenido por dos leones y el resto decorado con motivos vegetales.
Como podéis suponer esta puerta nos tiene que llevar a una de las habitaciones más importantes del palacio.
Lo que yo os contaba, la sala es enorme. Me he puesto a medirla y me parece que tiene unos veinte metros de longitud y ocho de anchura. Todo el mundo la llama el Salón del Trono.
Y eso que cuelga del techo, ¿son piñas? Son amarillas, parecen de oro, ¡y no se caen! He oído que estas piñas representan la fertilidad y la inmortalidad. A los lados hay inscripciones de los Reyes Católicos y también sus símbolos matrimoniales: el yugo y las flechas.
Por los laterales, debajo de las galerías, hay inscripciones de los Reyes Católicos. Parece que hay una fecha en números romanos: MCCCCLXXXXII, ¡esa es la fecha en que los Reyes Católicos conquistaron Granada! Las inscripciones ya no las entiendo.
He descubierto unos balcones de madera bajo el artesonado. Por lo que me han dicho esta galería servirá para que algunos invitados (quizás sean damas) puedan escuchar y contemplar a los reyes.
Es muy fácil perderse porque el Salón del Trono comunica con tres salas más: el Salón de los pasos perdidos, la Sala de las deliberaciones y la Sala de Santa Isabel.
Han pasado siete años y por fin han acabado las obras.
Bueno, se está haciendo de noche y tengo regresar a mi casa, pero volveré mañana para ver si descubro algo curioso para contar. Me gustaría que las próximas generaciones ratoniles vieran que hermosa es LA ALJAFERÍA, aunque supongo que será más bonita en el futuro.
A mi me ha gustado mucho vivir en La Aljafería ¿Y a ti amigo?
¡Hasta otra vez, pillín.

"El palacio de la Alegría"
David Redondo Laencina de 3º
¡Hola, soy la Luna!
Como sabéis llevo toda la vida dando vueltas alrededor de la Tierra. Cuando paso por España siempre me fijo en una ciudad que me gusta mucho, es Zaragoza. Desde aquí arriba se ve muy bonita.
Me gustaría contaros una historia que allí ocurrió hace muchos, muchos años: “ En el siglo XI cuando  la ciudad se llamaba Saraqusta y estaba dominada por los musulmanes. Durante la dinastía de los Banu Hud, el que fue rey de la Taifa mandó construir en las afueras, en una zona llana, llamada La Almozara, un castillo.
El rey era conocido por su titulo honorífico como Al-Muqtadir que significa “el Poderoso”. Fue un rey sabio. El palacio que mandó construir fue de una gran belleza, tenía un gran patio rectangular, a cielo abierto y con una alberca en su lado sur, a continuación dos pórticos laterales. En el pórtico norte había un pequeño oratorio o mezquita de planta octogonal, con una bonita decoración en yeso y unas frases del Corán.
Era un recinto fortificado, reforzado por 16 torreones semicirculares y uno rectangular que ya se encontraba en el lugar cuando empezaron a construir el palacio.
El rey le llamo el “Palacio de la alegría”. Allí vivía rodeado de su corte y organizaba fiestas para sus amigos del mundo científico y de la cultura.
Al-Muqtadir era un gran aficionado a la astrología y en la torre rectangular más antigua montó un observatorio astronómico para observarme a mí y a mis compañeras las estrellas. A esa torre luego la llamaron “ Torre del Trovador”(pero eso es otra historia...)
En el año 1118 Alfonso I el Batallador, que era cristiano, conquistó Zaragoza y ocupó el castillo de La Aljafería. Así se convirtió en el Palacio de los reyes aragoneses, quienes durante 400 años hicieron reformas y obras de ampliación, como la Iglesia de San Martín.
El palacio siguió con su esplendor: allí, se coronaba a los reyes. En la coronación de Alfonso IV, asistieron más de 30.000 invitados a caballo.
Pero también tuvo una mala época, entorno al año 1445, cuando La Aljafería casi se encontraba en ruinas.
Menos mal que en el siglo XV los Reyes Católicos mandaron construir un nuevo palacio,(sobre el ala norte del palacio islámico), en la segunda planta. Construyeron una hermosa escalinata para llegar al Salón del Trono y a las salas que llamaron “ de los Pasos Perdidos”. Aquí hay techos muy bonitos de madera dorada y policromada, ( me contaron que las grandes piñas colgantes son símbolo de la fertilidad y la inmortalidad).
Fue una pena que para hacer esta construcción tuvieran que romper las zonas altas de los salones del primer palacio construido en el siglo XI.
En esta época La Aljafería  también fue sede del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, en sus calabozos estuvieron encarcelados numerosos reos, que se entretenían tallando dibujos en las paredes.
En el siglo XVI, La Aljafería se transformó en un cuartel de tropas militares. Se construyó una muralla exterior y un amplio foso. Hasta mitad del siglo XX , se utilizó como acuartelamiento.
En los inicios del siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia, tiene lugar en la ciudad un hecho histórico muy importante: “Los Sitios de Zaragoza”, labradores, comerciantes, parte de la burguesía y algún noble, capitaneados por el General Palafox se alzaron en armas contra los franceses. La Aljafería, sufrió entonces grandes desperfectos.
Así se mantuvo hasta que en 1931 fue declarada monumento de interés histórico-artístico. Pero no se empezó a restaurar  hasta mitad del siglo XX.
En el año 1987 se  instalaron en el palacio: “ Las Cortes de Aragón”, están formadas por 67 diputados elegidos cada cuatro años y que representan a todos los aragoneses. Ellos se reúnen en el hemiciclo o salón de plenos para elaborar leyes.
Desde el año 2001 La Aljafería es junto con el mudéjar de Aragón: Patrimonio de la Humanidad, y ahora en al siglo XXI luce esplendorosa y recibe numerosas visitas, (todo el mundo la admira).
Ésta es la historia de un castillo y de la gente que ha vivido en él durante diez siglos.

"El inquilino de La Aljafería"
David Sallán Latorre de 4º
El palacio de La Aljafería, hoy en día, es sede de Las Cortes de Aragón, pero no siempre ha sido así, y ello, se ve en sus piedras, puertas, pinturas, jardines, olores..., en sus risas, en sus llantos y en sus silencios ¿Qué quién lo dice? Lo digo yo "Abu Amir", poeta, orador y filósofo de la corte del gran rey "Al Muqtadir", perteneciente a la dinastía de los Banu Hud y rey de la taifa de Saraqusta, a la cual llevó a su máximo apogeo político y cultural.
Historia han hecho las reuniones que convocaba aquí, en esta mi eterna morada, donde astrónomos, filósofos, poetas y artistas debatiamos rodeados de huertas, jardines y acequias, cómo del paraíso se tratara...
¿Sabéis cómo se le conocía? como el Palacio de la Alegría, ¡Alegrías, diría yo! Aunque he de confesar que también he sido "testigo mudo" de guerras, traiciones de amores posibles e imposibles... ¡De muchas historias!
¿Cómo resumir lo visto y oído en estos 1000 años? Si tienes un momento déjame que te lo cuente y, sin apenas darte cuenta, serás parte de su historia.
Este hermoso y bello lugar, que huele a limones, a romero, a flor de azahar y cuyos sonidos alegran el alma, no siempre ha sid así.
Cuando mi rey lo convirtió en palacio, era una fortaleza, con más de un siglo de antigüedad.
¿Qué quería mi señor?, ¿Cuál era su sueño? Rectangular, amurallado y reforzado por 16 torreones semicirculares, ya se alzaba fuerte y altiva "La Torre del Trovador", la cual, según me han contado, sería escenario ficticio de una ópera compuesta por un compositor italiano llamado Verdi, ¡Todo un drama!
Recuerdo con nostalgia cuando mi rey presidía recepciones y embajadas en el "Salón del Trono" o, como a el le gustaba llamarlo "Salón Dorado". Lo hacía con sentimiento con el corazón, tal y como reflejan sus versos: "¡Oh, Palacio de la Alegría!, ¡Oh, Salón Dorado!, Gracias a vosotros llegué al colmo de mis deseos, y aunque en mi reino no tuviera otra cosa, para mí sois todo lo que pudiera anhelar".
¡Qué bellos versos!, ¡Qué persona tan profunda!
En mis sueños lo veo entrar en la Mezquita octogonal, tranquilo, cruzar el gran arco de herradura con recogimiento y gran espiritualidad, rezar.
Cuando mi rey murió (1081), dividió sus reino entre sus hijos, dejándole a "Al-Mustain", Zaragoza.
¡Qué gran hijo! ¡Qué gran rey!, matemático extraordinario continuo con la labor de su padre.
"Crear una corte de filósofos y sabios con un marco excepcional: el bello palacio de La Aljafería.
¡Qué ir y venir de gente!, ¡Cuánta investigación y sabiduría!, ¡Pero...! que triste se le veía en ocasiones.
Enfrentado a su hermano, el rey de Lérida, tuvo que contratar los favores de algunos mercenarios, siendo uno de los más famosos el otorgado por un "castellano" llamado Rodrigo Díaz de Vivar.
¡Si, si!, ¡Lo que oyes!, ¡Del mismo Cid Campeador!.
¡Qué persoa tan extraordinaria! sabía como nadie  motivar y animar a su mesnada. Nosotros lo llamábamo "Sid", que en árabe significa "Señor". De ahí le viene el nombre de "Cid" o de "Mío Cid". MI SEÑOR.
Cuando murió mi rey y le sucedió, como es natural, su hijo "Al-Mustain II"
¡Malos años lo esperaban!
Zaragoza asediada por almorávides y cristianos le dio muchos quebraderos de cabeza. Quince años reinó en estas tesituras, para finalmente ser derrotado y muerto en la batalla de Valtierra, cerca de Tudela, frente a Alfonso I "El Batallador".
¡Fue como un presagio!, ¡Como un mal augurio! Le sucedió Abdelmalik, quinto rey de la dinastía Hudi aunque por poco tiempo, pues aunque lo intentó, no pudo resistir el acoso a que se vio sometido por cristiaos y almorávides, entengándoles finalmente la ciudad a estos últimos en el año 1110.
¡Y así acaba la dinastía Hudi de la Taifa independiente de Zaragoza!, ¡Qué tiempos de esplendor!, ¡Qué alegría! Gracias a ellos Zaragoza fue, durante la segunda mitad del siglo XI, la Taifa más importante de Al-Andalus, junto con la Taifa de Sevilla, pero... ¡Bueno! no nos pongamos sentimentales y sigamos. Después tomó posesión de mi palacio un gobernador almorávide llamado "Muhammad el emir Ibn Tifilucit, y con él La Aljafería se volvió a llenar de poetas y filósofos, llegando incluso a nombrar visir a "Avempace".
¿Qué quién era Avempace?
Avempace era lo que hoy denominamos un "erudito", ya que conocía todas las ciencias del saber: medicina, filosofía, poesía, matemáticas, etc., pero por su carácter pronto se enemistaron y el gobernador lo mandó encarcelar.
¿Qué cómo acabó todo? En 1117 murió el gobernador y ya no le sucedión ningún gobierno musulmán, entrando finalmente victorioso Alfonso I "El Batallador" ¡Y así empezó la andadura cristiana en La Aljafería!, pero... eso es otra historia que ya te contaré:
"Y mientras, así quedo yo
en la tranquilidad de estos jardines
tratando de percibir el aroma
del azahar o de la albahaca,
respirando las fragancias que un
día el soberano más grande de
Zaragoza también respiró".

"Relato sobre el palacio de la Aljafería"
Andrés Guíu Badía de 2º
El palacio de la Aljafería es un palacio castillo que está en Zaragoza, en el barrio de La Almozara. El palacio de La Aljafería lo empezaron a construir los "árabes", y después los cristianos. Era un palacio en el que todos los siglos se ha ido reformando y ahora están allí las cortes de Aragón y los jardines forman parte del palacio, y os lo cuenta el águila Aldrés, que soy árabe. Yo ya llevo más de 2000 años en el palacio de la Aljafería y he estado en: la Torre del Trovador, el patio de los naranjos, en las cárceles... Soy macho y me alimento de ratones y de algunos bichos.

"La gota de agua de La Aljafería"
Yolanda Francés Bellido
Hola. Soy una gota de agua, vengo del río Ebro y acabo de salir de la depuradora. Ahora me encuentro en la botella de agua del guía, justo cuando recibe visita.
- Vengan por aquí. (Dice el guía a los turistas.)
Este es el patio interior, prosigan por estas escaleras. Los que vayan en silla de ruedas pueden subir por la rampa de allí. (Una vez han subido todos prosigue la explicación.)
-Este es el Patio de Santa Isabel. Está dedicado a ella por su generosidad y bondad, y además porque se dice que nació aquí, en la Aljafería. Ah, ¿sabeís que significa Aljafería? (Entonces un turista contesta.)
-Significa  "palacio de verano" o " palacio de la alegría." Porque en este palacio solo se organizaban fiestas en la epoca de Abu Yafar (decía la guía.) Y  no vivía aqui porque estaba fuera de la muralla de Zaragoza y era fácilmente atacable. ¿Y sabéis? Abu Yafar tenía 4 esposas y más de sesenta concubinas. ( Los turistas se asombraron.) Bueno, ¿sabéis la leyenda del milagro de Santa Isabel?
-No.
-No.
-No.
(Contestaron la mayoría de los turistas)
-Bueno, pues se cuenta que la Reina Santa Isabel era tqn bondadosa y generosa que todas las noches repartía monedas de oro entre los pobres, y eso a su marido no le gustaba. Un día, el marido salió y le pregunto a Santa Isabel: (que llevava las monedas en el delantal.)
-¿Qué llevas ahí?
-Rosas. (contestó Santa Isabel.)
-A ver.
Entonces, Santa Isabel al desenrollar el delantal había rosas. Ese es el milagro que se había producido. (todos los turistas sonrieron porque la historia les había gustado.) Bueno, sigamos por aquí. (Dijo la guía).
-Este es el salón dorado. Aquí mismo estaba el trono del rey Abu Yafar. Además, ¿sabéis por qué se llama "Salón Dorado"? Pues porque las paredes, y el techo tenían adornos de colores azul, rojo y dorado, pero sobre todo dorado. Vengan por aquí, les enseñare el Oratorio del palacio. (Se van a uno de los lados del salón dorado.) Veréis, los hombres ricos para no salir de su casa a la iglesia para rezar, se construian su oratorio en su propia casa. Observaís que es pequeño y eso es porque aquí solo rezaba la familia de Abu Yafar y nadie más. Entonces no hacía falta más espacio. Ah, ¿Y sabeís por qué esta tan grasiento? Porque cuando este fue un cuartel general, ¡ adivinad donde colocaron la cocina!¡Aquí mismo! Además, os voy a contar por que Zaragoza obtuvo la expo. Vinieron 4 musulmanes del jurado que decidía donde se celebraba la expo a Zaragoza.Pidieron un lugar para rezar y los dejamos rezar un rato en este oratorio.Y tanto les gustó que nos dijeron que cuatro puntos del jurado para celebrar la Expo en Zaragoza los tenían asegurados.Entonces, sigamos por aquí.)La gota que estaba en la botella vio como entraban en una sala).
-¡Mirad por aquí!- )Había una reja en el suelo y todos se agacharon a mirar.)
-Esto  es una recreación del pozo de Abu Yafar.Antiguamente había un túnel que llevaba a la habitación de Abú Yafar, de ese modo no tenía que salir del castillo para ir a por agua,bastaba con cruzar el túnel y bajar un cubo.Así no podría ser atacado.
Bueno, sigamos por la Torre del Trovador. (Subimos unas escaleras que llevaban a esa torre.)
-Esta torre tiene 5 plantas, las dos primeras del siglo X y las tres restantes del siglo XI. Aquí observáis un pequeño trozo de suelo real y bancos reales de cuando fué utilizada como cárcel.Porque esta torre fue primero biblioteca,luego baños y finalmente cárcel.
En el suelo había esculpido un ajedrez ,y es que los presos se entretenían jugando a juegos de mesa.También había dibujos grabados en la pared,como iglesias para rezar, o escribían lo que les podía suceder:ser ahorcados, quemados en la hoguera...(Los turistas estaban boquiabiertos,era una información muy interesante y que daba mucho que hablar.)
Mientras la gota de agua oía la visita,se quedaba superintrigada por la cultura que este lugar transmitía.Fue una visita totralmente maravillosa y los turistas estaban encantados ante las explicaciones de la guía.Parecía que volverían a visitar Zaragoza, una ciudad que está en Aragón y que es maravillosa.No es la más famosa del mundo, pero sus habitantes sí son los más felices.
La piedra de La Aljafería
Adrián Ruiz Arilla de 2º
Yo era una piedra que estaba en el campo. Un día unos señores me llevaron en un carro a una ciudad llamada Saraqusta. Un señor que se llamaba Abu Yafar Ahmad Suleyman Banu Hud Al Muqtadir, mandó construir el palacio de La Aljafería. Construyó el oratorio, era donde rezaban cinco veces al día, también había muchos arcos de piedra, pinturas y un patio que tenía muchos naranjos.
Después de la reconquista de Zaragoza, los reyes de Aragón, la utilizaron para vivir. Ahí nació Santa Isabel de Portugal que era hija de Pedro III "El Grande".
Un amigo mío me contó una leyenda. Isabel, todas las noches, les daba dinero a los pobresy una noche su padre se enteró y le preguntó ¿Que tienes debajo del vestido? Le constestó: - rosas, el padre no se lo creyó y dojo - A ver y cuando se levantó el delantal le salieron rosas.
Cuando llegó Fernando el Católico, mandó tirar algunas casas y hacer otras, construyó la iglesia de San Martín, la escalinata, el salón de los pasos perdidos y el salón del trono.
Después se convirtió en un fuerte militar y Carlos III decidió que todos los hombres fueran a la mili. Actualmente están las cortes de Aragón.

"La Aljafería, el castillo deseado"
Jorge Esteban Merino de 2º
Erase el castillo de La Aljafería, dónde los árabes contra los cristianos hicieron una guerra. El rey Alfonso I no tenía ni idea de que hacer, pero al general Jorge se le ocurrió una idea. Sacó al rey Alfonso I por un pasadizo secreto. Los árabes creían que estaba en la Torre del Trovador, pero los cristianos les tenían peparada una trampa. Lucharon en el patio de Santa Isabel. El rey árabe huyó de Zaragoza y los soldados vivos huyeron con él. Ganaron los cristianos y vivieron en la Aljafería los reyes de Aragón. Pero los árabes volvieron con gnas de venganza y atacaron por sorpresa el castillo, pero el general Jorge ya tenía previsto que volv erían y decidió atacar. Los reyes se enteraron y le ayudaron con más soldados y armas. La batalla fue dura, muy dura, porque los árabes se habían entrenado con los romanos. Los reyes decidieron pedir ayuda a toda Europa y Francia, Portugal Italia, Irlanda y Escocia les dijeron que si. España se dio cuenta de que el palacio era muy bonito, así que hicieron un tratado de paz, hicieon una fiesta con los árabes y el castillo permaneció en pie.

"El águila perdida"
Celia Esteras Sanz de 1º
Erase una vez un águila bebé. Un día sus papás fueron a coger comida, se cayó y se perdió en el bosque. Un jabalí la quería matar, después vio un cerdo y se lo quiso comer. Luego el águila voló hasta su nido, pero una cigüeña cogió el nido y se lo llevó a una torre. El águila se hizo amiga de las crías. Cuándo volvieron sus padres la llevaron a un árbol que crecía e los jardines de La Aljafería. Allí hicieron un nido nuevo.

"La espada mágica de La Aljafería"
Patricia Jiménez García de 5º
Un día en el siglo XI un señor llamado Luís fue a visitar el Palacio de la Aljafería. Quería ser el primero en visitarla porque había sido construida hace muy poco tiempo.
Pero lo que él no sabía es que bajo el suelo, al construir la Aljafería habían desenterrado una espada, que según la gente que la había visto, era mágica. Decían que según como era el corazón de algunas personas esa espada tendía poder sobre ellas.
Esta es mi historia:
Luís, entro emocionado al palacio, y vio una espada en lo alto de un arco, y se  pregunto para que podía servir.
Cuando Luís cruzo el arco en el que estaba la espada, esta se ilumino con una luz y lanzo un rayo de luz a Luís.
Al rato Luís se levanto del suelo y dijo:
-¡Ho no! Estoy muerto.
-No lo estas.
-¿Quién ha dicho eso?
-He sido yo, la espada del arco.
-¿Por qué dices que no estoy muerto? ¡Si estoy hablando con una espada!
-No soy una espada cualquiera. Te tenía que lanzar ese rayo para decirte que tienes el corazón puro, y por eso te quiero contar la historia de la Aljafería y si no te daba con ese rayo de luz, alguno de los del ejército, si te viera, si que te podría matar.
Ese rayo te ha hecho invisible.
-Vale, ya lo entiendo, entonces, ¿me vas a contar la historia de este palacio?
-Si, y voy a empezar ahora mismo.
-Yo te sigo todo el rato, a ver si me voy a perder.
-Vale, tú sígueme todo el rato, y así podré explicarte todo el origen de este palacio.
El palacio taifal:
Fue el primer palacio construido dentro de la Aljafería , en el sigloXI.
En el se encuentran:
NIicho del Mihrab:
En el interior de este oratorio, hay un espacio pequeño, oscuro e intimista, debido a que tenía un uso privado, y por lo tanto, solo lo usaba el monarca y su corte.
Esta hecho en un espacio de forma octogonal y que tiene el nicho del mihrab orientado hacia el sureste.
En el frente del mihrab se dispone de un arco de herradura con el trasdós descentrado.
Tiene unas dovelas lisas y decoradas que se alternan rítmicamente .
El Faisán:
El Faisán era el símbolo de Al-Muqtadir.
Es un detalle de yesería del lado norte, en una columna de un arco que da paso a la sala del trono o también llamado salón dorado.
Ese salón daba paso al oratorio, y se llama de esa forma, porque en la sala los colores que tenía eran: el azul, el verde, el rojo y sobre todo el dorado.
El palacio cristiano medieval:
La historia de este palacio tuvo su punto de partida, el 18 de diciembre de 1118, cuando el rey Alfonso 1 el Batallador, tas siete meses de asedio, tomó la ciudad de Saraqusta a los musulmanes.
Desde ese día el palacio taifal pasó a pertenecer a los monarcas aragoneses, quienes hicieron en el un sinnúmero de reformas y obras.
Estas intervenciones se fueron localizando en el conjunto monumental sin que llegaran a construir todo lo que tenían pensado.
Debe tenerse en cuenta que estas edificaciones, construidas bajo el patronazgo real, se pueden considerar como uno de los principales del arte mudéjar aragonés, sin duda, el estilo artístico con mayor personalidad y renombre de nuestra región.
La capilla de San Jorge:
Es conocida también como capilla de la reina, ocupó, hasta mediados del siglo XIX, un solar rectangular tras el pórtico sur del patio de Santa Isabel
Fue, un oratorio seguramente de una sola nave, con bóvedas de crucería sencilla sobre ménsulas que había perdido su funcionalidad religiosa, pués consta que después se empleaba como almacén de artillería de los cuarteles generales.
En el año 1867, lo remodelaron, y estas prácticamente lo hicieron desaparecer, pero lo trasladaron al Museo Arqueológico de Madrid, que formaba parte de su fábrica, que junto con su emplazamiento y otros restos, son los únicos que quedan palpables de su pasado.
Sala de los pasos perdidos:
Una vez salvado el espacio-camino del corredor, el itinerario debe ajustarse a la propia estructura espacial ,y, por lo tanto, por lo tanto, está condicionado a un recorrido protocolario que nos conduce hasta el fondo de una galería, lugar donde están tres pequeñas habitaciones de planta cuadrada, comunicadas e iluminadas por grandes ventanales que están situados mirando hacia el patio de San martín, y que tuvieron la función de antesalas de espera para aquellos personajes que iban a ser recibidos por los Reyes Católicos; por eso recibe el nombre de sala de los pasos perdidos.
Galería del artesonado:
En su techo tiene unas piñas doradas, que están dentro de unos cuadrados
Esos mismos cuadrados con la piña dorada en el centro, en el suelo, las baldosas que lo forman tienen el mismo dibujo que el techo. Por ese motivo se dice que el suelo es como el reflejo en un espejo del techo.

"Desde el punto de vista de un guía"
Sergio Magallón Tejero de 6º
Buenos días. Les voy a presentar la Aljafería desde el punto de vista de un guía. Lo que voy a hacer es poner todos los lugares de la Aljafería y luego mostrar su arte y su dueño durante estos años. La Aljafería era un palacio árabe de los taífas de Zaragoza  del siglo XI. El exterior esta fortificado con murallas y torreones semicirculares de piedra y arco de herradura. Restaurado recientemente, alborga en una parte de su superficie las actuales cortes de Aragón. El palacio se utilizaba, durante el periodo de taífas, como residencia de recreo de los reyes caraqutís.Situado a las afueras de la ciudad, rodeado de jardínes, huertas y acequias, evocaba el paraíso musulmán; en esta época fue conocido como "Qasr-al-surar" o Palacio de la Aljafería. La denominación de Aljafería alude al nombre de su promotor, el rey Abu Yafar, conocido como Al-Muqtadiz.Por su estilo artístico está considerado el eslabón entre el arte cordobés y el nazarí de la Alhambra de Granada.Es la construcción civil más importante del siglo XI en el occidente islámico y el ejemplo mejor conservado de la época de taifac. Conserva parte de su primitivo recínto fortificado, de planta cuadrangular y reforzado por grandes torreones ultrasemicirculares, a los que se suma el volumen prismático de la Torre del Trovador, cuya zona inferior, datada en el siglo XI, es el resto más antiguo del conjunto arquitectónico. Este recinto alberga en su parte central unas construcciones residenciales que responden al modelo de tipología palacial islámica de influencia omeya, tal y como ya se había desarrollado en los palacios musulmanes del desierto. El palacio taifal presenta un esquema compositivo a base de un gran patio rectangular y con una alberca en su lado sur. A continuación, dos pórticos laterales, con arquerías mixtilíneas polilobuladas que actúan a modo de pantallas visuales y, al fondo, unas estancias tripartitas que en sus orígenes estaban destinadas para uso ceremonial y privado. Espero que os haya gustado el trabajo sobre la Aljafería. Que tengan un buen día.

"El Palacio de la Aljafería "
Rubén Rodríguez Esteban de 6º
La Aljaferia es un palacio fortificado construído en Zaragoza en la segunda mitad del siglo Xl. Este palacio de recreo refleja el esplendor alcanzado por el reino taifa en el  periodo de su máximo apogeo político y cultural.
Las soluciones adoptadas en la ornamentación de La Aljafería, como la utilización de arcos mixtilíneos y de los salmeres en "S", la extensión del ataurique calado en grandes superficies o la esquematización y abstracción progresiva de las yeserías de carácter vegetal, influyeron decisivamente en el arte almorávide y almohade tanto del Magreb como de la Península Ibérica.
Tras la reconquista de Zaragoza en 1118 por Alfonso 1 El Batallador pasó a ser residencia de los reyes cristianos de Aragón, con lo que la Aljafería se convirtió en el principal foco difusor del mudéjar aragonés.
En su origen la construcción se hizo extramuros de la muralla romana, en el llano de la saría o lugar donde los musulmanes desarrollaban los alardes militares conocido como La Almozara. Con la expansión urbana a través de los años, el edificio ha quedado dentro de la ciudad. Se ha podido respetar a su alrededor un pequeño entorno ajardinado que le aísla incluso de la autopista que pasa a escasos metros de allí.
Partes Que hay en su interior:
1. La torre del Trovador
2.  El palacio taifal:
- Estancias del lado norte:
     - El Salón Dorado.
     - El pórtico de entrada al Salón Dorado.
     - La Mezquita u oratorio.
- El Patio de Santa Isabel
-Estancias del lado sur:
3. El palacio de Pedro IV el Ceremonioso
      - La iglesia de San Martín
      - El palacio mudéjar
4. El palacio de los Reyes Católicos:
-El Salón del Trono.
La torre del Trovador
La edificación más antigua de la Aljafería es la llamada «torre del Trovador». Se trata de una torre defensiva, de planta cuadrangular y cinco pisos que data de finales del siglo IX . La torre mantiene vestigios del arranque de los gruesos muros de aparejo de sillería de alabastro en su parte inferior, y continuaba con otros de encofrado de hormigón simple de yeso y cal, algo más delgados al ganar en altura. El exterior no refleja la división en cinco pisos interna y aparece como un enorme prisma macizo apenas roto por vanos en aspillera. Primera planta. Se aprecian los arcos de herradura del siglo IX.
La primera planta conserva la estructura constructiva del s. IX, que alberga dos naves y seis tramos separados mediante dos pilares cruciformes de los que parten arcos de
herradura rebajados.
La segunda planta repite el mismo esquema espacial de la anterior, y se observan restos de fábrica musulmana del siglo XI en los lienzos de ladrillo, lo que indica que ya la segunda planta fue reconstruida posiblemente a la vez que el palacio.
En el piso tercero, cuya estructura también sería del s. XI, con arcos también de herradura, aparecen pintados en el techo motivos geométricos mudéjares donde se
pueden leer los nombres de Eneas, Amor y Venus, y que datan, posiblemente, del s. XIV. Algo similar ocurre con el aspecto de las dos últimas plantas, de factura mudéjar.
Los arcos de estas plantas ya reflejan su estructura cristiana, pues son arcos ligeramente apuntados, y soportan techumbres no abovedadas, sino estructuras planas en madera.
Su función en los siglos IX y X era la de torre vigía y bastión defensivo.
La disposición general del conjunto del palacio adopta el arquetipo de los castillos omeyas del desierto de Siria y Jordania de la primera mitad del siglo VIII.
Para recordar el aspecto del palacio a fines del siglo Xl hay que Imaginarse que todos los relieves vegetales, geométricos y epigráficos estaban policromados en tonos en los
que predominaba el rojo y el azul para los fondos y el dorado para los relieves, que, junto con los zócalos en alabastro con decoración epigráfica y las solerías de mármol blanco, daba al conjunto un aspecto de gran magnificencia.
Los diversos avatares sufridos por la Aljafería, han hecho desaparecer de esta construcción del palacio de los Reyes Católicos en 1492, toda la segunda planta, que rompió los remates de los arcos taifales. En la restauración actual, se observan en color más oscuro los atauriques originales y en acabados blancos y lisos la reconstrucción de
enlucido de la decoración los arcos, cuya estructura, eso sí, permanece indemne.
La decoración de las paredes del Salón Dorado ha desaparecido en su mayor parte, aunque se conservan restos de su ornato en el Museo de Zaragoza y en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
A continuación se detallan las partes más importantes del edificio tal y como se encuentran en la actualidad.
Estancias del lado norte:
Estancias del testero norte, con el triple acceso al Salón Dorado.
En el testero norte se edifica el conjunto más importante de dependencias del palacio de época hudí, pues incluye el Salón del Trono o Salón Dorado y la pequeña mezquita privada, situada en el costado oriental del pórtico de acceso que sirve de antesala al oratorio.
Los suelos de las estancias regias eran de mármol y las recorría un zócalo de alabastro. Los capiteles eran de alabastro, excepto algunos de mármol reaprovechados de época califal. Circundaba estas salas una banda de decoración epigráfica con caracteres cúficos que reproducían suras coránicas que aludían al significado simbólico
de la ornamentación. Las suras que corresponden a estas inscripciones han podido ser deducidas de los fragmentos supervivientes.
El Salón Dorado:
Vista de la techumbre del Salón Dorado desde la puerta de la alcoba oriental. Se aprecia el intradós del arco decorado con yeserías.
El Salón Dorado tenía en sus extremos este y oeste dos aposentos que fueron alcobas privadas posiblemente de uso regio.
La mayoría de las yeserías de atauriques, que tapizaban con paneles decorativos labrados en yeso las paredes de estas estancias, así como un zócalo de alabastro de dos metros y medio de altura y los suelos de mármol blanco del palacio original, se han perdido.
Los techos, alfarjes en madera, reproducían el firmamento, y todo el salón era una imagen del cosmos, cuajada de símbolos del poder que sobre el universo celeste ejercía el monarca de Zaragoza, que aparecía así como heredero de los califas.
El acceso al Salón Dorado se efectúa a través de un lienzo con tres vanos. Uno central muy amplio, que conforman cinco columnas dobles de mármol con capiteles de alabastro islámicos muy estilizados que soportan cuatro arcos entrecruzados mixtilíneos, entre los cuales, en altura, se sitúan otros de herradura más simples.
Hacia el sur, se encuentra otra dependencia de parecido tamaño que vierte al patio por un pórtico de grandes arquerías polilobuladas.
Es de señalar que toda esta estructura busca una apariencia de solemnidad y majestad que la escasa profundidad de estas estancias no daría a un espectador que accediera al
salón del rey. Además hay que tener en cuenta que toda la ornamentación de yeserías del palacio estaba policromada en tonos azules y rojos en los fondos y de oro en los
atauriques. Entre ias filigranas se advierte la representación de un ave, insólita figuración zoomorfa en el arte islámico que podría representar una paloma, un faisán o un símbolo del rey como ser alado.
Las trazas de arcos mixtilineos entrecruzados son características de este palacio y se da por primera vez en La Aljafería, desde donde se difundirán a las futuras edificaciones
islámicas.
Al costado oriental del pórtico se sitúa un espacio sagrado, la mezquita.
En el extremo oriental del pórtico de entrada al Salón Dorado, se encuentra una pequeña mezquita u oratorio privado para uso del monarca y sus cortesanos
Ya en el interior del oratorio hay un espacio reducido de planta cuadrada pero con esquinas achaflanadas, que lo convierte en una falsa planta octogonal.
El resto de los muros de la mezquita están decorados con arcos ciegos mixtilíneos enlazados y decorados en toda la superficie con atauriques vegetales de inspiración
califal. Estos arcos se apoyan en columnas rematadas en capiteles de esbelto canastillo.
Un zócalo de losas cuadradas de mármol recubre la parte inferior de los muros de la mezquita.
La cúpula de la mezquita no se conservó, pues esa es la altura en la que se construyó el palacio de los Reyes Católicos; sin embargo, la característica planta octogonal hace pensar en que la solución siguiera al pie de la letra las existentes en la macsura de la mezquita de Córdoba, es decir, una cúpula de arcos de medio punto que se entrelazan
formando un octógono en el centro.
El Patio de Santa Isabel
Se trata del espacio abierto y ajardinado que unificaba todo el palacio taifal. A él vertían los pórticos norte y sur, y probablemente, habitaciones y dependencias situadas
al este y oeste de este patio central. Su nombre procede del nacimiento en la Aljafería de la infanta Isabel de Aragón, que fue en 1282 reina de Portugal.
Estancias del lado sur
Que consta de una arquería en su flanco meridional que da acceso a un pórtico con dos estancias laterales.
Este pórtico era la antesala de un gran salón sur que tendría la misma disposición tripartita del existente en el lado norte, y del cual solo queda la arquería de acceso de arcos mixtilíneos de decoración geométrica. La complejidad de lacerías, atauriques y labrados lleva a una estética barroquizante.
El palacio de Pedro IV el Ceremonioso
La Aljafería fue habilitada como palacio de los reyes de Aragón y como iglesia cristiana, no siendo modificado sustancialmente hasta el siglo XIV con la actuación de Pedro IV el Ceremonioso.
La iglesia de San Martín
La iglesia de San Martín aprovecha los lienzos del ángulo noroeste de la muralla, hasta el punto de que se usó uno de sus torreones como sacristía y dio nombre al patio
que da acceso al recinto taifal.
La fábrica, de estilo gótico-mudéjar, consta de dos naves de tres tramos cada una, en origen orientadas al este y apoyadas en dos pilares con semi columnas adosadas en la mitad de las caras del pilar, cuya sección se recuerda en los cuadrilóbulos que albergan el escudo de armas del rey de Aragón en las albanegas de la portada, que es ya de la
primera década del siglo xv.
Las bóvedas de estas naves, de crucería simple, se alojan sobre arcos formeros y perpiaños apuntados, en tanto que los diagonales son de medio punto. En los vértices de
las bóvedas aparecen florones con los escudos de armas de la monarquía aragonesa.
Resalta en el exterior la portada mudéjar de ladrillo.
Esta portada se articula mediante un arco carpanel muy rebajado, cobijado por otro apuntado de mayores dimensiones. Enmarcando ambos, un doble alfiz decorado con
motivos taqueados formando paños de rombos. La iglesia fue remodelada en el siglo XVIII
El palacio mudéjar
No se trata de un palacio independiente, sino de la ampliación del palacio musulmán que todavía estaba en uso.
También de esta época es la arquería occidental de arcos apuntados del Patio de Santa Isabel, intradosados en arcos lobulados, y una pequeña alcoba de planta cuadrada y
cubierta con una cúpula octogonal de madera y una curiosa puertecilla de entrada en arco apuntado de intradós lobulado circunscrita en un finísimo alfiz, cuya enjuta se
engalana de ataurique ..
El palacio de los Reyes Católicos
En los últimos años del siglo XV los Reyes Católicos ordenan construir un palacio para uso real sobre el ala norte del recinto andalusí, configurando una segunda planta
superpuesta a la del palacio existente.
El techo grandioso como en el resto de las denendencias nalaciezas se cubre con soberbias bovedillas de revoltón transversales dispuestas entre las jácenas, y están
decoradas con pintura al temple con motivos iconográficos relativos a los Reyes Católicos.
Destaca la portada principal de acceso al salón del trono: de arco rebajado trilobulado, guarnecido con un tímpano de cinco lóbulos, en cuyo centro aparece representado el escudo de la monarquía de los Reyes Católicos, en el que figuran los blasones de los reinos de Castilla, León, Aragón, Siciiía y Granada, sostenido por dos leones tenentes. El resto del campo decorativo se acaba con una delicada ornamentación vegetal de factura calada .
En el mismo paramento escoltan el ingreso dos amplios ventanales de triple arco mixtilíneo con celosías caladas sobre sus claves, gracias a los cuales se ilumina el espacio interior de las salas regias.
Una vez recorrido el espacio de la galería, se disponen vanas salas que anteceden al gran Salón del Trono, que son denominadas «salas de los pasos perdidos». Se trata de tres pequeñas habitaciones de planta cuadrada comunicadas entre sí por grandes ventanales calados con celosías que dan al patio de San Martín, y que servían de antesalas de espera para quienes iban a ser recibidos en audiencia por los reyes.
Uno de los elementos más estimables de estas salas son sus solerías. El otro elemento destacable son sus excelsas techumbres estilo mudéjar-reyes católicos.
Estos techos presentan retículas geométricas de madera posteriormente tallada, pintada y sobredorada con pan de oro, entre cuyas molduras ostentan los conocidos motivos heráldicos de los Reyes Católicos.
El Salón del Trono
Más complejo y difícil de describir es la magnificencia y suntuosidad del techo que cubre el Salón del Trono. Sus dimensiones son muy considerables (20 metros de longitud por 8 de anchura) y su artesonado está sustentado por gruesas vigas y traviesas que se decoran con lacerías que en las intersecciones forman estrellas de ocho puntas, al
tiempo que generan treinta grandes y profundos casetones cuadrados.
Bajo el artesonado discurre una airosa galería de arcos conopiales transitable y con antepechos calados desde la que los invitados podían contemplar las ceremonias regias. Para terminar, toda esta estructura se apoya en un arrocabe con molduras en nacela labradas con temas vegetales y zoomorfos.
Asedio para entrar al Palacio de la Aljafería
Hay un túnel en la muralla Sur del Castillo, el cual hoy en día está tapado con una
verja y piedras lo cual impide pasar.
Cuando este túnel estaba abierto era el lugar por donde se podía acceder más
rápidamente al Palacio de la Aljafería.

"El misterio de La Aljafería"
Edgar Rubio García de 5º
Desde hace muchos siglos viven entre nosotros seres de otros planetas que se alimentan de nuestra cultura, son devoradores de arte y conocimiento.
 Esta historia comienza en el siglo XI en una pequeña ciudad llamada Zaragoza donde unos reyes árabes llamados taifa encargaron construir un palacio para pasar el verano. Este palacio más adelante se llamaría aljecería.  Durante la conquista de Zaragoza por los católicos el palacio pasó a manos cristianas.
Era noche cerrada dos pequeños seres caminaban al abrigo de la oscuridad por el foso del palacio, se adentraron en la sala del pórtico norte, llevaban una especie de aparato electrónico con el que median y anotaban. Susurraban en un idioma desconocido. De repente un guardia los sorprendió, intentaron esconderse pero a uno de los seres se le cayó el aparato electrónico dentro de una grieta, haciendo imposible su recuperación.  Acorralados y a punto de ser detenidos activaron un dispositivo que llevaban en la muñeca y ante los ojos de los guardias desaparecieron, todo un misterio.
Año 2010: Era el primer trabajo de Raúl después de terminar su carrera de arqueología. Una excavación en el palacio de la aljaferia. Raúl estaba muy emocionado, iba a salir en la televisión, quizás se haría famoso. Al llegar a la aljaferia una multitud de gente se agolpaba a sus puertas. Andrés, el jefe de la excavación lo esperaba por una pequeña puerta trasera.
-  Andrés: llegas diez minutos tarde.
- Raúl: Hay tanta gente que no podía pasar.
- Andrés: No me cuentes tu vida y a trabajar.
- Andrés: La excavación es en el pórtico norte, consiste en ensanchar una grieta para poder restaurar la base de una columna enterrada. Ese mismo día comenzaron los trabajos. Raúl llevaba tres semanas con el martillo y el cincel, el aburrimiento lo estaba matando, pero de repente vio una pequeña luz que salía de la grieta, alargo la mano pero no la alcanzo, forzó el brazo y sus dedos tocaron el objeto, siguió intentándolo hasta que agarro el objeto. Era de un material extraño, nunca lo había visto, tenía tres botones y una pequeña pantalla con unas luces verdes parpadeando, si lo tuviera que comparar seria como una pequeña videoconsola. L a guarde en mi mochila y no le dije nada a Andrés, cuando llegue a casa lo examinare- pensó.
Eran las diez de la noche cuando llegue, estaba realmente cansado pero mi curiosidad pudo más que el cansancio. Cogí con cuidado la mochila, dentro estaba aquel curioso objeto mientras lo observaba pude ver que alguno de los símbolos parecían egipcios de repente vino a mi mente Andrea una compañera de facultad que era experta en símbolos y lenguas antiguas. La llamaré para que me ayude a descifrar los símbolos del extraño aparato.
Era sábado por la mañana me había citado con  Andrea  en una cafetería que hay muy cerca de casa. Cuando llegue Andrea ya estaba sentada en una mesa pedí un café y le comente mi hallazgo, ella se intereso mucho y me pidió que fuéramos cuanto antes a verlo. Al abrir la puerta de casa una sensación extraña me corrió por el cuerpo, fue como un escalofrió, el aparato irradiaba más luz de lo normal. Andrea comenzó a examinarlo, parece una variante de jeroglíficos egipcios, pero no puede ser esta tecnología no pertenece a ese siglo. Siguieron examinándolo toda la tarde, fueron tocando combinaciones de símbolos, cuando ya iban a abandonar se me ocurrió una combinación de símbolos que representaban animales, de repente las luces cambiaron de color y una especie de figura orográfica surgió del aparato. No dejaba de repetir un mensaje en un idioma desconocido la única palabra que conseguíamos entender era  Aljaferia. Andrea consiguió relacionar las palabras de ese ser con los símbolos del aparato y al tocar los símbolos otro holograma surgió con unos planos que al momento identifico, eran los planos de la Aljaferia se apreciaba claramente el foso, la sala de los pasos perdidos, los pórticos etc. En los planos estaba indicado en varios puntos unos símbolos rojos y al final una numeración 15032010 que indicaba esa numeración. Era muy tarde Andrea y Raúl  estaban muy cansados. Así que decidieron continuar con su investigación al día siguiente, Andrea se quedo a dormir en casa de Raúl.
Eran las seis de la mañana cuando Raúl despertó a Andrea. Ya lo tengo, ya sé que significa esa numeración es una fecha, 15 de marzo de 2010 dentro de dos días, algo va a pasar y nosotros vamos a averiguarlo.
Andrea y Raúl pasaron toda la mañana en la biblioteca, consultando libros antiguos que hablaban de la  Aljaferia, comprobaron que durante su historia había unas indicaciones de presencia de seres extraños. Raúl y Andrea se dirigieron hacia el palacio de la Aljaferia, aprovechando que Raúl tenía que trabajar, allí continuarían su investigación. Mientras Raúl trabajaba Andrea se dedico a investigar en las diferentes salas de la Aljaferia donde el aparato extraño marcaba los puntos rojos. Llego la noche cuando Andrea consiguió descifrar los símbolos.
- Andrea: Raúl creo que lo tengo los símbolos indican un punto exacto en el centro del palacio, algo va a ocurrir.
De repente se escucho la voz de Andrés: es hora de marcharnos.
Andrea y Raúl se miraron, estaban pensando lo mismo esa noche volverían a  la  Aljafería a desvelar el misterio.
Eran las doce de la noche cuando se dirigieron a la Aljaferia. Al llegar vieron que sólo había un vigilante en la puerta principal, pero en la puerta trasera donde entraba el personal para la restauración del palacio estaba sin vigilancia y con la llave que Andrés le había dado les fue muy fácil entrar.
Nada más cruzar la puerta notaron una sensación extraña, un escalofrió les recorrió la columna, unas sombras recorrían la sala muy deprisa, Raúl grito hay alguien ahí, pero nadie contestó, serán imaginaciones mías pero Andrea le dijo no Raúl yo también lo he visto.
Comenzaron con el primer símbolo, estaba orientado hacia el sur, pero descubrieron que se podía mover, Andrea dijo ¡tengo una idea! Intentaremos orientarlos todos hacia el norte, tengo una corazonada.
Eran las cinco de la mañana cuando llegaron al último símbolo, es el momento de la verdad dijo Andrea, mientras Raúl hacia girar el símbolo, cuando llego a su posición una extraña luz comenzó a surgir de todos los símbolos. Todos los rayos de luz señalaban a un mismo punto el centro de la sala de los pasos perdidos, de repente la luz se fue haciendo más intensa y una especie de aro de luz  se creó en medio de la sala. Raúl y Andrea no podían dar crédito a lo que veían sus ojos, era una puerta a otro planeta, un mundo hasta ahora inexplorado. De repente unos seres se acercaban a la puerta, Raúl y Andrea estaban muy asustados pero a la vez muy emocionados. Andrea retrocedió con tan mala suerte que se tropezó y cayó, golpeándose en la cabeza y perdiendo el conocimiento. Raúl estaba solo, pensó en salir corriendo pero la curiosidad era más fuerte, su curiosidad le acercaba al círculo de energía al mirar pudo ver una construcción que parecía muy antigua en un país que no conocía y en una ciudad amurallada no podía ser era Zaragoza en el siglo XI y la construcción era la Aljaferia. Los dos seres me invitaron a adentrarme en aquel extraño mundo de pasado y me enseñaron como se construyo el palacio de la Aljaferia. Cuando aun reinaban los musulmanes Raúl vio como se construía el gran oratorio y en su pared estaba tallado unas palabras en latín muy antiguo que en su época no se habían podido descifrar. Los seres le susurraron al oído el secreto de las palabras, Raúl estaba como en trance, luego encontró dos pórticos laterales que usaban a modo de pantalla y al fondo unas estancias divididas en tres donde se iba a celebrar un gran banquete en honor a la coronación de los nuevos reyes cuando estuviera terminado. De repente los seres hicieron avanzar a Raúl en el tiempo hasta el siglo XII concretamente cuando Alfonso I el batallador había reconquistado Zaragoza, y ese palacio se convirtió en el de los monarcas aragoneses. Ellos fueron quienes construyeron la iglesia de San Martin pero todo iba haciéndose cada vez más borroso y lo último que vio con claridad fue las salas del palacio mudéjar del rey Pedro IV. Una voz extraña le dijo: esa es toda la información que tenemos para nuestro planeta, pero tú nos proporcionaras mucha más. Raúl no podía salir de su asombro quien le hablaba, pero de repente aparecieron ante él los dos seres anteriores y le contaron que querían recopilar información sobre la Aljaferia para reproducirla en su planeta porque les había gustado esa idea. Raúl estuvo de acuerdo en proporcionarles la información necesaria para sus planes. Llegaron al acuerdo de que una vez al año en esa misma fecha abrirían el portal y lo llevarían a viajar en el tiempo para conocer diferentes épocas en la historia de Aragón. Solo pusieron una condición nadie en el mundo debía conocer su existencia ni tan solo Andrea su compañera de aventuras, a Raúl no le pareció del todo bien porque Andrea había sido una parte muy importante para descubrir el misterio.
Raúl en su cama pensaba ha sido una pena no poder compartir esta experiencia. Quizás en la próxima podrá saberlo. Raúl apoyo la cabeza en la almohada y se durmió profundamente.

"El soldado cristiano"
Pablo Aranda Luna de 3º
¡Hola!Soy un soldado cristiano que me preparo para conquistar la Aljafería, gobernada en estos momentos por el rey de la Taifa de Murcia.Nos situamos en el año 1118, siglo XII y nuestro rey es Alfonso I El Batallador.
La Aljafería es un edificio con una gran  estructura.Entraremos por encima de la Torre del Trovador, donde hay muchos arqueros y bajaremos a la Sala del Trono del rey musulmán.A este salón lo llaman Salón de Oro o Salón Dorado.Allí hay muchos guardias de defensa.Pasaremos a la pequeña mezquita y desde allí iremos a un patio que, si lo llegamos a conquistar, se podría llamar Patio de Santa Isabel.
Por cierto, se me olvidaba nombrar el gran foso que rodea todo el edificio,muy difícil de pasar por un puente levadizo.La construcción tiene diferentes tipos de arcos: arcos de herradura, arcos apuntados y arcos polilobulados.
Encima del salón del rey musulmán ,podremos establecer el salón del trono de los reyes cristianos, en el futuro será el salón de los Reyes Católicos y lo decoraremos con los colores azul, rojo y dorado.
En la Torre del Trovador han encarcelado a algunos soldados compañeros míos.
En el palacio hay una gran cantidad de soldados defensores.Nosotros entramos y los arqueros no nos dejan pasar por la Torre del Trovador, donde uno de los nuestros queda herido.En el salón Dorado  me hieren a mí y me hacen prisionero.Me encierran en la cárcel de la Torre del Trovador donde veo a otros presos pintando y escribiendo en las paredes de la cárcel.Luego llegan más soladados cristianos a los que también han hecho prisioneros.Allí nos quedamos esperando que nuestros compañeros conquisten el palacio.
Al final conquistamos la Aljafería y los musulmanes quedaron derrotados por nuestro ejército que nos liberó a mí y a los demás prisioneros.

"La Aljafería"
Diego Alós Palacios de 4º
En el año 1118, Alfonso I El Batallador planeó conquistar Zaragoza.Colocó su ejército en los alrededores de la ciudad,intentando conquistar primero el palacio fortificado llamado Palacio de la Alegría.
Yo estaba al mando de un pelotón de soladados que formábamos parte de la compañía encargada de construir la maquinaria necesaria para tomar por asalto el palacio en el que residía el jefe de los musulmanes.
Con el fin de construir la maquinaria fuimos a los bosques cercanos a la ciudad para conseguir madera.Con ella construimos puentes y pasarelas para cruzar el gran foso que rodeaba el palacio.Medía quince metros de ancho y siete metros de profundidad.Fabricamos también escaleras para llegar hasta las almenas situadas encima de las murallas, defendidas por musulmanes que lanzaban flechas, piedras, agua y aceite hirviendo.Construimos también un gran ariete para tirar la puerta y romper las murallas.Además, se fabricaron catapultas para lanzar rocas y bolas de fuego contra los sitiados.
La construcción de la maquinaria nos costó dos meses,al cabo de los cuales, el rey decidió atacar el palacio.Primero las catapultas lanzaron rocas y bolas de fuego para alejar a los defensores de las almenas, mientras los arqueros disparaban muchísimas flechas.Nosotros colocábamos el puente que habíamos construido para cruzar el foso hasta la entrada del palacio,a la vez que esquivábamos las flechas que nos lanzaban.En la puerta había dos guardias,rápidamente les disparamos flechas con los arcos y cayeron  heridos.Entramos al palacio y llegamos al Patio de Santa Isabel.La mitad del pelotón se fue hacia las estancias del lado norte y la otra mitad por las estancias del lado sur.
Yo fui a las estancias del lado norte y ví tres clases de arcos: de herradura, de lóbulos y apuntados.Seguimos atacando y peleando con los defensores del palacio:Nos cubríamos con las columnas de los arcos mientras disparábamos flechas a los musulmanes. Yo me fui al Salón del Trono donde estaba el rey mientras mis compañeros se encargaban de los musulmanes. Ví al rey musulmán ,que huía con sus guardaespaldas por una gran escalera para esconderse en las habitaciones reales porque se había dado cuenta de que sus soldados estaban perdiendo la batalla.Una parte de nuestro ejército fue a conquistar el Salón Dorado y otros fueron a por el rey que ahora estaba en la Iglesia de San Martín.De repente, cuatro guardias de élite que defendían al rey musulmán ,atacaron y consiguieron matar a cuatro de los nuestros.Los que llegamos a la iglesia vimos que el rey estaba defendido por veinte guardianes.Tras  muchos esfuerzos, logramos ganar la batalla en  la iglesia de San Martín y en el salón Dorado.Entonces continuamos hasta el palacio mudéjar y el de los Reyes Católicos.Este palacio estaba defendido por diez enormes guerreros.Nosotros nos cubrimos con nuestros escudos y atacamos con flechas o con espadas.Habíamos perdido algunos soldados y ya nos quedaban pocos recursos.
Los supervivientes nos reunimos a la entrada de la Torre del Trovador ,junto con los que habían luchado para conquistar la otra parte de la Aljafería.Entramos a la torre y vimos que había prisioneros musulmanes en las mazmorras,unos 40.Los liberamos y nos ayudaron a seguir luchando.La batalla duró una hora.Hubo muchos cristianos que murieron a causa de las heridas producidas por las flechas y las espadas.
Cuando terminó la batalla, nuestro rey Alfonso I se enfrentó al rey musulmán, que cansado y malherido, se rindió.
Alfonso I mando reconstruir las partes dañadas del castillo:los torreones, las paredes interiores e incluso el arco de herradura de la entrada que había sido destruido al tirar la puerta.
Así , Alfonso I, conquistador de Zaragoza, se convirtió en el rey del palacio de la Aljafería.

"Una paloma en La Aljafería"
Alberto Álvarez Marcén de 3º
Soy una paloma que pasaba el tiempo en el parque de la Aljafería.
Un día mis padres me contaron la historia del  palacio de la Aljafería.Primero fue construido por un rey árabe,se conserva su patio y su ermita.Luego construyó en él Alfonso I el Batallador, que convirtió el palacio árabe para que fuera residencia de los monarcas aragoneses.También fue residencia de los Reyes Católicos y ahora es la sede de las Cortes de Aragón.
Después de tantas historias quise visitarla, volé y volé hasta la Torre del Trovador.Desde allí veía todo el palacio, lo rodea un foso muy grande.¡A saber las historias que han pasado  allí! Ahora los niños juegan y se divierten.
Quise ver más de cerca sus patios y volé hasta el patio de Santa Isabel donde hay unos naranjos y una fuente;como hacía calor me acerqué y bebí agua que estaba muy fresquita.Tuve que levantar rápido el vuelo porque se acercaron unos turistas y me asustaron.
Entonces volé hasta la entrada del castillo, me puse en un minarete y observé la llegada de muchos coches negros, de ellos salían los señores diputados.Como soy un poco traviesa les seguí al salón de las cortes y estuve escuchando un poco los discursos de los diputados.Era muy aburrido, así que me dormí y empecé a soñar: Las Cortes estaban formadas por palomas y gorriones y la presidencia era un águila.Las aves que estábamos allí empezamos a proponer leyes a favor de la naturaleza: Que las fábricas fueran menos contaminantes, los ríos más limpios y los seres humanos trabajaran para que todo esto fuera posible.Todos estábamos muy contentos:La vida sería fantástica con estas leyes. De repente ,sonó el timbre de la cámara , me desperté y me dí cuenta de que todo era un sueño.
Volé hasta el parque para estar con mi familia y desear que algún día los diputados fueran más responsables con la naturaleza.

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